16711 casos

'De' en la Biblia

A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora como vosotros? ¿No es el rebusco de Ephraim mejor que la vendimia de Abiezer?

Dios ha entregado en vuestras manos á Oreb y á Zeeb, príncipes de Madián: ¿y qué pude yo hacer como vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.

Y dijo á los de Succoth: Yo os ruego que deis á la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque están cansados, y yo persigo á Zeba y á Zalmunna, reyes de Madián.

Y los principales de Succoth respondieron: ¿Está ya la mano de Zeba y Zalmunna en tu mano, para que hayamos nosotros de dar pan á tu ejército?

Y de allí subió á Penuel, y hablóles las mismas palabras. Y los de Penuel le respondieron como habían respondido los de Succoth.

Y él habló también á los de Penuel, diciendo: Cuando yo tornare en paz, derribaré esta torre.

Y Zeba y Zalmunna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campo de los orientales: y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.

Y subiendo Gedeón hacia los que habitaban en tiendas, á la parte oriental de Noba y de Jogbea, hirió el campo, porque estaba el ejército sin recelo.

Y huyendo Zeba y Zalmunna, él los siguió; y tomados los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmunna, espantó á todo el ejército.

Y Gedeón hijo de Joas volvió de la batalla antes que el sol subiese;

Y tomó un mozo de los de Succoth, y preguntándole, él le dió por escrito los principales de Succoth y sus ancianos, setenta y siete varones.

Y entrando á los de Succoth, dijo: He aquí á Zeba y á Zalmunna, sobre los cuales me zaheristeis, diciendo: ¿Está ya la mano de Zeba y de Zalmunna en tu mano, para que demos nosotros pan á tus hombres cansados?

Y tomó á los ancianos de la ciudad, y espinas y abrojos del desierto, y castigó con ellos á los de Succoth.

Asimismo derribó la torre de Penuel, y mató á los de la ciudad.

Luego dijo á Zeba y á Zalmunna: ¿Qué manera de hombres tenían aquellos que matasteis en Tabor? Y ellos respondieron: Como tú, tales eran aquellos ni más ni menos, que parecían hijos de rey.

Y él dijo: Mis hermanos eran, hijos de mi madre: ­Vive Jehová, que si los hubierais guardado en vida, yo no os mataría!

Entonces dijo Zeba y Zalmunna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató á Zeba y á Zalmunna; y tomó los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello.

Y los Israelitas dijeron á Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián.

Y díjoles Gedeón: Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo. (Porque traían zarcillos de oro, que eran Ismaelitas.)

Y ellos respondieron: De buena gana los daremos. Y tendiendo una ropa de vestir, echó allí cada uno los zarcillos de su despojo.

Y fué el peso de los zarcillos de oro que él pidió, mil y setecientos siclos de oro; sin las planchas, y joyeles, y vestidos de púrpura, que traían los reyes de Madián, y sin los collares que traían sus camellos al cuello.

Y Gedeón hizo de ellos un ephod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ophra: y todo Israel fornicó tras de ese ephod en aquel lugar; y fué por tropiezo á Gedeón y á su casa.

Así fué humillado Madián delante de los hijos de Israel, y nunca más levantaron su cabeza. Y reposó la tierra cuarenta años en los días de Gedeón.

Y Jerobaal hijo de Joas fué, y habitó en su casa.

Y tuvo Gedeón setenta hijos que salieron de su muslo, porque tuvo muchas mujeres.

Y murió Gedeón hijo de Joas en buena vejez, y fué sepultado en el sepulcro de su padre Joas, en Ophra de los Abiezeritas.

Y aconteció que como murió Gedeón, los hijos de Israel tornaron, y fornicaron en pos de los Baales, y se pusieron por Dios á Baal-berith.

Y no se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había librado de todos sus enemigos alrededor:

Ni hicieron misericordia con la casa de Jerobaal Gedeón conforme á todo el bien que él había hecho á Israel.

Y FUÉSE Abimelech hijo de Jerobaal á Sichêm, á los hermanos de su madre, y habló con ellos, y con toda la familia de la casa del padre de su madre, diciendo:

Yo os ruego que habléis á oídos de todos los de Sichêm: ¿Qué tenéis por mejor, que os señoreen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal; ó que os señoree un varón? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra.

Y hablaron por él los hermanos de su madre á oídos de todos los de Sichêm todas estas palabras: y el corazón de ellos se inclinó en favor de Abimelech, porque decían: Nuestro hermano es.

Y diéronle setenta siclos de plata del templo de Baal-berith, con los cuales Abimelech alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron.

Y viniendo á la casa de su padre en Ophra, mató á sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una piedra: mas quedó Jotham, el más pequeño hijo de Jerobaal, que se escondió.

