15832 casos

'De' en la Biblia

El total de los que cayeron aquel día, tanto hombres como mujeres, fue de 12,000 todo el pueblo de Hai.

Josué no retiró su mano con la cual tenía extendida la jabalina, hasta que hubo exterminado por completo a todos los habitantes de Hai.

Sólo el ganado y los despojos de aquella ciudad tomó Israel para sí como botín, conforme a la palabra que el SEÑOR había ordenado a Josué.

Josué incendió la ciudad de Hai y la convirtió en un montón {de ruinas} para siempre, en una desolación hasta el día de hoy.

También colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde. A la puesta del sol Josué dio orden que bajaran su cadáver del árbol. Lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras {que permanece} hasta el día de hoy.

Entonces Josué edificó un altar al SEÑOR, Dios de Israel, en el Monte Ebal,

tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado a los Israelitas, como está escrito en el Libro de la Ley de Moisés, un altar de piedras sin labrar, sobre las cuales nadie había alzado {herramienta} de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al SEÑOR y sacrificaron ofrendas de paz.

Allí, sobre las piedras, Josué escribió una copia de la ley que Moisés había escrito, en presencia de los Israelitas.

Todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a ambos lados del arca, delante de los sacerdotes Levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, tanto el extranjero como el nativo. La mitad de ellos {estaba} frente al Monte Gerizim, y la otra mitad frente al Monte Ebal, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado la primera vez, para que bendijeran al pueblo de Israel.

Después Josué leyó todas las palabras de la ley, la bendición y la maldición, conforme a todo lo que está escrito en el Libro de la Ley.

No hubo ni una palabra de todo lo que había ordenado Moisés que Josué no leyera delante de toda la asamblea de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.

Y sucedió que cuando se enteraron todos los reyes que {estaban} al otro lado del Jordán, en los montes, en los valles y en toda la costa del Mar Grande hacia el Líbano, {los reyes} de los Hititas, Amorreos, Cananeos, Ferezeos, Heveos y Jebuseos,

a una se reunieron y se pusieron de acuerdo para pelear contra Josué y contra Israel.

Cuando los habitantes de Gabaón también se enteraron de lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,

ellos usaron de astucia y fueron como embajadores, y llevaron alforjas viejas sobre sus asnos, y odres de vino viejos, rotos y remendados,

y sandalias gastadas y remendadas en sus pies, y vestidos viejos sobre sí. Todo el pan de su provisión estaba seco {y} desmenuzado.

Vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: ``Hemos venido de un país lejano. Hagan, pues, pacto con nosotros."

Y los hombres de Israel dijeron a los Heveos: ``Quizá habitan en nuestra tierra, ¿cómo, pues, haremos pacto con ustedes?"

Respondieron ellos a Josué: ``Somos tus siervos." Y Josué les preguntó: `` ¿Quiénes son, y de dónde vienen?"

Ellos le dijeron: ``Tus siervos han venido de un país muy lejano a causa de la fama del SEÑOR tu Dios. Porque hemos oído hablar de El, de todo lo que hizo en Egipto,

y de todo lo que hizo a los dos reyes de los Amorreos que {estaban} al otro lado del Jordán, a Sehón, rey de Hesbón, y a Og, rey de Basán, que {estaba} en Astarot.

"Y nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos dijeron: `Tomen provisiones en su mano para el camino, vayan a su encuentro y díganles: ``Somos siervos de ustedes; hagan, pues, pacto con nosotros."'

``Este pan nuestro {estaba} caliente {cuando} lo sacamos de nuestras casas para provisión el día que salimos para venir a ustedes, pero ahora está seco y desmenuzado.

"Estos odres de vino que llenamos eran nuevos, y vean que están rotos. Estos vestidos nuestros y nuestras sandalias están gastados a causa de lo muy largo del camino."

Y los hombres {de Israel} tomaron de sus provisiones, y no pidieron el consejo del SEÑOR.

Josué hizo paz con ellos y celebró pacto con ellos para conservarles la vida. También los jefes de la congregación se {lo} juraron.

Pero sucedió que después de tres días de haber hecho pacto con ellos, los Israelitas se enteraron de que eran vecinos y que habitaban en su tierra.

Los Israelitas no los mataron porque los jefes de la congregación les habían hecho un juramento por el SEÑOR, Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los jefes.

Pero todos los jefes dijeron a la congregación: ``Nosotros les hemos jurado por el SEÑOR, Dios de Israel, y ahora no podemos tocarlos.

Entonces Josué los mandó llamar y les habló: `` ¿Por qué nos han engañado, diciendo: `Habitamos muy lejos de ustedes,' cuando habitan en nuestra tierra?

"Ahora pues, malditos son y nunca dejarán de ser esclavos, leñadores y aguadores para la casa de mi Dios."

Y ellos respondieron a Josué: ``Porque ciertamente tus siervos fueron informados de que el SEÑOR tu Dios había ordenado a Su siervo Moisés que les diera toda la tierra, y que destruyera a todos los habitantes de la tierra delante de ustedes. Por tanto, temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de ustedes, y hemos hecho esto.

Y así hizo él con ellos, y los libró de las manos de los Israelitas, y {éstos} no los mataron.

Y aquel día Josué los hizo leñadores y aguadores para la congregación y para el altar del SEÑOR, en el lugar que El escogiera, hasta el día de hoy.

Cuando Adonisedec, rey de Jerusalén (Ciudad de Paz), se enteró de que Josué había capturado a Hai y que la había destruido por completo (como había hecho con Jericó y con su rey así había hecho con Hai y con su rey), y que los habitantes de Gabaón habían concertado la paz con Israel y estaban dentro de su tierra,

tuvo gran temor, porque Gabaón {era} una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y porque era más grande que Hai, y todos sus hombres {eran} valientes.

Por tanto, Adonisedec, rey de Jerusalén (Ciudad de Paz), envió {mensaje} a Hoham, rey de Hebrón, a Piream, rey de Jarmut, a Jafía, rey de Laquis y a Debir, rey de Eglón, diciéndoles:

Se reunieron, pues, los cinco reyes de los Amorreos: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis {y} el rey de Eglón, y subieron ellos con todos sus ejércitos, y acamparon junto a Gabaón y lucharon contra ella.

Entonces los hombres de Gabaón enviaron {mensaje} a Josué al campamento de Gilgal y le dijeron: ``No abandone a sus siervos; suba rápidamente a nosotros, sálvenos y ayúdenos, porque todos los reyes de los Amorreos que habitan en los montes se han reunido contra nosotros."

Josué subió de Gilgal, él y toda la gente de guerra con él, y todos los valientes guerreros.

Y el SEÑOR dijo a Josué: ``No les tengas miedo, porque los he entregado en tus manos. Ninguno de ellos te podrá resistir."

Vino, pues, Josué sobre ellos de repente, habiendo marchado toda la noche desde Gilgal.

Y el SEÑOR los desconcertó delante de Israel, y los hirió con gran matanza en Gabaón. Luego los persiguió por el camino de la subida de Bet Horón y los hirió hasta Azeca y Maceda.

Mientras huían delante de Israel, {cuando} estaban en la bajada de Bet Horón, el SEÑOR arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca y murieron. Y {fueron} más los que murieron por las piedras del granizo que los que mataron a espada los Israelitas.

Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó a los Amorreos delante de los Israelitas, y dijo en presencia de Israel: ``Sol, detente en Gabaón, Y {tú} luna, en el Valle de Ajalón."

Y el sol se detuvo, y la luna se paró, Hasta que la nación se vengó de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el Libro de Jaser? Y el sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse como por un día entero.

Ni antes ni después hubo día como aquél, cuando el SEÑOR prestó atención a la voz de un hombre, porque el SEÑOR peleó por Israel.

Y fue dado aviso a Josué: ``Los cinco reyes han sido hallados escondidos en la cueva de Maceda."

Y Josué dijo: ``Rueden piedras grandes hacia la entrada de la cueva, y pongan junto a ella hombres que los vigilen,

pero ustedes no se queden {ahí.} Persigan a sus enemigos y atáquenlos por la retaguardia. No les permitan entrar en sus ciudades, porque el SEÑOR, Dios de ustedes, los ha entregado en sus manos."

Cuando Josué y los Israelitas terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas,

todo el pueblo volvió en paz al campamento {y} a Josué en Maceda. Nadie profirió palabra alguna contra ninguno de los Israelitas.

