'No' en la Biblia

Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos.

Por tanto juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.

Decid en las gentes: Jehová reinó, También afirmó el mundo, no será conmovido: Juzgará á los pueblos en justicia.

Reconoced que Jehová él es Dios: El nos hizo, y no nosotros á nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.

No pondré delante de mis ojos cosa injusta: Aborrezco la obra de los que se desvían: Ninguno de ellos se allegará á mí.

Corazón perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado.

Al que solapadamente infama á su prójimo, yo le cortaré; No sufriré al de ojos altaneros, y de corazón vanidoso.

No habitará dentro de mi casa el que hace fraude: El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.

No escondas de mí tu rostro: en el día de mi angustia Inclina á mí tu oído; El día que te invocare, apresúrate á responderme.

Habrá mirado á la oración de los solitarios, Y no habrá desechado el ruego de ellos.

Dije: Dios mío, no me cortes en el medio de mis días: Por generación de generaciones son tus años.

Mas tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.

Bendice, alma mía, á Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo.

No ha hecho con nosotros conforme á nuestras iniquidades; Ni nos ha pagado conforme á nuestros pecados.

Que pasó el viento por ella, y pereció: Y su lugar no la conoce más.

El fundó la tierra sobre sus basas; No será jamás removida.

Pusísteles término, el cual no traspasarán; Ni volverán á cubrir la tierra.

No consintió que hombre los agraviase; Y por causa de ellos castigó los reyes.

No toquéis, dijo, á mis ungidos, Ni hagáis mal á mis profetas.

Echó tinieblas, é hizo oscuridad; Y no fueron rebeldes á su palabra.

Y sacólos con plata y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo.

Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; Sino que se rebelaron junto á la mar, en el mar Bermejo.

Y cubrieron las aguas á sus enemigos: No quedó uno de ellos.

Apresuráronse, olvidáronse de sus obras; No esperaron en su consejo.

Y trató de destruirlos, A no haberse puesto Moisés su escogido al portillo delante de él, A fin de apartar su ira, para que no los destruyese.

Empero aborrecieron la tierra deseable: No creyeron á su palabra;

Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová.

No destruyeron los pueblos Que Jehová les dijo;

Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, No hallando ciudad de población.

Por lo que quebrantó él con trabajo sus corazones, Cayeron y no hubo quien los ayudase;

Y los bendice, y se multiplican en gran manera; Y no disminuye sus bestias.

Ciertamente tú, oh Dios, que nos habías desechado; Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.

Al Músico principal: Salmo de David. OH Dios de mi alabanza, no calles;

No tenga quien le haga misericordia; Ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.

Venga en memoria cerca de Jehová la maldad de sus padres, Y el pecado de su madre no sea borrado.

Por cuanto no se acordo de hacer misericordia, Y persiguió al hombre afligido y menesteroso Y quebrantado de corazón, para matar lo.

Y amó la maldición, y vínole; Y no quiso la bendición, y ella se alejó de él.

Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melchîsedech.

Por lo cual no resbalará para siempre: En memoria eterna será el justo.

De mala fama no tendrá temor: Su corazón está apercibido, confiado en Jehová.

Asentado está su corazón, no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo.

NO á nosotros, oh Jehová, no á nosotros, Sino á tu nombre da gloria; Por tu misericordia, por tu verdad.

Tienen boca, mas no hablarán; Tienen ojos, mas no verán;

Orejas tienen, mas no oirán; Tienen narices, mas no olerán;

Manos tienen, mas no palparán; Tienen pies, mas no andarán; No hablarán con su garganta.

No alabarán los muertos á JAH, Ni cuantos descienden al silencio;

Jehová está por mí: no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.

No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de JAH.

Castigóme gravemente JAH: Mas no me entregó á la muerte.

Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.

Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese á todos tus mandamientos.

Tus estatutos guardaré: No me dejes enteramente.

Con todo mi corazón te he buscado: No me dejes divagar de tus mandamientos.

En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.

Recrearéme en tus estatutos: No me olvidaré de tus palabras.

Advenedizo soy yo en la tierra: No encubras de mí tus mandamientos.

Allegádome he á tus testimonios; Oh Jehová, no me avergüences.

Inclina mi corazón á tus testimonios, Y no á la avaricia.

Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.

Y no quites de mi boca en nigún tiempo la palabra de verdad; Porque á tu juicio espero.

Y hablaré de tus testimonios delante de los reyes, Y no me avergonzaré.

Los soberbios se burlaron mucho de mí: Mas no me he apartado de tu ley.

Apresuréme, y no me retardé En guardar tus mandamientos.

Compañía de impíos me han robado: Mas no me he olvidado de tu ley.

Sea mi corazón íntegro en tus estatutos; Porque no sea yo avergonzado.

Porque estoy como el odre al humo; Mas no he olvidado tus estatutos.

Los soberbios me han cavado hoyos; Mas no obran según tu ley.

Casi me han echado por tierra: Mas yo no he dejado tus mandamientos.

Si tu ley no hubiese sido mis delicias, Ya en mi aflicción hubiera perecido.

No me aparté de tus juicios; Porque tú me enseñaste.

De continuo está mi alma en mi mano: Mas no me he olvidado de tu ley.

Pusiéronme lazo los impíos: Empero yo no me desvié de tus mandamientos.

Susténtame conforme á tu palabra, y viviré: Y no me avergüences de mi esperanza.

AIN. Juicio y justicia he hecho; No me dejes á mis opresores.

Responde por tu siervo para bien: No me hagan violencia los soberbios.

Ríos de agua descendieron de mis ojos, Porque no guardaban tu ley.

Pequeño soy yo y desechado; Mas no me he olvidado de tus mandamientos.

RESH. Mira mi aflicción, y líbrame; Porque de tu ley no me he olvidado.

Lejos está de los impíos la salud; Porque no buscan tus estatutos.

Muchos son mis perseguidores y mis enemigos; Mas de tus testimonios no me he apartado.

Veía á los prevaricadores, y carcomíame; Porque no guardaban tus palabras.

Mucha paz tienen los que aman tu ley; Y no hay para ellos tropiezo.

Yo anduve errante como oveja extraviada; busca á tu siervo; Porque no me he olvidado de tus mandamientos.

No dará tu pie al resbaladero; Ni se dormirá el que te guarda.

He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda á Israel.

El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.

Cántico gradual: de David. A NO haber estado Jehová por nosotros, Diga ahora Israel;

A no haber estado Jehová por nosotros, Cuando se levantaron contra nosotros los hombres,

Bendito Jehová, Que no nos dió por presa á sus dientes.

Cántico gradual. LOS que confían en Jehová Son como el monte de Sión que no deslizará: estará para siempre.

Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos; Porque no extiendan los justos sus manos á la iniquidad.

Cántico gradual: para Salomón. SI Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican: Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guarda.

Bienaventurado el hombre que hinchió su aljaba de ellos: No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Mucho me han angustiado desde mi juventud; Mas no prevalecieron contra mí.

De la cual no hinchió segador su mano, Ni sus brazos el que hace gavillas.

Cántico gradual: de David. JEHOVA, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas para mí demasiado sublimes.

No entraré en la morada de mi casa, Ni subiré sobre el lecho de mi estrado;

No daré sueño á mis ojos, Ni á mis párpados adormecimiento.

Por amor de David tu siervo No vuelvas de tu ungido el rostro.