16711 casos

'De' en la Biblia

Salid á encontrar al sediento; llevadle aguas, moradores de tierra de Tema, socorred con su pan al que huye.

Porque de la presencia de las espadas huyen, de la presencia de la espada desnuda, de la presencia del arco entesado, de la presencia del peso de la batalla.

Porque así me ha dicho Jehová: De aquí á un año, semejante á años de mozo de soldada, toda la gloria de Cedar será desecha;

Y las reliquias del número de los valientes flecheros, hijos de Cedar, serán apocadas: porque Jehová Dios de Israel lo ha dicho.

CARGA del valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que toda tú te has subido sobre los terrados?

Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos á cuchillo, ni muertos en guerra.

Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.

Porque día es de alboroto, y de huella, y de fatiga por el Señor Jehová de los ejércitos en el valle de la visión, para derribar el muro, y dar grita al monte.

Y Elam tomó aljaba en carro de hombres y de caballeros; y Chîr descubrió escudo.

Y acaeció que tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de á caballo acamparon á la puerta.

Y desnudó la cobertura de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque.

Y visteis las roturas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas de la pesquera de abajo.

E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas de la pesquera vieja: y no tuvisteis respeto al que la hizo, ni mirasteis de lejos al que la labró.

Por tanto el Señor Jehová de los ejércitos llamó en este día á llanto y á endechas, á mesar y á vestir saco.

Esto fué revelado á mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor Jehová de los ejércitos.

Jehová de los ejércitos dice así: Ve, entra á este tesorero, á Sebna el mayordomo, y dile:

He aquí que Jehová te trasportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro.

Te echará á rodar con ímpetu, como á bola por tierra larga de términos: allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor.

Y arrojarte he de tu lugar, y de tu puesto te empujaré.

Y será que, en aquel día, llamaré á mi siervo Eliacim, hijo de Hilcías;

Y vestirélo de tus vestiduras, y le fortaleceré con tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalem, y á la casa de Judá.

Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.

E hincarélo como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra á la casa de su padre.

Y colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde los vasos de beber hasta todos los instrumentos de música.

En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado, y será quebrado y caerá; y la carga que sobre él se puso, se echará á perder; porque Jehová habló.

Su provisión era de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fué también feria de gentes.

Avergüénzate, Sidón, porque la mar, la fortaleza de la mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni parí, ni crié mancebos, ni levanté vírgenes.

En llegando la fama á Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro.

Pasaos á Tarsis; aullad, moradores de la isla.

¿No era ésta vuestra ciudad alegre, su antigüedad de muchos días? Sus pies la llevarán á peregrinar lejos.

¿Quién decretó esto sobre Tiro la coronada, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra?

Jehová de los ejércitos lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria; y para abatir todos los ilustres de la tierra.

Pasa cual río de tu tierra, oh hija de Tarsis; porque no tendrás ya más fortaleza.

Y dijo: No te alegrarás más, oh tú, oprimida virgen hija de Sidón. Levántate para pasar á Chîttim; y aun allí no tendrás reposo.

Mira la tierra de los Caldeos; este pueblo no era; Assur la fundó para los que habitaban en el desierto: levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

Y acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera.

Y acontecerá, que al fin de los setenta años visitará Jehová á Tiro: y tornaráse á su ganancia, y otra vez fornicará con todos los reinos de la tierra sobre la haz de la tierra.

Mas su negociación y su ganancia será consagrada á Jehová: no se guardará ni se atesorará, porque su negociación será para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta hartarse, y vistan honradamente.

Destruyóse, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra.

Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y se disminuyeron los hombres.

Perdióse el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.

Cesó el regocijo de los panderos, acabóse el estruendo de los que se huelgan, paró la alegría del arpa.

Quebrantada está la ciudad de la vanidad; toda casa se ha cerrado, porque no entre nadie.

Voces sobre el vino en las plazas; todo gozo su oscureció, desterróse la alegría de la tierra.

Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como aceituno sacudido, como rebuscos acabada la vendimia.

Estos alzarán su voz, cantarán gozosos en la grandeza de Jehová, desde la mar darán voces.

Glorificad por esto á Jehová en los valles: en islas de la mar sea nombrado Jehová Dios de Israel.

De lo postrero de la tierra oímos salmos: Gloria al justo. Y yo dije: ­Mi flaqueza, mi flaqueza, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales.

Y acontecerá que el que huirá de la voz del terror, caerá en la sima; y el que saliere de en medio de la sima, será preso del lazo: porque de lo alto se abrieron ventanas, y temblarán los fundamentos de la tierra.

Y acontecerá en aquel día, que Jehová visitará sobre el ejército sublime en lo alto, y sobre los reyes de la tierra que hay sobre la tierra.

Y serán amontonados como se amontonan encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán visitados después de muchos días.

Que tornaste la ciudad en montón, la ciudad fuerte en ruina: el alcázar de los extraños que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedeficada.

Por esto te dará gloria el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gentes robustas.

Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor debajo de nube, harás marchitar el pimpollo de los robustos.

Y Jehová de los ejércitos hará en este monte á todos los pueblos convite de engordados, convite de purificados, de gruesos tuétanos, de purificados líquidos.

Y deshará en este monte la máscara de la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos, y la cubierta que está extendida sobre todas las gentes.

Porque la mano de Jehová reposará en este monte, y Moab será trillado debajo de él, como es trillada la paja en el muladar.

Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar: y abatirá su soberbia con los miembros de sus manos:

Y allanará la fortaleza de tus altos muros: la humillará y echará á tierra, hasta el polvo.

Hollarála pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.

También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado: á tu nombre y á tu memoria es el deseo del alma.

Con mi alma te he deseado en la noche; y en tanto que me durare el espíritu en medio de mí, madrugaré á buscarte: porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

Alcanzará piedad el impío, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará á la majestad de Jehová.

Jehová Dios nuestro, señores se han enseñoreado de nosotros fuera de ti; mas en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.

Añadiste al pueblo, oh Jehová, añadiste al pueblo: hicístete glorioso: extendíste lo hasta todos los términos de la tierra.

Como la preñada cuando se acerca el parto gime, y da gritos con sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.

Concebimos, tuvimos dolores de parto, parimos como viento: salud ninguna hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.

Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá sus sangres, y no más encubrirá sus muertos.

Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la haz del mundo se henchirá de fruto.

De esta manera pues será purgada la iniquidad de Jacob; y éste será todo el fruto, la remoción de su pecado, cuando tornare todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y no se levantarán los bosques, ni las imágenes del sol.

Cuando sus ramas se secaren, serán quebradas; mujeres vendrán á encenderlas: porque aquél no es pueblo de entendimiento; por tanto su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.

Y acontecerá en aquel día, que herirá Jehová desde el álveo del río hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno á uno.

Acontecerá también en aquel día, que se tañerá con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido echados en tierra de Egipto, y adorarán á Jehová en el monte santo, en Jerusalem.

AY de la corona de soberbia, de los ebrios de Ephraim, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!

He aquí Jehová tiene un fuerte y poderoso: como turbión de granizo y como torbellino trastornador; como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza derriba á tierra.

Y será la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, en viéndola el que la mira, se la traga tan luego como la tiene á mano.

Porque todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio.

¿A quién se enseñará ciencia, ó á quién se hará entender doctrina? ¿A los quitados de la leche? ¿á los arrancados de los pechos?

La palabra pues de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, y enlazados, y presos.

Por tanto, varones burladores, que estáis enseñoreados sobre este pueblo que está en Jerusalem, oid la palabra de Jehová.

Y ajustaré el juicio á cordel, y á nivel la justicia; y granizo barrerá la acogida de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.

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