Entonces Josué dijo: ``Abran la entrada de la cueva y sáquenme de ella a esos cinco reyes."

Así lo hicieron, y le trajeron de la cueva a estos cinco reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis {y} el rey de Eglón.

Cuando llevaron estos reyes a Josué, Josué llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él: ``Acérquense, pongan su pie sobre el cuello de estos reyes." Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre sus cuellos.

A la hora de la puesta del sol, Josué dio órdenes y los bajaron de los árboles, y los echaron en la cueva donde se habían escondido, y sobre la boca de la cueva pusieron grandes piedras {que permanecen} hasta el día de hoy.

Aquel día Josué conquistó a Maceda. La hirió a filo de espada junto con su rey y la destruyó por completo con todas las personas que había en ella. No dejó ningún sobreviviente, e hizo con el rey de Maceda como había hecho con el rey de Jericó.

Josué, y todo Israel con él, pasó de Maceda a Libna, y peleó contra Libna.

El SEÑOR la entregó también, junto con su rey, en manos de Israel, que la hirió a filo de espada con todas las personas que {había} en ella. No dejó ningún sobreviviente en ella, e hizo con su rey como había hecho con el rey de Jericó.

Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis, acampó cerca de ella y la atacó.

El SEÑOR entregó a Laquis en manos de Israel, la cual conquistaron al segundo día, y la hirieron a filo de espada con todas las personas que {había} en ella, conforme a todo lo que había hecho a Libna.

Entonces Horam, rey de Gezer, subió en ayuda de Laquis, pero Josué lo derrotó a él y a su pueblo, hasta no dejar sobreviviente alguno.

Josué, y todo Israel con él, pasaron de Laquis a Eglón, y acamparon cerca de ella y la atacaron.

La conquistaron aquel mismo día y la hirieron a filo de espada. Destruyeron por completo aquel día a todas las personas que {había} en ella, conforme a todo lo que habían hecho a Laquis.

Entonces subió Josué, y todo Israel con él, de Eglón a Hebrón, y pelearon contra ella.

La conquistaron y la hirieron a filo de espada, con su rey, todas sus ciudades y todas las personas que {había} en ella. No dejaron ningún sobreviviente, conforme a todo lo que había hecho a Eglón. La destruyeron por completo con todas las personas que {había} en ella.

La conquistaron, con su rey y todas sus ciudades, hiriéndolas a filo de espada. Destruyeron por completo a todas las personas que {había} en ella. Josué no dejó sobreviviente alguno. Como había hecho con Hebrón, {y} como había hecho también con Libna y su rey, así hizo con Debir y su rey.

Hirió, pues, Josué toda la tierra: la región montañosa, el Neguev (región del sur), las tierras bajas (la Sefela) y las laderas, y a todos sus reyes. No dejó ningún sobreviviente, sino que destruyó por completo a todo el que tenía vida, tal como el SEÑOR, Dios de Israel, había mandado.

Josué los hirió desde Cades Barnea hasta Gaza, y todo el territorio de Gosén hasta Gabaón.

A todos estos reyes y sus territorios los capturó Josué de una vez, porque el SEÑOR, Dios de Israel, combatía por Israel.

Cuando Jabín, rey de Hazor, se enteró {de todo esto} envió mensajeros a Jobab, rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf.

También {avisó} a los reyes que {estaban} al norte en la región montañosa, en el Arabá, al sur del Mar de Cineret (Mar de Galilea), y en las tierras bajas (la Sefela) y en las alturas de Dor al occidente,

a los Cananeos {que estaban} al oriente y al occidente, a los Amorreos, a los Hititas, a los Ferezeos y a los Jebuseos en la región montañosa, y a los Heveos al pie del Hermón en la tierra de Mizpa.

Así que todos estos reyes, habiendo acordado unirse, vinieron y acamparon juntos cerca de las aguas de Merom para pelear contra Israel.

Entonces el SEÑOR dijo a Josué: ``No temas a causa de ellos, porque mañana a esta hora Yo los entregaré a todos ellos muertos delante de Israel. Desjarretarás sus caballos y les quemarás sus carros."

Josué, y toda la gente de guerra con él, vinieron de repente sobre ellos junto a las aguas de Merom, y los atacaron.

