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3

He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la Casa de Jacob y con la Casa de Judá:

4

Oíd la palabra del SEÑOR, Casa de Jacob, y todas las familias de la Casa de Israel.

5

Vino, pues, palabra del SEÑOR a mí, diciendo:

8

Así dijo el SEÑOR: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.

9

Así mismo fue en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto.

15

Santidad era Israel al SEÑOR, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoran pecarán; mal vendrá sobre ellos, dice el SEÑOR.

17

Mas éste es el Pacto que haré con la Casa de Israel después de aquellos días, dijo el SEÑOR: Daré mi ley en sus almas, y la escribiré en su corazón; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

19

Y la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Yo veo una vara de almendro.

20

Mas el SEÑOR Dios es la Verdad; él mismo es Dios Vivo y Rey Eterno; de su ira tiembla la tierra, y los gentiles no pueden sufrir su furor.

23

Y me dijo el SEÑOR: No digas, soy niño; porque a todo lo que te enviare irás tú, y dirás todo lo que te mandare.

24

La palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, diciendo:

26

A lo menos desde ahora, ¿no clamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud?

27

Les diréis así: dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, perezcan de la tierra y de debajo de estos cielos.

28

Así dijo el SEÑOR: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni se alabe el valiente en su valentía, ni el rico se alabe en sus riquezas.

29

Mira que te he puesto en este día sobre gentiles y sobre reinos, para arrancar y para destruir, y para echar a perder y para derribar, y para edificar y para plantar.

30

Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo; asómbrense ellos, y no me asombre yo; trae sobre ellos día malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.

31

Y vino a mí palabra del SEÑOR por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Yo veo una olla que hierve; y su faz está de la parte del aquilón.

33

Por tanto, león del monte los herirá, los destruirá lobo del desierto, tigre acechará sobre sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será arrebatado, porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus deslealtades.

34

Y me dijo el SEÑOR: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.

36

Y me dijo el SEÑOR: Del aquilón se soltará el mal sobre todos los moradores de la tierra.

37

Denunciad en Judá, y haced oír en Jerusalén, y decid: Sonad trompeta en la tierra. Pregonad, juntad, y decid: Reuníos, y entrémonos en las ciudades fuertes.

38

Sobre los montes levantaré lloro y lamentación, y llanto sobre las moradas del desierto; porque desolados fueron hasta no quedar quien pase, ni oyeron bramido de ganado; desde las aves del cielo y hasta las bestias de la tierra se transportaron, y se fueron.

39

Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortalecida, y como columna de hierro, y como muro de bronce sobre toda la tierra, contra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sus sacerdotes, y contra el pueblo de la tierra.

40

Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dijo el SEÑOR; y vendrán, y pondrá cada uno su asiento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá.

42

Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así nunca cesa de manar su malicia; injusticia y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida.

44

Y hablaré con ellos mis juicios a causa de toda su malicia; que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y a hechuras de sus manos se encorvaron.

45

Tú, pues, ciñe tus lomos, y te levantarás, y les hablarás todo lo que te mandaré; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos.

46

¿Por ventura guardará su enojo para siempre? ¿Eternalmente lo guardará? He aquí que has hablado y hecho cuantas maldades pudiste.

48

Alzad bandera en Sion, juntaos, no os detengáis; porque yo hago venir mal del aquilón, y quebrantamiento grande.

49

Yo oí lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.

50

¿Cómo te he de perdonar por esto? Tus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de ramera se juntaron en compañías.

51

Todo hombre es carnal en su ciencia. Avergüéncese de su vaciadizo todo fundidor, porque mentira es su obra de fundición, ni hay espíritu en ellos;

52

Por tanto, así dijo el SEÑOR sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Cuchillo ni hambre no habrá en esta tierra. Con cuchillo y con hambre serán consumidos los tales profetas.

53

Así me dijo el SEÑOR: Ve, y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y a todas las puertas de Jerusalén,

54

Sembraron panes, y segarán espinas; tuvieron la heredad, mas no aprovecharon nada; se avergonzarán a causa de vuestros frutos por la ira del SEÑOR.

55

Y pondré a Jerusalén en montones; en morada de dragones; y pondré las ciudades de Judá en asolamiento, que no quede morador.

56

Castiga Jerusalén, para que por ventura no se aparte mi alma de ti, para que por ventura no te torne desierta, tierra no habitada.

57

E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos inciensos, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal.

