16711 casos

'De' en la Biblia

A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios, Y guarden sus mandamientos:

Los hijos de Ephraim armados, flecheros, Volvieron las espaldas el día de la batalla.

Antes se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado.

Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

Hendió las peñas en el desierto: Y dióles á beber como de grandes abismos;

Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos.

A pesar de que mandó á las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos,

E hizo llover sobre ellos maná para comer, Y dióles trigo de los cielos.

Pan de nobles comió el hombre: Envióles comida á hartura.

E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Y aves de alas como arena de la mar.

E hízolas caer en medio de su campo, Alrededor de sus tiendas.

No habían quitado de sí su deseo, Aun estaba su vianda en su boca,

Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, Y mató los más robustos de ellos, Y derribo los escogidos de Israel.

No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de angustia;

Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán;

Envió entre ellos una mistura de moscas que los comían, Y ranas que los destruyeron.

Dispuso el camino á su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida á la mortandad.

E hirió á todo primogénito en Egipto, Las primicias de las fuerzas en las tiendas de Châm.

Metiólos después en los términos de su santuario, En este monte que ganó su mano derecha.

Y echó las gentes de delante de ellos, Y repartióles una herencia con cuerdas; E hizo habitar en sus moradas á las tribus de Israel.

Dejó por tanto el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres;

Y desechó el tabernáculo de José, Y no escogió la tribu de Ephraim.

Y edificó su santuario á manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.

De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase á Jacob su pueblo, y á Israel su heredad.

Y apacentólos con entereza de su corazón; Y pastoreólos con la pericia de sus manos.

Salmo de Asaph. OH Dios, vinieron las gentes á tu heredad; El templo de tu santidad han contaminado; Pusieron á Jerusalem en montones.

Dieron los cuerpos de tus siervos por comida á las aves de los cielos; La carne de tus santos á las bestias de la tierra.

Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalem; Y no hubo quien los enterrase.

Somos afrentados de nuestros vecinos, Escarnecidos y burlados de los que están en nuestros alrededores.

¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿has de estar airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?

Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos, que fué derramada.

Y torna á nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.

Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu dehesa, Te alabaremos para siempre: Por generación y generación cantaremos tus alabanzas.

Despierta tu valentía delante de Ephraim, y de Benjamín, y de Manasés, Y ven á salvarnos.

Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo?

Dísteles á comer pan de lágrimas, Y dísteles á beber lágrimas en gran abundancia.

Hiciste venir una vid de Egipto: Echaste las gentes, y plantástela.

Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.

Los montes fueron cubiertos de su sombra; Y sus sarmientos como cedros de Dios.

Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora: Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña,

Oh Jehová, Dios de los ejércitos, haznos tornar; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Al Músico principal: sobre Gittith: Salmo de Asaph. CANTAD á Dios, fortaleza nuestra: Al Dios de Jacob celebrad con júbilo.

Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Dios de Jacob.

Por testimonio en José lo ha constituído, Cuando salió por la tierra de Egipto; Donde oí lenguaje que no entendía.

Aparté su hombro de debajo de la carga; Sus manos se quitaron de vasijas de barro.

Dejélos por tanto á la dureza de su corazón: Caminaron en sus consejos.

Los aborrecedores de Jehová se le hubieran sometido; Y el tiempo de ellos fuera para siempre.

Y Dios lo hubiera mantenido de grosura de trigo: Y de miel de la piedra te hubiera saciado.

Empero como hombres moriréis. Y caeréis como cualquiera de los tiranos.

Canción: Salmo de Asaph. OH Dios no tengas silencio: No calles, oh Dios, ni te estés quieto.

Los pabellones de los Idumeos y de los Ismaelitas, Moab y los Agarenos;

Gebal, y Ammón, y Amalec; Los Filisteos con los habitadores de Tiro.

También el Assur se ha juntado con ellos: Son por brazo á los hijos de Lot. (Selah.)

Hazles como á Madián; Como á Sísara, como á Jabín en el arroyo de Cisón;

Que perecieron en Endor, Fueron hechos muladar de la tierra.

Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios.

Llena sus rostros de vergüenza; Y busquen tu nombre, oh Jehová.

Al Músico principal: sobre Gittith: Salmo para los hijos de Coré. ­CUAN amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!

Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus pollos En tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.

Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración: Escucha, oh Dios de Jacob (Selah.)

Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.

Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar á la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

Al Músico principal: Salmo para los hijos de Coré. FUISTE propicio á tu tierra, oh Jehová: Volviste la cautividad de Jacob.

Vuélvenos, oh Dios, salud nuestra, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?

La verdad brotará de la tierra; Y la justicia mirará desde los cielos.

La justicia irá delante de él; Y sus pasos pondrá en camino.

Oración de David. INCLINA, oh Jehová, tu oído, y óyeme; Porque estoy afligido y menesteroso.

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