Y el SEÑOR los entregó en manos de Israel, los derrotaron y los persiguieron hasta Sidón la grande, hasta Misrefot Maim y hasta el Valle de Mizpa al oriente. Los hirieron hasta que no les quedó sobreviviente alguno.

Por ese mismo tiempo Josué volvió y se apodede Hazor e hirió a espada a su rey, porque Hazor antes había sido cabeza de todos estos reinos.

Mataron a filo de espada a todas las personas que {había} en ella, destruyéndo{las} por completo. No quedó nadie con vida. A Hazor le prendió fuego.

Josué capturó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los hirió a filo de espada {y} los destruyó por completo, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado.

Sin embargo, Israel no quemó ninguna de las ciudades que estaban sobre sus colinas, con la única excepción de Hazor, {la cual} Josué incendió.

Los Israelitas tomaron como botín todos los despojos de estas ciudades y el ganado; pero a los hombres hirieron a filo de espada hasta destruirlos. No dejaron a ninguno con vida.

Tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés Su siervo, así Moisés lo ordenó a Josué, y así Josué lo hizo. No dede hacer nada de todo lo que el SEÑOR había ordenado a Moisés.

Tomó, pues, Josué toda aquella tierra: la región montañosa, todo el Neguev (región del sur), toda la tierra de Gosén, las tierras bajas (la Sefela), el Arabá, la región montañosa de Israel y sus llanuras,

No hubo ciudad que hiciera paz con los Israelitas, excepto los Heveos que vivían en Gabaón. De todas se apoderaron por la fuerza.

Porque fue {la intención} del SEÑOR endurecer el corazón de ellos, para que se enfrentaran en batalla con Israel, a fin de que fueran destruidos por completo, sin que tuviera piedad de ellos y los exterminara, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.

Por aquel tiempo Josué fue y destruyó a los Anaceos de la región montañosa, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la región montañosa de Judá y de toda la región montañosa de Israel. Josué los destruyó por completo con sus ciudades.

No quedaron Anaceos en la tierra de los Israelitas. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gat y en Asdod.

Tomó, pues, Josué toda la tierra de acuerdo con todo lo que el SEÑOR había dicho a Moisés. Y Josué la dio por heredad a Israel conforme a sus divisiones por sus tribus. Entonces la tierra descansó de la guerra.

Estos son los reyes de la tierra a quienes los Israelitas derrotaron, y cuya tierra poseyeron al otro lado del Jordán, hacia el oriente, desde el Valle del Arnón hasta el Monte Hermón, y todo el Arabá hacia el oriente:

Sehón, rey de los Amorreos, que habitaba en Hesbón {y} gobernaba desde Aroer, que está al borde del Valle del Arnón, el medio del valle y la mitad de Galaad, y hasta el arroyo de Jaboc, frontera de los Amonitas;

y el Arabá hasta el Mar de Cineret (de Galilea) hacia el oriente, y hasta el Mar de Arabá, el Mar Salado, al oriente hacia Bet Jesimot, y al sur, al pie de las laderas del Pisga;

y el territorio de Og, rey de Basán, uno de los que quedaba de los Refaítas, que habitaba en Astarot y en Edrei,

y que gobernaba en el Monte Hermón, en Salca y en todo Basán, hasta las fronteras del Gesureo y del Maacateo, y la mitad de Galaad, {hasta} la frontera de Sehón, rey de Hesbón.

{A éstos} Moisés, siervo del SEÑOR, y los Israelitas los derrotaron; y Moisés, siervo del SEÑOR, dio su tierra en posesión a los Rubenitas, a los Gaditas y a la media tribu de Manasés.

Estos son los reyes de la tierra que Josué y los Israelitas derrotaron al otro lado del Jordán, hacia el occidente, desde Baal Gad en el Valle del Líbano hasta el Monte Halac que se levanta hacia Seir. Josué dio la tierra de estos reyes en posesión a las tribus de Israel según sus divisiones,

en la región montañosa, en las tierras bajas, en el Arabá, en las laderas, en el desierto y en el Neguev (región del sur); de los Hititas, Amorreos, Cananeos, Ferezeos, Heveos y Jebuseos:

el rey de Jericó, uno; el rey de Hai, que está al lado de Betel (Casa de Dios), uno;

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso