'Necio' en la Biblia
Es cierto que al necio la ira lo mata, Y al codicioso consume la envidia.
Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación.
Al Músico principal: Salmo de David. DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse, hicieron obras abominables; No hay quien haga bien.
Pues se ve que mueren los sabios, Así como el insensato y el necio perecen, Y dejan á otros sus riquezas.
Al Músico principal: sobre Mahalath: Masquil de David. DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse é hicieron abominable maldad: No hay quien haga bien.
El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto:
Las sentencias de Salomón. EL hijo sabio alegra al padre; Y el hijo necio es tristeza de su madre.
El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y el que echa mala fama es necio.
El que turba su casa heredará viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón.
El camino del necio es derecho en su opinión: Mas el que obedece al consejo es sabio.
El necio luego al punto da á conocer su ira: Mas el que disimula la injuria es cuerdo.
Todo hombre cuerdo obra con sabiduría: Mas el necio manifestará necedad.
En la boca del necio está la vara de la soberbia: Mas los labios de los sabios los guardarán.
Vete de delante del hombre necio, Porque en él no advertirás labios de ciencia.
El sabio teme, y se aparta del mal: Mas el necio se arrebata, y confía.
El necio menosprecia el consejo de su padre: Mas el que guarda la corrección, vendrá á ser cuerdo.
El hijo sabio alegra al padre: Mas el hombre necio menosprecia á su madre.
No conviene al necio la altilocuencia: Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!
Aprovecha la reprensión en el entendido, Más que si cien veces hiriese en el necio.
¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, No teniendo entendimiento?
El que engendra al necio, para su tristeza lo engendra: Y el padre del fatuo no se alegrará.
En el rostro del entendido aparece la sabiduría: Mas los ojos del necio vagan hasta el cabo de la tierra.
El hijo necio es enojo á su padre, Y amargura á la que lo engendró.
Aun el necio cuando calla, es contado por sabio: El que cierra sus labios es entendido.
No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en lo que su corazón se descubre.
Los labios del necio vienen con pleito; Y su boca á cuestiones llama.
La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos para su alma.
No conviene al necio el deleite: Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes!
Dolor es para su padre el hijo necio; Y gotera continua las contiendas de la mujer.
No hables á oídos del necio; Porque menospreciará la prudencia de tus razones.
El pensamiento del necio es pecado: Y abominación á los hombres el escarnecedor.
COMO la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, Así conviene al necio la honra.
El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, Y la vara para la espalda del necio.
Nunca respondas al necio en conformidad á su necedad, Para que no seas tú también como él.
Responde al necio según su necedad, Porque no se estime sabio en su opinión.
Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía algo por mano de un necio.
Alzar las piernas del cojo. Así es el proverbio en la boca del necio.
Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que al necio da honra.
Como perro que vuelve á su vómito, Así el necio que repite su necedad.
¿Has visto hombre sabio en su opinión? Más esperanza hay del necio que de él.
Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.
Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo á pisón majados, No se quitará de él su necedad.
El que confía en su corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría, será salvo.
Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje ó que se ría, no tendrá reposo.
El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.
¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él.
Por el siervo cuando reinare; Y por el necio cuando se hartare de pan;
El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas: empero también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.
Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio me sucederá también á mí: ¿para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.
Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.
¿Y quién sabe si será sabio, ó necio, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané, y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.
Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.
Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?
Porque la risa del necio es como el estrépito de las espinas debajo de la olla. Y también esto es vanidad.
El corazón del sabio está á su mano derecha; mas el corazón del necio á su mano izquierda.
Y aun mientras va el necio por el camino, fálta le, su cordura, y dice á todos, que es necio.
Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.
El necio multiplica palabras: no sabe hombre lo que ha de ser; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?
Porque mi pueblo es necio; no me conocieron los hijos ignorantes y los no entendidos; sabios para mal hacer, y para bien hacer no supieron.
Oid ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen:
Vinieron los días de la visitación, vinieron los días de la paga; conocerálo Israel: necio el profeta. insensato el varón de espíritu, á causa de la multitud de tu maldad, y grande odio.
Y díjole Dios: Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?
Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fué entenebrecido.
Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;
Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes.
Heme hecho un necio en gloriarme: vosotros me constreñisteis; pues yo había de ser alabado de vosotros: porque en nada he sido menos que los sumos apóstoles, aunque soy nada.