15832 casos

'De' en la Biblia

La madre lo olvidará; El gusano {lo} saboreará hasta que nadie se acuerde de él, Y la iniquidad será quebrantada como un árbol.

Pero Dios arrastra a los poderosos con Su poder; Cuando se levanta, nadie está seguro de la vida.

Son exaltados por poco tiempo, después desaparecen; Además son humillados y como todo, recogidos; Como las cabezas de las espigas son cortados.

¿A quién has proferido {tus} palabras, Y de quién es el espíritu que habló en ti?

Las sombras (de los muertos) tiemblan Bajo las aguas y sus habitantes.

Desnudo está el Seol (región de los muertos) ante El, Y el Abadón (lugar de destrucción) no tiene cobertura.

Oscurece la superficie de la luna llena, Y extiende sobre ella Su nube.

Lejos esté de mí que les dé la razón a ustedes; Hasta que muera, no abandonaré mi integridad.

Les instruiré en el poder de Dios; No ocultaré lo que concierne al Todopoderoso.

Esta es la porción de parte de Dios para el hombre impío, Y la herencia {que} los tiranos reciben del Todopoderoso.

Aunque sean muchos sus hijos, están destinados a la espada, Y sus vástagos no se saciarán de pan.

Sus sobrevivientes serán sepultados a causa de la plaga, Y sus viudas no podrán llorar.

Lo alcanzan los terrores como una inundación; De noche lo arrebata un torbellino.

Se lo lleva el viento del este, y desaparece, Pues {como} torbellino lo arranca de su lugar.

Sin compasión se arrojará contra él; Ciertamente él tratará de huir de su poder.

El hierro se saca de la tierra, Y de la piedra se funde el cobre.

Abren minas lejos de lo habitado, Olvidado por el pie; Suspendidos se balancean lejos de los hombres.

De la tierra viene el alimento, Y abajo está revuelta como por fuego.

Sus piedras son yacimientos de zafiros, Y su polvo {contiene} oro.

Senda que ave de rapiña no conoce, Ni que ojo de halcón ha alcanzado a ver;

Pone {el hombre} su mano en el pedernal; Vuelca de raíz los montes.

Pero la sabiduría, ¿dónde se hallará? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?

No conoce el hombre su valor, Ni se encuentra en la tierra de los vivientes.

No puede evaluarse con oro de Ofir, Ni con ónice precioso, ni con zafiro.

No la pueden igualar ni el oro ni el vidrio, Ni se puede cambiar por artículos de oro puro.

Coral y cristal ni se mencionen; La adquisición de la sabiduría es mejor que las perlas.

¿De dónde, pues, viene la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?

Está escondida de los ojos de todos los vivientes, Y oculta a todas las aves del cielo.

El Abadón (lugar de destrucción) y la muerte dicen: `Con nuestros oídos hemos oído su fama.'

Dios entiende el camino de ella, Y conoce su lugar.

Porque El contempla los confines de la tierra, Y ve todo bajo los cielos.

Como era yo en los días de mi juventud, Cuando el favor de Dios {estaba} sobre mi tienda;

Cuando en leche se bañaban mis pies, Y la roca me derramaba ríos de aceite!

Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, Cuando en la plaza tomaba mi asiento,

Los príncipes dejaban de hablar Y ponían la mano sobre su boca;

La voz de los nobles se apagaba, Y la lengua se les pegaba al paladar.

Porque el oído que oía me llamaba bienaventurado, Y el ojo que veía daba testimonio de mí;

Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer, Y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo.

Mi raíz se extiende hacia las aguas, Y el rocío se posa de noche en mi rama.

Después de mis palabras no hablaban de nuevo, Y sobre ellos caía gota a gota mi discurso.

Yo les sonreía cuando ellos no creían, Y no abatían la luz de mi rostro.

``Pero ahora se burlan de mí Los que son más jóvenes que yo, A cuyos padres no consideraba yo dignos De poner con los perros de mi ganado.

En verdad, la fuerza de sus manos ¿de qué me servía? Había desaparecido de ellos el vigor.

De miseria y hambre estaban extenuados; Roían la tierra seca de noche en desierto y desolación;

Arrancaban malvas junto a los matorrales, Y raíz de retama era su alimento.

De la comunidad fueron expulsados, Gritaban contra ellos como contra un ladrón.

Moraban en valles de terror, En las cuevas de la tierra y de las peñas.

Necios, sí, hijos sin nombre, Echados a latigazos de la tierra.

Y ahora he venido a ser su escarnio, Y soy para ellos motivo de burla.

Por cuanto El ha aflojado la cuerda de Su arco y me ha afligido, Se han quitado el freno delante de mí.

A {mi} derecha se levanta el populacho, Arrojan {lazos} a mis pies Y preparan contra mí sus caminos de destrucción.

Arruinan mi senda, A causa de mi destrucción se benefician, Nadie los detiene.

Como {por} ancha brecha vienen, En medio de la tempestad siguen rodando.

Y ahora en mí se derrama mi alma; Días de aflicción se han apoderado de mí.

De noche El traspasa mis huesos dentro de mí, Y los {dolores} que me corroen no descansan.

Una gran fuerza deforma mi vestidura, Me aprieta como el cuello de mi túnica.

Te has vuelto cruel conmigo, Con el poder de Tu mano me persigues.

Sin embargo ¿no extiende la mano {el que está} en un montón de ruinas, Cuando clama en su calamidad?

Por dentro me hierven las entrañas, y no puedo descansar; Me vienen al encuentro días de aflicción.

He venido a ser hermano de chacales Y compañero de avestruces.

Se ha convertido en duelo mi arpa, Y mi flauta en voz de los que lloran.

¿Y cuál es la porción de Dios desde arriba, O la heredad del Todopoderoso (Shaddai) desde las alturas?

Si mi corazón fue seducido por mujer, O he estado al acecho a la puerta de mi prójimo,

Porque sería fuego que consume hasta el Abadón (lugar de destrucción), Y arrancaría toda mi ganancia.

Si he negado el derecho de mi siervo o de mi sierva Cuando presentaron queja contra mí,

Si he visto a alguien perecer por falta de ropa, Y sin abrigo al necesitado,

Si su corazón no me ha expresado gratitud, Pues se ha calentado con el vellón de mis ovejas;

Si he alzado contra el huérfano mi mano, Porque vi que yo tenía apoyo en la puerta (de la ciudad),

Que mi hombro se caiga de la coyuntura, Y mi brazo se quiebre en el codo.

Porque el castigo de Dios es terror para mí, Y ante Su majestad (exaltación) nada puedo {hacer.}

Y fue mi corazón seducido en secreto, Y mi mano tiró un beso de mi boca,

Eso también hubiera sido iniquidad {que merecía} juicio, Porque habría negado al Dios de lo alto.

¿Acaso me he alegrado en la destrucción de mi enemigo, O me he regocijado cuando el mal le sobrevino?

¿Acaso no han dicho los hombres de mi tienda: ` ¿Quién puede hallar a alguien que no se haya saciado con su carne?'

Porque temí a la gran multitud, O el desprecio de las familias me aterró, Y guardé silencio y no salí de {mi} puerta?

Del número de mis pasos yo Le daría cuenta, Como a un príncipe me acercaría a El.

¡que en lugar de trigo crezcan cardos, Y en lugar de cebada hierba maloliente!" {Aquí} terminan las palabras de Job.

Entonces estos tres hombres dejaron de responder a Job porque él era justo a sus propios ojos.

Pero se encendió la ira de Eliú, hijo de Baraquel el Buzita, de la familia de Ram. Se encendió su ira contra Job porque se justificaba delante de Dios.

Eliú había esperado para hablar a Job porque {los otros} eran de más edad que él.

Pero cuando vio Eliú que no había respuesta en la boca de los tres hombres, se encendió su ira.

Y respondió Eliú, hijo de Baraquel el Buzita, y dijo: ``Yo soy joven, y ustedes ancianos; Por eso tenía timidez y me atemorizaba declararles lo que pienso.

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso