'Yo' en la Biblia
Acometieron los Sabeos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada: solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los mozos, y los consumió: solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.
Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los Caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y tomáronlos, é hirieron á los mozos á filo de espada; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.
Y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, é hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los mozos, y murieron; y solamente escapé yo solo para traerte las nuevas.
Perezca el día en que yo nací, Y la noche que se dijo: Varón es concebido.
Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, Ni escondió de mis ojos la miseria.
¿Por qué no morí yo desde la matriz, O fuí traspasado en saliendo del vientre?
Pues que ahora yaciera yo, y reposara; Durmiera, y entonces tuviera reposo,
Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan.
Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía:
Yo he visto al necio que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación.
Ciertamente yo buscaría á Dios, Y depositaría en él mis negocios:
Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.
¿Os he dicho yo: Traedme, Y pagad por mí de vuestra hacienda;
Enseñadme, y yo callaré: Y hacedme entender en qué he errado.
Así poseo yo meses de vanidad, Y noches de trabajo me dieron por cuenta.
Por tanto yo no reprimiré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y quejaréme con la amargura de mi alma.
¿Soy yo la mar, ó ballena, Que me pongas guarda?
Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.
Ciertamente yo conozco que es así: ¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Y pasará, y no lo entenderé.
¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras estudiadas?
Que aunque fuese yo justo, no responderé; Antes habré de rogar á mi juez.
Que si yo le invocase, y él me respondiese, Aun no creeré que haya escuchado mi voz.
Si yo me justificare, me condenará mi boca; Si me dijere perfecto, esto me hará inicuo.
Bien que yo fuese íntegro, no conozco mi alma: Reprocharé mi vida.
Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume.
Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente á juicio.
ESTA mi alma aburrida de mi vida: Daré yo suelta á mi queja sobre mí, Hablaré con amargura de mi alma.
Y estas cosas tienes guardadas en tu corazón; Yo sé que esto está cerca de ti.
¿Por qué me sacaste de la matriz? Habría yo espirado, y no me vieran ojos.
Tú dices: Mi conversar es puro, Y yo soy limpio delante de tus ojos.
También tengo yo seso como vosotros; No soy yo menos que vosotros: ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.
Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; No soy menos que vosotros.
Mas yo hablaría con el Todopoderoso, Y querría razonar con Dios.
Escuchadme, y hablaré yo, Y véngame después lo que viniere.
¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y pondré mi alma en mi mano?
He aquí ahora, si yo me apercibiere á juicio, Sé que seré justificado.
¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, fenecería.
¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado.
Aficionado á la obra de tus manos, Llamarás, y yo te responderé.
Tu boca te condenará, y no yo; Y tus labios testificarán contra ti.
También yo hablaría como vosotros. Ojalá vuestra alma estuviera en lugar de la mía, Que yo os tendría compañía en las palabras, Y sobre vosotros movería mi cabeza.
Mas yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría el dolor vuestro.
Yo cosí saco sobre mi piel, Y cargué mi cabeza de polvo.
Mas los años contados vendrán, Y yo iré el camino por donde no volveré.
Sea así que realmente haya yo errado, Conmigo se quedará mi yerro.
He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído: Daré voces, y no habrá juicio.
Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño; Forastero fuí yo en sus ojos.
Todos mis confidentes me aborrecieron; Y los que yo amaba, se tornaron contra mí.
Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo:
Al cual yo tengo de ver por mí, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mis riñones se consuman dentro de mí.
Soportadme, y yo hablaré; Y después que hubiere hablado, escarneced.
¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y toma temblor mi carne.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, Y las imaginaciones que contra mí forjáis.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré:
Si al norte él obrare, yo no lo veré; Al mediodía se esconderá, y no lo veré.
Por lo cual yo me espanto en su presencia: Consideraré, y temerélo.
¿Por qué no fuí yo cortado delante de las tinieblas, Y cubrió con oscuridad mi rostro?
Nunca tal acontezca que yo os justifique: Hasta morir no quitaré de mí mi integridad.
Yo os enseñaré en orden á la mano de Dios: No esconderé lo que hay para con el Omnipotente.
Cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, A la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;
Cuando lavaba yo mis caminos con manteca, Y la piedra me derramaba ríos de aceite!
Y decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multiplicaré días.
Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.
MAS ahora los más mozos de días que yo, se ríen de mí; Cuyos padres yo desdeñara ponerlos con los perros de mi ganado.
Porque ¿para qué yo habría menester la fuerza de sus manos, En los cuales había perecido con el tiempo?
Y ahora yo soy su canción, Y he sido hecho su refrán.
Porque yo conozco que me reduces á la muerte; Y á la casa determinada á todo viviente.
¿No lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso?
Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; Y cuando esperaba luz, la oscuridad vino.
HICE pacto con mis ojos: ¿Cómo pues había yo de pensar en virgen?
Siembre yo, y otro coma, Y mis verduras sean arrancadas.
¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?
Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya alteza yo no tendría poder.
Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona.
Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me llegaría á él.
Y respondió Eliú hijo de Barachêl, Buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; He tenido por tanto miedo, y temido declararos mi opinión.
Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría.
He aquí yo he esperado á vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras.
Ahora bien, Job no enderezó á mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras razones.
Yo pues he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más.
Por eso yo también responderé mi parte, También yo declararé mi juicio.
He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua hablará en mi garganta.
Heme aquí á mí en lugar de Dios, conforme á tu dicho: De lodo soy yo también formado.
De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:
Yo soy limpio y sin defecto; Y soy inocente, y no hay maldad en mí.
He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
Escucha, Job, y óyeme; Calla, y yo hablaré.
Que si tuvieres razones, respóndeme; Habla, porque yo te quiero justificar.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (115)
- LBDA (76)
- NBLH (78)
- RV (122)
- SEV (116)
- RV1909 (121)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (145)
- Éxodo (121)
- Levítico (86)
- Números (64)
- Deuteronomio (98)
- Josué (29)
- Jueces (66)
- Rut (15)
- 1 Samuel (100)
- 2 Samuel (106)
- 1 Reyes (102)
- 2 Reyes (59)
- 1 Crónicas (27)
- 2 Crónicas (40)
- Esdras (4)
- Nehemías (22)
- Ester (6)
- Job (121)
- Salmos (154)
- Proverbios (17)
- Eclesiastés (28)
- Cantares (16)
- Isaías (143)
- Jeremías (192)
- Lamentaciones (6)
- Ezequiel (261)
- Daniel (50)
- Oseas (38)
- Joel (5)
- Amós (14)
- Jonás (6)
- Miqueas (9)
- Habacuc (2)
- Sofonías (7)
- Hageo (5)
- Zacarías (30)
- Malaquías (16)
- Mateo (51)
- Marcos (22)
- Lucas (35)
- Juan (159)
- Hechos (62)
- Romanos (22)
- 1 Corintios (38)
- 2 Corintios (20)
- Gálatas (12)
- Efesios (5)
- Filipenses (8)
- Colosenses (1)
- 1 Tesalonicenses (3)
- 1 Timoteo (2)
- 2 Timoteo (4)
- Tito (1)
- Filemón (3)
- Hebreos (7)
- Santiago (1)
- 1 Pedro (4)
- 2 Pedro (4)
- 1 Juan (3)
- 2 Juan (1)
- 3 Juan (6)
- Apocalipsis (51)