16711 casos

'De' en la Biblia

Mi espalda se caiga de mi hombro, Y mi brazo sea quebrado de mi canilla.

Porque temí el castigo de Dios, Contra cuya alteza yo no tendría poder.

Si me alegré de que mi hacienda se multiplicase, Y de que mi mano hallase mucho;

Cuando mis domésticos decían: ­Quién nos diese de su carne! nunca nos hartaríamos.

Porque quebrantaba á la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta:

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona.

Yo le contaría el número de mis pasos, Y como príncipe me llegaría á él.

Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños;

En lugar de trigo me nazcan abrojos, Y espinas en lugar de cebada.

Y CESARON estos tres varones de responder á Job, por cuanto él era justo en sus ojos.

Entonces Eliú hijo de Barachêl, Bucita, de la familia de Ram, se enojó con furor contra Job: enojóse con furor, por cuanto justificaba su vida más que á Dios.

Y Eliú había esperado á Job en la disputa, porque eran más viejos de días que él.

Empero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquelllos tres varones, su furor se encendió.

Y respondió Eliú hijo de Barachêl, Buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; He tenido por tanto miedo, y temido declararos mi opinión.

Os he pues prestado atención, Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya á Job, Y responda á sus razones.

Porque lleno estoy de palabras, Y el espíritu de mi vientre me constriñe.

De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, Y se rompe como odres nuevos.

No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con hombre de lisonjeros títulos.

Porque no sé hablar lisonjas: De otra manera en breve mi Hacedor me consuma.

Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, Y mis labios proferirán pura sabiduría.

Si pudieres, respóndeme: Dispón tus palabras, está delante de mí.

De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:

¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.

Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho;

Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo;

Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia.

Detendrá su alma de corrupción, Y su vida de que pase á cuchillo.

Si tuviera cerca de él Algún elocuente anunciador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber;

Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención:

Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.

¿He de mentir yo contra mi razón? Mi saeta es gravosa sin haber yo prevaricado.

Porque ha dicho: De nada servirá al hombre El conformar su voluntad con Dios.

Por tanto, varones de seso, oidme; Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad.

Si pues hay en ti entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras.

¿Hase de decir al rey: Perverso; Y á los príncipes: Impíos?

¿Cuánto menos á aquel que no hace acepción de personas de príncipes, Ni el rico es de él más respetado que el pobre? Porque todos son obras de sus manos.

No hay tinieblas ni sombra de muerte Donde se encubran los que obran maldad.

No carga pues él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios á juicio.

Por tanto él hará notorias las obras de ellos, Cuando los trastornará en la noche, y serán quebrantados.

Por cuanto así se apartaron de él, Y no consideraron todos sus caminos;

De seguro conviene se diga á Dios: Llevado he ya castigo, no más ofenderé:

¿Ha de ser eso según tu mente? El te retribuirá, ora rehuses, Ora aceptes, y no yo: Di si no, lo que tú sabes.

Los hombres de seso dirán conmigo, Y el hombre sabio me oirá:

Deseo yo que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas por los hombres inicuos.

Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacarás tú de ello? ¿O qué provecho tendré de mi pecado?

Si fueres justo, ¿qué le darás á el? ¿O qué recibirá de tu mano?

A causa de la multitud de las violencias clamarán, Y se lamentarán por el poderío de los grandes.

Que nos enseña más que á las bestias de la tierra, Y nos hace sabios más que las aves del cielo?

Aunque más digas, No lo mirará; Haz juicio delante de él, y en él espera.

Tomaré mi noticia de lejos, Y atribuiré justicia á mi Hacedor.

Porque de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

He aquí que Dios es grande, mas no desestima á nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría.

Y si estuvieren prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de aflicción,

El les dará á conocer la obra de ellos, Y que prevalecieron sus rebeliones.

Despierta además el oído de ellos para la corrección, Y díce les que se conviertan de la iniquidad.

Fallecerá el alma de ellos en su mocedad, Y su vida entre los sodomitas.

Asimismo te apartaría de la boca de la angustia A lugar espacioso, libre de todo apuro; Y te asentará mesa llena de grosura.

Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la justicia.

Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti con gran rescate.

¿Hará él estima de tus riquezas, ni del oro, Ni de todas las fuerzas del poder?

No anheles la noche, En que desaparecen los pueblos de su lugar.

Acuérdate de engrandecer su obra, La cual contemplan los hombres.

Los hombres todos la ven; Mírala el hombre de lejos.

El reduce las gotas de las aguas, Al derramarse la lluvia según el vapor;

¿Quién podrá tampoco comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su pabellón?

He aquí que sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las raíces de la mar.

Tocante á ella anunciará el trueno, su compañero, Que hay acumulación de ira sobre el que se eleva.

A ESTO también se espanta mi corazón, Y salta de su lugar.

Oid atentamente su voz terrible, y el sonido que sale de su boca.

Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra.

Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene.

Unas veces por azote, otras pos causa de su tierra, Otras por misericordia las hará parecer.

¿Supiste tú cuándo Dios las ponía en concierto, Y hacía levantar la luz de su nube?

Muéstranos qué le hemos de decir; Porque nosotros no podemos componer las ideas á causa de las tinieblas.

Viniendo de la parte del norte la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible.

El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en potencia; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.

¿Quién encerró con puertas la mar, Cuando se derramaba por fuera como saliendo de madre;

Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas?

Para que ocupe los fines de la tierra, Y que sean sacudidos de ella los impíos?

Mas la luz de los impíos es quitada de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado.

¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?

¿Hante sido descubiertas las puertas de la muerte, Y has visto las puertas de la sombra de muerte?

¿Has tú considerado hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes todo esto.

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