59

Andad pues ahora a mi lugar que fue en Silo, donde hice que morase mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.

60

y a todos los reyes del aquilón, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros; y a todos los reinos de la tierra que están sobre la faz de la tierra, y el rey de Sesac (Babilonia ) beberá después de ellos.

61

Así dijo el SEÑOR: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos?

62

Y me dijo el SEÑOR en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol umbroso, y allí fornica.

64

vendréis y os pondréis delante de mí en esta Casa sobre la cual es llamado mi nombre, y diréis: Libres somos para hacer todas estas abominaciones?

65

Como caballos bien alimentados fueron a la mañana, cada cual relinchaba a la mujer de su prójimo.

66

y los quebrantaré el uno con el otro, los padres con los hijos juntamente, dice el SEÑOR: no perdonaré, ni tendré piedad, ni misericordia para no destruirlos.

67

El león sube de su guarida, y el destruidor de gentiles ha partido; salió de su asiento para poner tu tierra en soledad; tus ciudades serán asoladas sin morador.

68

No es como ellos la suerte de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su herencia; el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre.

69

Así dijo el SEÑOR contra todos mis malos vecinos, que tocan la heredad que hice heredar a mi pueblo Israel: He aquí que yo los arrancaré de su tierra, y arrancaré de en medio de ellos la casa de Judá.

70

Y no dijeron: ¿Dónde está el SEÑOR, el que nos hizo subir de tierra de Egipto, el que nos hizo andar por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por una tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre?

71

Recoge de las tierras tus mercaderías, la que moras en lugar fuerte.

72

¿Es por ventura cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta Casa, sobre la cual es llamado mi nombre? He aquí que también yo veo, dijo el SEÑOR.

73

y diles: Oíd la palabra del SEÑOR, reyes de Judá, y todo Judá, y todos los moradores de Jerusalén que entráis por estas puertas.

74

Porque así dijo el SEÑOR: He aquí que esta vez arrojaré con honda los moradores de la tierra, y he de afligirlos, para que lo hallen.

75

SEÑOR, mira por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo.

76

No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación.

77

Envía a decir a toda la transmigración: Así dijo el SEÑOR acerca de Semaías de Nehelam: Porque os profetizó Semaías, y yo no lo envié, y os hizo confiar sobre mentira;

78

Que yo lo había visto; que por todas estas causas en las cuales fornicó la rebelde Israel, yo la envié, y le di la carta de su repudio; y no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.

79

Y el pueblo a quien profetizan, echado será en las calles de Jerusalén por hambre y por espada; y no habrá quien los entierre, ellos, y sus mujeres, y sus hijos, y sus hijas; y sobre ellos derramaré su maldad.

80

Y dije después que hizo todo esto: Vuélvete a mí; mas no se volvió. Y lo vio la rebelde su hermana Judá.

81

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; torna tu mano como vendimiador a los cestos.

82

Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros, ¡cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto!

83

Y os metí en tierra del Carmelo, para que comieseis su fruto y su bien; mas entrasteis, y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad.

84

Escalad sus muros, y destruid; mas no hagáis consumación; quitad las almenas de sus muros, porque no son del SEÑOR.

85

Y fue palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:

86

Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus heredades a quien las heredará, porque desde el chico hasta el grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño.

87

Mas si no oyeren, arrancaré a los tales gentiles, arrancando de raíz , y desterrandolos, dice el SEÑOR.

88

Ahora, pues, por cuanto habéis vosotros hecho todas estas obras, dijo el SEÑOR, y bien que os hablé, madrugando para hablar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis;

89

Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré el día que clamaren a mí en su aflicción.

90

Y será que, si cuidadosamente aprendieren los caminos de mi pueblo, para jurar en mi Nombre, diciendo : Vive SEÑOR, así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal; ellos serán prosperados en medio de mi pueblo.

91

Mas primero pagaré al doble su iniquidad y su pecado; porque contaminaron mi tierra con los cuerpos muertos de sus abominaciones, y de sus abominaciones llenaron mi heredad.

92

Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está el SEÑOR? Y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron por Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha.

93

Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira del SEÑOR no se ha apartado de nosotros.

94

Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusisteis los altares de confusión, altares para ofrecer sahume-rios a Baal.

95

Mi tienda es destruida, y todas mis cuerdas están rotas; mis hijos fueron sacados de mí, y perecieron; no hay ya más quien extienda mi tienda, ni quien levante mis cortinas.

96

¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿Y a quién habló la boca del SEÑOR, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, que no hay quien pase?

97

Porque pasad a las islas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad con diligencia y mirad, ¿acaso se ha hecho cosa semejante a ésta?

98

Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño.

99

¿Hasta cuándo será esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?

100

¿A quién tengo que hablar y amonestar, para que oigan? He aquí que sus orejas son incircuncisas, y no pueden escuchar. He aquí que la palabra del SEÑOR les es cosa vergonzosa; no la aman.

101

Así dijo el SEÑOR: Guardaos por vuestras vidas, y no traigáis carga en el día del sábado, para meter por las puertas de Jerusalén;

102

Por tanto, entraré aún en juicio con vosotros, dijo el SEÑOR, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé.

104

¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! Mi llaga es muy dolorosa. Pero yo dije: Ciertamente enfermedad mía es ésta, y debo sufrirla.

105

Y curaron el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.

106

Castígame, oh SEÑOR, mas con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles.

107

Y vendrán de las ciudades de Judá, y de los alrededores de Jerusalén, y de tierra de Benjamín, y de los campos, y del monte, y del austro, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la Casa del SEÑOR.

108

Me dijo entonces el SEÑOR: En falso profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, y adivinación, y vanidad, y engaño de su corazón os profetizan.

110

Asolaos, cielos, sobre esto, y alborotaos; desolaos en gran manera, dijo el SEÑOR.

112

¿No había de hacer visitación sobre esto? Dijo el SEÑOR. De una gente como ésta ¿no se había de vengar mi alma?

113

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed carne.

114

Ve, y clama estas palabras hacia el aquilón, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dijo el SEÑOR; no haré caer mi ira sobre vosotros, porque Misericordioso soy, dijo el SEÑOR, ni guardaré para siempre el enojo .

115

¿No piensan cómo hacen a mi pueblo olvidarse de mi Nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, tanto que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?

116

vanidad son, obra de escarnios; en el tiempo de su visitación perecerán.

117

Y dijo el SEÑOR: Porque dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no escucharon mi voz, ni caminaron por ella;

118

antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es llamado mi nombre, contaminándola.

119

Y con todo esto, la rebelde su hermana Judá nunca se tornó a mí de todo su corazón, sino mentirosamente, dijo el SEÑOR.

120

Y será en aquel día, dice el SEÑOR, que desfallecerá el corazón del rey, y el corazón de los príncipes, y los sacerdotes estarán atónitos, y se maravillarán los profetas.

121

(Y dije: ¡Ay, ay, el SEÑOR Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues que el cuchillo ha venido hasta el alma.)

122

Y será que, después que los hubiere arrancado, tornaré y tendré misericordia de ellos, y los haré volver cada uno a su heredad, y cada cual a su tierra.

123

Por tanto, estoy lleno de la furia del SEÑOR, he trabajado por contenerme de derramarla sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque el marido también será preso con la mujer, el viejo con el lleno de días.

124

¿Se da por ventura mal por bien para que caven hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.

125

Y vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo:

126

¿Acaso alguna gente ha mudado sus dioses? Aunque ellos no son dioses. Pero mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha.

127

Dicen: Si alguno dejare su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro varón, ¿Por ventura volverá a ella más? ¿Por ventura no es ella tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas vuélvete a mí, dijo el SEÑOR.

128

Y me dijo el SEÑOR: Se ha justificado su alma la rebelde Israel en comparación de la desleal Judá.

130

En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar.

131

Oíd la palabra que el SEÑOR ha hablado sobre vosotros, oh Casa de Israel.

132

Porque resueltamente se rebelaron contra mí la Casa de Israel y la Casa de Judá, dice el SEÑOR.

134

Haré también a esta Casa sobre la cual es llamado mi nombre, en la cual vosotros confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo.

135

He aquí, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, dice el SEÑOR y los contaron, e hicieron errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié, ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dijo el SEÑOR.

136

¿Qué tiene mi amado en mi Casa, habiendo hecho muchas abominaciones? Y las carnes santas pasarán de sobre ti, porque en tu maldad te gloriaste.

138

¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Por cierto no se han corrido de vergüenza, ni supieron avergonzarse; caerán, por tanto, entre los que cayeren, cuando los visitare, caerán, dice el SEÑOR.

139

Por tanto, así dijo el SEÑOR: Si te convirtieres, yo te convertiré, y delante de mí estarás; y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

140

He aquí que voz de fama viene, y alboroto grande de la tierra del aquilón, para tornar en soledad todas las ciudades de Judá, en morada de dragones.

141

Oliva verde, hermosa en fruto y en parecer, llamó el SEÑOR tu nombre. A la voz de gran palabra hizo encender fuego sobre ella, y quebraron sus ramas.

144

Así dijo el SEÑOR: Si los cielos arriba se pueden medir, y buscarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la simiente de Israel por todo lo que hicieron, dijo el SEÑOR.

145

En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono del SEÑOR, y todos los gentiles se congregarán a ella en el nombre del SEÑOR en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su corazón malvado.

146

Vivo yo, dice el SEÑOR, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano diestra, aun de allí te arrancaré;

147

Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla.

148

Los hijos cogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira.

149

Tu maldad te castigará, y tu apartamiento te acusará; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es tú dejar al SEÑOR tu Dios, y faltar mi temor en ti, dijo el Señor DIOS de los ejércitos.

150

Que os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la simiente de Efraín.

151

Los cortaré del todo, dijo el SEÑOR. No hay uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos.

152

Porque desde muy atrás he quebrado tu yugo, y roto tus ataduras; y dijiste: No serviré (al pecado ). Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol umbroso, corrías tú, oh ramera.

153

Si salgo al campo, he aquí muertos a cuchillo; y si me entro en la ciudad, he aquí enfermos de hambre; porque también el profeta como el sacerdote anduvieron rodeando en la tierra, y no la conocieron.

154

¿Es Israel siervo? ¿Es esclavo? ¿Por qué ha sido dado en presa?

155

Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande de ellos, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.

156

Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice el SEÑOR.

157

He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; más ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque dados somos a despojo!

158

Anda, y clama en los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice el SEÑOR: Me he acordado de ti, de la misericordia de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada.

159

Y yo te planté de buen viñedo, simiente de Verdad toda ella, ¿cómo, pues, te me has tornado sarmientos de vid extraña?

160

Mas, oh SEÑOR de los ejércitos, que juzgas justicia, que pruebas los riñones y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he descubierto mi causa.

161

Por tanto, he aquí, les enseñaré esta vez, les enseñaré mi mano y mi fortaleza, y sabrán que mi Nombre es el SEÑOR.

162

Negaron al SEÑOR, y dijeron: El no es , y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos cuchillo ni hambre;

163

Y acontecerá, que cuando os multiplicareis y creciereis en la tierra, en aquellos días, dijo el SEÑOR, no se dirá más: Arca del Pacto del SEÑOR; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la visitarán, ni se hará más.

164

Por ventura no te acarreó esto el haber dejado al SEÑOR tu Dios, cuando te hacía andar por el camino.

165

Pues el SEÑOR de los ejércitos, el que te planta, pronunció mal contra ti, a causa de la maldad de la Casa de Israel y de la Casa de Judá, que hicieron a sí mismos , provocándome a ira incensando a Baal.

166

Justo eres tú, oh SEÑOR, aunque yo dispute contigo; hablaré empero juicios contigo. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos? Tienen paz todos los que se rebelan completamente contra ti .

167

Y te daré a este pueblo por fuerte muro de bronce, y pelearán contra ti, y no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dijo el SEÑOR.

168

Conoce, empero, tu maldad, porque contra el SEÑOR tu Dios te has rebelado, y tus caminos has derramado a los extraños debajo de todo árbol umbroso, y no oíste mi voz, dice el SEÑOR.

169

Porque las ordenanzas de los pueblos son vanidad; porque leño del monte cortaron, obra de manos de artífice con cepillo.

170

He aquí que yo los junto de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo y saña grande; y los haré tornar a este lugar, y los haré habitar seguramente.

171

Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto? ¿Para qué bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria? ¿Para qué bebas agua del Río (Eufrates )?

172

Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré.

174

Por tanto, así dijo el SEÑOR acerca de los varones de Anatot, que buscan tu alma, diciendo: No profetices en nombre del SEÑOR, y no morirás a nuestras manos;

175

En aquellos tiempos irán de la Casa de Judá a la Casa de Israel. Y vendrán juntamente de tierra del aquilón a la tierra que hice heredar a vuestros padres.

176

Los cachorros de los leones bramaron sobre él, dieron su voz; y pusieron su tierra en soledad; desiertas están sus ciudades, sin morador.

177

¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? No por cierto, no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caerán; caerán cuando los visitare, dice el SEÑOR.

178

¿Hay por ventura entre las vanidades de los gentiles quien haga llover? ¿Y los cielos por ventura darán lluvias? ¿No eres tú, SEÑOR, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos; porque tú hiciste todas estas cosas.

180

He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos, oh Casa de Israel, dice el SEÑOR; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare.

181

Por amor de tu Nombre no nos deseches, ni trastornes el trono de tu gloria; acuérdate, no invalides tu Pacto con nosotros.

182

Por tanto, dijo el Señor DIOS: He aquí que mi furor y mi ira se derrama sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo, y sobre los frutos de la tierra; y se encenderá, y no se apagará.

183

Y yo como carnero o buey que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban contra mí designios, diciendo : Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, y no haya más memoria de su nombre.

184

por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré a comer ajenjos, y les daré a beber aguas de hiel.

185

antes los profetas serán como viento, y no hay en ellos palabra; así se hará a ellos.

186

Pero yo dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la heredad de codicia de los ejércitos de los gentiles? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.

187

Dad gloria al SEÑOR Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la torne en sombra de muerte y tinieblas.

188

Les dirás, pues, esta palabra: Derramen mis ojos en lágrimas noche y día, y no cesen; porque de gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi pueblo, de plaga muy recia.

189

Defiende tus pies de andar desnudos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: Se ha perdido la esperanza; en ninguna manera, porque a extraños he amado y tras ellos tengo que ir.

190

¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén?

192

Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, el cual es el año primero de Nabucodonosor rey de Babilonia;

193

Derrama tu enojo sobre los gentiles que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu Nombre; porque se comieron a Jacob, y lo devoraron, y le han consumido, y su morada destruyeron.

194

¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las telas de mi corazón; mi corazón ruge dentro de mí; no callaré; porque voz de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra.

195

El profeta con quien fuere el sueño, cuente el sueño; y con el que fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? Dijo el SEÑOR.

196

Desde Dan se oyó el bufido de sus caballos; del sonido de los relinchos de sus fuertes tembló toda la tierra; y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, ciudad y moradores de ella.

197

Mas como la mujer quiebra la fe de su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh Casa de Israel, dijo el SEÑOR.

198

Y el profeta, y el sacerdote, y el pueblo, que dijere: Carga del SEÑOR; yo visitaré sobre tal hombre y sobre su casa.

199

Y los esparciré entre gentiles que no conocieron ellos ni sus padres; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que yo los acabe.

200

mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mandare, para que os vaya bien.

201

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Considerad con atención, y llamad endecheras que vengan; y enviad por las sabias que vengan;

202

¿Cómo dices: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, reconoce lo que has hecho, dromedaria ligera que frecuentas sus carreras;

203

¿Sobre qué nos aseguramos? Juntaos, y entrémonos en las ciudades fuertes, y allí quedaremos quietos; porque el SEÑOR nuestro Dios nos ha hecho callar, y nos dio a beber bebida de hiel, porque pecamos contra el SEÑOR.

204

Y edificaron los altos de Tofet, que es en el valle de Ben-Hinom, para quemar en fuego sus hijos y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.

205

Lava tu corazón de la malicia, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad?

206

Oh SEÑOR, fortaleza mía, y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción; a ti vendrán gentiles desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.

207

Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra de paz donde estabas quieto te cansaron , ¿cómo harás en la hinchazón del Jordán?

208

y no quedará remanente de ellos; porque yo traeré mal sobre los varones de Anatot, año de su visitación.

209

por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que yo los visito; los jóvenes morirán a cuchillo; sus hijos y sus hijas morirán de hambre;

210

Circuncidaos al SEÑOR, y quitad los prepucios de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien apague, por la malicia de vuestras obras.

212

Discurrid por las plazas de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si halláis hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo perdonaré a la ciudad.

214

Les dirás, pues: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis delante del cuchillo que yo envío entre vosotros.

215

Por tanto, entrega sus hijos a hambre, y hazlos escurrir por manos de cuchillo; y queden sus mujeres sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a cuchillo en la guerra.

216

Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo en tu boca mis palabras por fuego, y a este pueblo por leños, y los consumirá.

217

Viento más vehemente que éstos me vendrá a mí, porque ahora yo hablaré juicios con ellos.

218

Voz sobre las alturas fue oída, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, del SEÑOR su Dios se han olvidado.

219

ni saquéis carga de vuestras casas en el día del sábado, ni hagáis obra alguna; mas santificad el día del sábado, como mandé a vuestros padres;

221

Si subiese Babilonia al cielo, y si fortaleciere en lo alto su fuerza, de mí vendrán a ella destruidores, dijo el SEÑOR.

222

asna montés acostumbrada al desierto, que respira según el deseo de su alma; ¿de su lujuria quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se cansarán; la hallarán en su mes.

223

Como se avergüenza el ladrón cuando es tomado, así se avergonzarán la Casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas;

224

Palabra que vino del SEÑOR, a Jeremías, diciendo:

225

Porque nunca hablé yo con vuestros padres, ni les mandé de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto;

226

Como palma lo igualan, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos; porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.

228

Traerán plata extendida de Tarsis, y oro de Ufaz; obrará el artífice, y las manos del fundidor; los vestirán de cárdeno y de púrpura; obra de peritos es todo.

229

Por tanto, he aquí vienen días, dijo el SEÑOR, que yo visitaré sus esculturas, y en toda su tierra gemirán los heridos de muerte.

230

¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.

231

¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?

232

Si estas leyes faltaren delante de mí, dijo el SEÑOR, también la simiente de Israel faltará para no ser nación delante de mí todos los días.

233

¿Por ventura me provocarán ellos a ira, dijo el SEÑOR, y no antes a ellos mismos para confusión de sus rostros?

234

Su aljaba como sepulcro abierto, todos valientes.

235

Si volvieres a mí, oh Israel, dijo el SEÑOR, tendrás reposo; y si quitares de delante de mí tus abominaciones, no pasarás a cautividad .

236

Alza tus ojos a los altos, y ve en qué lugar no te hayas publicado; para ellos te sentabas en los caminos, como árabe en el desierto; y con tus fornicaciones y con tu malicia has contaminado la tierra.

237

Ciertamente vanidad son los collados, la multitud de los montes; ciertamente en el SEÑOR nuestro Dios está la salud de Israel.

238

Por tanto, así dijo el SEÑOR: He aquí yo traigo sobre ellos mal del cual no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré.

239

que dicen al leño: Mi padre eres tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.

240

¿A mí no me temeréis? Dice el SEÑOR; ¿delante de mi presencia no os amedrentaréis, que puse arena por término al mar por ordenación eterna, la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán.

241

Los plantaste, y echaron raíces; progresaron, e hicieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, mas lejos de sus riñones.

242

Y no habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño.

243

He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está el SEÑOR en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades de dios ajeno?

244

Oíd ahora esto, pueblo loco y sin corazón, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen.

245

¿Hasta cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo por la maldad de los que en ella moran? Faltaron los ganados, y las aves; porque dijeron: No verá él nuestras postrimerías.

246

Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia de la tarde; y has tenido frente de mala mujer, ni quisiste tener vergüenza.

247

Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, basiliscos, contra los cuales no hay encantamiento; y os morderán, dijo el SEÑOR.

249

Con plata y oro lo engalanan; con clavos y martillo lo afirman, para que no se caiga.

251

Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén, y tocad bocina en Tecoa, y alzad por señal humo sobre Bet-haquerem; porque del aquilón se ha visto que viene mal, y quebrantamiento grande.

252

Quebrantamiento sobre quebrantamiento es llamado; porque toda la tierra es destruida; en un punto son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas.

253

¿Quién no te temerá, oh Rey de los gentiles? Porque a ti compete ello ; porque entre todos los sabios de los gentiles, y en todos sus reinos, no hay semejante a ti.

255

Muchos pastores destruyeron mi viña, hollaron mi heredad, tornaron en desierto y soledad mi heredad preciosa.

256

y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y confusiones eternas que nunca las desarraiga el olvido.

257

Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,

258

Y me dijo el SEÑOR: Conjuración se ha hallado en los varones de Judá, y en los moradores de Jerusalén.

259

Oíd, pues, oh mujeres, palabra del SEÑOR, y vuestro oído reciba la palabra de su boca; y enseñad endechas a vuestras hijas, y cada una a su amiga, lamentación.

260

Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.

261

Dejé mi casa, desamparé mi heredad, entregué lo que amaba mi alma en manos de sus enemigos.

262

Y comerá tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras; y tus ciudades fuertes en que tú confías, tornará en nada a cuchillo.

263

Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió el SEÑOR, y qué habló el SEÑOR?