Y reunidos todos los de Sichêm con toda la casa de Millo, fueron y eligieron á Abimelech por rey, cerca de la llanura del pilar que estaba en Sichêm.

Y como se lo dijesen á Jotham, fué y púsose en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y díjoles: Oidme, varones de Sichêm; que Dios os oiga.

Mas la oliva respondió: ¿Tengo de dejar mi pingüe jugo, con el que por mi causa Dios y los hombres son honrados, por ir á ser grande sobre los árboles?

Y respondió la higuera: ¿Tengo de dejar mi dulzura y mi buen fruto, por ir á ser grande sobre los árboles?

Y la vid les respondió: ¿Tengo de dejar mi mosto, que alegra á Dios y á los hombres, por ir á ser grande sobre los árboles?

Y el escaramujo respondió á los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, y aseguraos debajo de mi sombra: y si no, fuego salga del escaramujo que devore los cedros del Líbano.

Ahora pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey á Abimelech, y si lo habéis hecho bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme á la obra de sus manos;

(Pues que mi padre peleó por vosotros, y echó lejos su vida por libraros de mano de Madián;

Y vosotros os levantasteis hoy contra la casa de mi padre, y matasteis sus hijos, setenta varones, sobre una piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Sichêm á Abimelech, hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano:)

Si con verdad y con integridad habéis obrado hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelech, y él goce de vosotros.

Y si no, fuego salga de Abimelech, que consuma á los de Sichêm y á la casa de Millo; y fuego salga de los de Sichêm y de la casa de Millo, que consuma á Abimelech.

Y huyó Jotham, y se fugó, y fuése á Beer, y allí se estuvo por causa de Abimelech su hermano.

Envió Dios un espíritu malo entre Abimelech y los hombres de Sichêm: que los de Sichêm se levantaron contra Abimelech:

Para que el agravio de los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, viniera á ponerse sobre Abimelech su hermano que los mató, y sobre los hombres de Sichêm que corroboraron las manos de él para matar á sus hermanos.

Y pusiéronle los de Sichêm asechadores en las cumbres de los montes, los cuales salteaban á todos los que pasaban junto á ellos por el camino; de lo que fué dado aviso á Abimelech.

Y Gaal hijo de Ebed vino con sus hermanos, y pasáronse á Sichêm: y los de Sichêm se confiaron en él.

Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñas, y pisaron la uva, é hicieron alegrías; y entrando en el templo de sus dioses, comieron y bebieron, y maldijeron á Abimelech.

Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es Abimelech y qué es Sichêm, para que nosotros á él sirvamos? ¿no es hijo de Jerobaal? ¿y no es Zebul su asistente? Servid á los varones de Hemor padre de Sichêm: mas ¿por qué habíamos de servir á él?

Fuérame dado este pueblo bajo de mi mano, yo echaría luego á Abimelech. Y decía á Abimelech: Aumenta tus escuadrones, y sal.

Y Zebul asistente de la ciudad, oyendo las palabras de Gaal hijo de Ebed, encendióse su ira;

Y envió sagazmente mensajeros á Abimelech, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido á Sichêm, y he aquí, que han cercado la ciudad contra ti.

Levántate pues ahora de noche, tú y el pueblo que está contigo, y pon emboscada en el campo:

Levantándose pues de noche Abimelech y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Sichêm con cuatro compañías.

Y Gaal hijo de Ebed salió, y púsose á la entrada de la puerta de la ciudad: y Abimelech y todo el pueblo que con él estaba, se levantaron de la emboscada.

Y viendo Gaal el pueblo, dijo á Zebul: He allí pueblo que desciende de las cumbres de los montes. Y Zebul le respondió: La sombra de los montes te parece hombres.

Mas Gaal tornó á hablar, y dijo: He allí pueblo que desciende por medio de la tierra, y un escuadrón viene camino de la campiña de Meonenim.

Y Gaal salió delante de los de Sichêm, y peleó contra Abimelech.

Mas persiguiólo Abimelech, delante del cual él huyó; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta.

El cual, tomando gente, repartióla en tres compañías, y puso emboscadas en el campo: y como miró, he aquí el pueblo que salía de la ciudad; y levantóse contra ellos, é hiriólos:

Pues Abimelech y el escuadrón que estaba con él, acometieron con ímpetu, y pararon á la entrada de la puerta de la ciudad; y las dos compañías acometieron á todos los que estaban en el campo, y los hirieron.

Y después de combatir Abimelech la ciudad todo aquel día, tomóla, y mató el pueblo que en ella estaba, y asoló la ciudad, y sembróla de sal.

