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'De' en la Biblia

Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para visitar todas las gentes: No hayas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah.)

El Dios de mi misericordia me prevendrá: Dios me hará ver en mis enemigos mi deseo.

Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; Y sean presos por su soberbia, Y por la maldición y mentira que profieren.

Acábalos con furor, acábalos, y no sean: Y sepan que Dios domina en Jacob Hasta los fines de la tierra. (Selah).

Fortaleza mía, á ti cantaré; Porque eres Dios de mi amparo, Dios de mi misericordia.

Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil. OH Dios, tú nos has desechado, nos disipaste; Te has

Dios pronunció por su santuario; yo me alegraré; Partiré á Sichêm, y mediré el valle de Succoth.

Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza; Judá, mi legislador;

Moab, la vasija de mi lavatorio; Sobre Edom echaré mi zapato: Haz júbilo sobre mí, oh Palestina.

Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David. OYE, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.

Estará para siempre delante de Dios: Misericordia y verdad prepara que lo conserven.

Al Músico principal: á Jeduthúm: Salmo de David. EN Dios solamente está callada mi alma: De él viene mi salud.

Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón: Pesándolos á todos igualmente en la balanza, Serán menos que la vanidad.

Cuando me acordaré de ti en mi lecho, Cuando meditaré de ti en las velas de la noche.

Porque has sido mi socorro; Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

Mas los que para destrucción buscaron mi alma, Caerán en los sitios bajos de la tierra.

Destruiránlos á filo de espada; Serán porción de las zorras.

Empero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que por él jura: Porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.

Al Músico principal: Salmo de David. ESCUCHA, oh Dios, mi voz en mi oración: Guarda mi vida del miedo del enemigo.

Para asaetear á escondidas al íntegro: De improviso lo asaetean, y no temen.

Y temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán su hecho.

Alegraráse el justo en Jehová, y confiaráse en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

Al Músico principal: Salmo: Cántico de David. A TI es plácida la alabanza en Sión, oh Dios: Y á ti se pagarán los votos.

Palabras de iniquidades me sobrepujaron: Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.

Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, Oh Dios de nuestra salud, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines de la mar.

Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Destilan sobre las estancias del desierto; Y los collados se ciñen de alegría.

Vístense los llanos de manadas, Y los valles se cubren de grano: Dan voces de júbilo, y aun cantan.

Cantad la gloria de su nombre: Poned gloria en su alabanza.

Decid á Dios: ­Cuán terribles tus obras! Por lo grande de tu fortaleza te mentirán tus enemigos.

Bendecid, pueblos, á nuestro Dios, Y haced oir la voz de su alabanza.

Bendito Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Al Músico principal: Salmo de David: Canción. LEVANTESE Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

Como es lanzado el humo, los lanzarás: Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios.

Mas los justos se alegrarán: gozarse han delante de Dios, Y saltarán de alegría.

Cantad á Dios, cantad salmos á su nombre: Ensalzad al que sube sobre los cielos En JAH su nombre, y alegraos delante de él.

Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto, (Selah,)

La tierra tembló; También destilaron los cielos á la presencia de Dios: Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

Huyeron, huyeron reyes de ejércitos; Y las que se quedaban en casa partían los despojos.

Bien que fuiesteis echados entre los tiestos, Seréis como las alas de la paloma cubierta de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.

Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán.

Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.

El Señor dijo: De Basán haré volver, Te haré volver de los profundos de la mar:

Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros.

Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.

Bendecid á Dios en congregaciones: Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.

Allí estaba el joven Benjamín señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Nephtalí.

Por razón de tu templo en Jerusalem Los reyes te ofrecerán dones.

Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata: Disipa los pueblos que se complacen en la guerra.

Al Músico principal: sobre Sosannim: Salmo de David. SALVAME, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma.

Estoy hundido en cieno profundo, donde no hay pie: He venido á abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.

No sean avergonzados por mi causa los que te esperan, oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confusos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

Empero yo enderezaba mi oración á ti, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad: Oh Dios, por la multitud de tu misericordia, Por la verdad de tu salud, óyeme.

Sácame del lodo, y no sea yo sumergido: Sea yo libertado de los que me aborrecen, y del profundo de las aguas.

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