'Al' en la Biblia
El temor del (La reverencia al) SEÑOR es el principio de la sabiduría; Los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
Si dicen: ``Ven con nosotros, Pongámonos al asecho para {derramar} sangre, Sin causa asechemos al inocente,
Devorémoslos vivos como el Seol, Enteros, como los que descienden al abismo;
Pero el que me escucha vivirá seguro, Y descansará, sin temor al mal."
Da oído a la sabiduría, Inclina tu corazón al entendimiento.
La cual deja al compañero de su juventud, Y olvida el pacto de su Dios;
No seas sabio a tus propios ojos; Teme (Reverencia) al SEÑOR y apártate del mal.
Honra al SEÑOR con tus bienes Y con las primicias de todos tus frutos;
Porque el SEÑOR ama a quien reprende, Como un padre al hijo en quien se deleita.
No envidies al hombre violento, Y no escojas ninguno de sus caminos.
Pero al final es amarga como el ajenjo, Aguda como espada de dos filos.
No sea que des tu vigor a otros Y tus años al cruel;
Y al final te lamentes, Cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido,
Por tanto su desgracia vendrá de repente; Al instante será quebrantado, y no habrá remedio.
Cuando andes, te guiarán; Cuando duermas, velarán por ti; Al despertarte, hablarán contigo.
No se desprecia al ladrón si roba Para saciarse cuando tiene hambre;
Porque los celos enfurecen al hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.
Al atardecer, al anochecer, En medio de la noche y la oscuridad.
Entonces una mujer le {sale} al encuentro, Vestida como ramera y astuta de corazón.
Al instante la sigue Como va el buey al matadero, O como {uno en} grillos al castigo de un necio,
Su casa es el camino al Seol, Que desciende a las cámaras de la muerte.
En la cima de las alturas, junto al camino, Donde cruzan las sendas, se coloca;
El SEÑOR me poseyó al principio de Su camino, Antes de Sus obras de tiempos pasados.
Cuando al mar puso sus límites Para que las aguas no transgredieran Su mandato, Cuando señaló los cimientos de la tierra,
``El que sea simple que entre aquí." Al falto de entendimiento le dice:
El que instruye al insolente, atrae sobre sí deshonra, Y el que reprende al impío {recibe} insultos.
No reprendas al insolente, para que no te aborrezca; Reprende al sabio, y te amará.
Da {instrucción} al sabio, y será aún más sabio, Enseña al justo, y aumentará {su} saber.
``El que sea simple, que entre aquí." Y al falto de entendimiento, le dice:
Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, Pero el hijo necio es tristeza para su madre.
El temor del (La reverencia al) SEÑOR multiplica los días, Pero los años de los impíos serán acortados.
La balanza falsa es abominación al SEÑOR, Pero el peso cabal es Su deleite.
Los de corazón perverso son abominación al SEÑOR, Pero los de camino intachable son Su deleite.
Al que retiene el grano, el pueblo lo maldecirá, Pero habrá bendición sobre la cabeza del que {lo} vende.
El bueno alcanzará el favor del SEÑOR, Pero El condenará al hombre de malos designios.
El enojo del necio se conoce al instante, Pero el prudente oculta la deshonra.
Ningún daño sobreviene al justo, Pero los impíos están llenos de pesares.
Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR, Pero los que obran fielmente son Su deleite.
La justicia guarda al íntegro {en su} camino, Pero la maldad destruye al pecador.
Pobreza y vergüenza {vendrán} al que desprecia la instrucción, Pero el que acepta la reprensión será honrado.
El que anda en rectitud teme al SEÑOR, Pero el de perversos caminos Lo desprecia.
Hay camino que al hombre le {parece} derecho, Pero al final, es camino de muerte.
Aun por su vecino es odiado el pobre, Pero muchos son los que aman al rico.
El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, Pero el que se apiada del necesitado Lo honra.
El sacrificio de los impíos es abominación al SEÑOR, Pero la oración de los rectos es Su deleite.
Abominación al SEÑOR es el camino del impío, Pero El ama al que sigue la justicia.
El insolente no ama al que lo reprende, Ni se allegará a los sabios.
El hijo sabio alegra al padre, Pero el hombre necio desprecia a su madre.
Abominación al SEÑOR son los planes perversos, Pero son puras las palabras agradables.
Encomienda tus obras al SEÑOR, Y tus propósitos se afianzarán.
Abominación al SEÑOR es todo el que es altivo de corazón; Ciertamente no quedará sin castigo.
Cuando los caminos del hombre son agradables al SEÑOR, Aun a sus enemigos hace que estén en paz con él.
Panal de miel son las palabras agradables, Dulces al alma y salud para los huesos.
Hay camino que al hombre le {parece} derecho, Pero al final es camino de muerte.
No convienen al necio las palabras elocuentes, Mucho menos al príncipe los labios mentirosos.
Al que devuelve mal por bien, El mal no se apartará de su casa.
El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación al SEÑOR.
Ciertamente no es bueno multar al justo, {Ni} golpear a los nobles {por} su rectitud.
No es bueno mostrar preferencia por el impío, Para ignorar al justo en el juicio.
Al necio no conviene la vida de lujo; Mucho menos a un siervo gobernar a los príncipes.
El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, Y El lo recompensará por su buena obra.
Golpea al insolente y el ingenuo se volverá astuto, Pero reprende al que tiene inteligencia y ganará en conocimiento.
Pesas desiguales y medidas desiguales, Ambas cosas son abominables al SEÑOR.
Tómale la ropa al que sale fiador del extraño; Y tómale prenda por los extranjeros.
El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, Pero después su boca se llenará de grava.
Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en medio de las tinieblas.
La herencia adquirida de prisa al principio, No será bendecida al final.
Pesas desiguales son abominación al SEÑOR, Y no está bien {usar} una balanza falsa.
Lealtad y verdad guardan al rey, Y por la justicia sostiene su trono.
Cuando el insolente es castigado, el simple se hace sabio; Pero cuando se instruye al sabio, adquiere conocimiento.
El justo observa la casa del impío, Llevando al impío a la ruina.
El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará y no recibirá respuesta.
Se prepara al caballo para el día de la batalla, Pero la victoria es del SEÑOR.
Instruye al niño en el camino que debe andar, Y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
El generoso será bendito, Porque da de su pan al pobre.
Echa fuera al insolente y saldrá la discordia, Y cesarán {también} los pleitos y la ignominia.
La necedad está ligada al corazón del niño, {Pero} la vara de la disciplina lo alejará de ella.
El que oprime al pobre para engrandecerse, O da al rico, sólo {llegará a} la pobreza.
Para hacerte saber la certeza de las palabras de verdad A fin de que respondas correctamente al que te ha enviado?
No robes al pobre, porque es pobre, Ni aplastes al afligido en la puerta;
No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece en la copa; Entra suavemente,
{Pero} al final muerde como serpiente, Y pica como víbora.
Al que planea hacer el mal, Lo llamarán intrigante.
Hijo mío, teme al SEÑOR y al rey; No te asocies con los que son inestables;
Al que dice al impío: ``Eres justo," Lo maldecirán los pueblos, lo aborrecerán las naciones;
No digas: ``Como él me ha hecho, así le haré; Pagaré al hombre según su obra."
He pasado junto al campo del perezoso Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento,
Quita al malo {de} delante del rey, Y su trono se afianzará en la justicia.
No te apresures a presentar pleito; Pues ¿qué harás al final, Cuando tu prójimo te avergüence?
{Como} pendiente de oro y adorno de oro fino Es el sabio que reprende al oído atento.
Con la mucha paciencia se persuade al príncipe, Y la lengua suave quebranta los huesos.
No respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.
Responde al necio según su necedad {se merece}, Para que no sea sabio ante sus propios ojos.
Como el que ata la piedra a la honda, Así es el que da honor al necio.
{Como} arquero que a todos hiere, Así es el que toma a sueldo al necio o a los que pasan.
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, Ni vayas a la casa de tu hermano el día de tu infortunio. Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Para que yo responda al que me afrenta.
Tómale la ropa al que sale fiador del extraño; Y tómale prenda por la mujer desconocida.
Al que muy de mañana bendice a su amigo en alta voz, Le será contado como una maldición.
El que trata de contenerla, {es como} refrenar al viento Y recoger aceite con su mano derecha.