Como oyeron esto todos los que estaban en la torre de Sichêm, entráronse en la fortaleza del templo del dios Berith.

Y fué dicho á Abimelech como todos los de la torre de Sichêm estaban reunidos.

Entonces subió Abimelech al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelech un hacha en su mano, y cortó una rama de los árboles, y levantándola púsosela sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me veis á mí

Y así todo el pueblo cortó también cada uno su rama, y siguieron á Abimelech, y pusiéronlas junto á la fortaleza, y prendieron fuego con ellas á la fortaleza: por manera que todos los de la torre de Sichêm murieron, como unos mil hombres y mujeres.

En medio de aquella ciudad había una torre fuerte, á la cual se retiraron todos los hombres y mujeres, y todos los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las puertas, subiéronse al piso alto de la torre.

Y vino Abimelech á la torre, y combatiéndola, llegóse á la puerta de la torre para pegarle fuego.

Mas una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelech, y quebróle los cascos.

Y luego llamó él á su escudero, y díjole: Saca tu espada y mátame, porque no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.

Y aun todo el mal de los hombres de Sichêm tornó Dios sobre sus cabezas: y la maldición de Jotham, hijo de Jerobaal, vino sobre ellos.

Y DESPUÉS de Abimelech levantóse para librar á Israel, Tola hijo de Púa, hijo de Dodo, varón de Issachâr, el cual habitaba en Samir, en el monte de Ephraim.

Este tuvo treinta hijos que cabalgaban sobre treinta asnos, y tenían treinta villas, que se llamaron las villas de Jair hasta hoy, las cuales están en la tierra de Galaad.

Mas los hijos de Israel tornaron á hacer lo malo en los ojos de Jehová, y sirvieron á los Baales y á Astaroth, y á los dioses de Siria, y á los dioses de Sidón, y á los dioses de Moab, y á los dioses de los hijos de Ammón, y á los dioses de los Filisteos:

Y Jehová se airó contra Israel, y vendiólos en mano de los Filisteos, y en mano de los hijos de Ammón:

Los cuales molieron y quebrantaron á los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, á todos los hijos de Israel que estaban de la otra parte del Jordán en la tierra del Amorrheo, que es en Galaad.

Y los hijos de Ammón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá, y contra Benjamín, y la casa de Ephraim: y fué Israel en gran manera afligido.

Y los hijos de Israel clamaron á Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado á nuestro Dios, y servido á los Baales.

Y Jehová respondió á los hijos de Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los Amorrheos, de Losammonitas, de los Filisteos,

De los de Sidón, de Amalec, y de Maón, y clamando á mí os he librado de sus manos?

Andad, y clamad á los dioses que os habéis elegido, que os libren en el tiempo de vuestra aflicción.

Y los hijos de Israel respondieron á Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te pareciere: solamente que ahora nos libres en este día.

Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron á Jehová: y su alma fué angustiada á causa del trabajo de Israel.

Y juntándose los hijos de Ammón, asentaron campo en Galaad: juntáronse asimismo los hijos de Israel, y asentaron su campo en Mizpa.

Y los príncipes y el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién será el que comenzará la batalla contra los hijos de Ammón? él será cabeza sobre todos los que habitan en Galaad.

EXISTIA entonces Jephté, Galaadita, hombre valiente, hijo de una ramera, al cual había engendrado Galaad.

Y la mujer de Galaad también le había parido hijos; los cuales cuando fueron grandes, echaron fuera á Jephté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres bastardo.

Huyendo pues Jephté á causa de sus hermanos, habitó en tierra de Tob; y juntáronse con él hombres ociosos, los cuales con él salían.

Y aconteció que después de días los hijos de Ammón hicieron guerra contra Israel:

Y como los hijos de Ammón tenían guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron para volver á Jephté de tierra de Tob;

Y dijeron á Jephté: Ven, y serás nuestro capitán, para que peleemos con los hijos de Ammón.

Y Jephté respondió á los ancianos de Galaad: ¿No me habéis vosotros aborrecido, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿por qué pues venís ahora á mí cuando estáis en aflicción?

Y los ancianos de Galaad respondieron á Jephté: Por esta misma causa tornamos ahora á ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Ammón, y nos seas cabeza á todos los que moramos en Galaad.

Jephté entonces dijo á los ancianos de Galaad: Si me volvéis para que pelee contra los hijos de Ammón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestra cabeza?

Y los ancianos de Galaad respondieron á Jephté: Jehová oiga entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.

Entonces Jephté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su cabeza y príncipe; y Jephté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.

Y envió Jephté embajadores al rey de los Ammonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo que has venido á mí para hacer guerra en mi tierra?

Public Domain