264

Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, antes se fueron tras dioses ajenos para servirles; la Casa de Israel y la Casa de Judá invalidaron mi Pacto, el cual yo había concertado con sus padres.

265

Y les dirás tú: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Maldito el varón que no oyere las palabras de este Pacto,

266

Sobre todos los lugares altos del desierto vinieron disipadores; porque la espada del SEÑOR devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro; no hay paz para ninguna carne.

267

los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué pues haréis a su fin?

268

Confusión consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas.

269

Mas no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su corazón malvado; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este Pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.

270

Y será que, si no quisieren tomar el vaso de tu mano para beber, les dirás tú: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Habéis de beber.

271

Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre, porque pecamos contra el SEÑOR nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día; y no oímos la voz del SEÑOR nuestro Dios.

272

Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora al SEÑOR Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; las semanas establecidas de la siega nos guardará.

273

Oye, tierra. He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon a mis palabras, y aborrecieron mi ley.

275

Porque la voz se oye del que trae las nuevas desde Dan, y del que hace oír la calamidad desde el monte de Efraín.

276

Y tú, oh SEÑOR, me conoces; me viste, y probaste mi corazón para contigo; arráncalos como a ovejas para el degolladero, y señálalos para el día de la matanza.

277

el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que os mando, y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios;

278

Y el SEÑOR me dijo: Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este Pacto, y ponedlas por obra.

279

Por tanto oíd, gentiles, y conoced, oh congregación de ellas.

281

Porque con eficacia protesté a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, madrugando y protestando, diciendo: Oíd mi voz.

282

para que confirme el juramento que hice a vuestros padres, que les daría la tierra que corre leche y miel, como este día. Y respondí, y dije: Amén, oh SEÑOR.

283

Decid de los gentiles; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz sobre las ciudades de Judá.

284

Porque así dijo el SEÑOR: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.

285

Oíd las palabras de este Pacto, y hablad a todo varón de Judá, y a todo morador de Jerusalén.

286

Entrarán por las puertas de esta ciudad, los reyes y los príncipes, que se sientan sobre el trono de David, en carros y en caballos, ellos y sus príncipes, los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre.

287

Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; mas mi pueblo no conoció el juicio del SEÑOR.

288

y dense prisa, y levanten llanto sobre nosotros, y córranse nuestros ojos en lágrimas, y nuestros párpados en aguas se destilen.

289

Como los guardas de las heredades, estuvieron sobre ella en derredor, porque se rebeló contra mí, dice el SEÑOR.

290

Y edificaron altares a Baal, los cuales están en el valle de Ben-Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

291

Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; asechaban como quien pone lazos; asentaron la perdición para tomar hombres.

292

Fue para mí mi heredad como león en breña; contra mí dio su voz; por tanto la aborrecí.

293

La tornó en asolamiento, lloró contra mí, asolada; fue asolada toda la tierra, porque no hubo hombre que mirase.

294

Pero en aquellos días, dice el SEÑOR, no os acabaré del todo.

296

dirás: Oh SEÑOR, tú has dicho contra este lugar que lo habías de talar, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado.

297

Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra;

298

¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros os rebelasteis contra mí, dijo el SEÑOR.

299

¿Me es por ventura mi heredad ave de muchos colores? ¿No están contra ella aves en derredor? Venid, reuníos, vosotras todas las bestias del campo, venid a devorarla.

300

Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; y vuestros pecados impidieron de vosotros el bien.

301

Por esto la tierra será asolada, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, pensé, y no me arrepentí, ni me tornaré de ello.

302

Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás pues, y examinarás el camino de ellos.

303

Como jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño; así se hicieron grandes y ricos.

304

Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.

305

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar.

306

Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán los amadores, buscarán tu vida.

307

Y será que cuando dijereis: ¿Por qué hizo el SEÑOR Dios nuestro con nosotros todas estas cosas? Entonces les dirás: De la manera que me dejasteis a mí, y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena.

308

¿Hasta cuándo tengo que ver bandera, tengo que oír voz de trompeta?

309

Y saldrá más adelante el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y cercará a Goa.

310

Porque así dijo el SEÑOR a todo varón de Judá y de Jerusalén: Haced barbecho para vosotros, y no sembréis sobre espinas.

311

Desperté también sobre vosotros atalayas, que dijesen : Escuchad a la voz de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.

312

Mas si no oyereis esto, en secreto llorará mi alma a causa de vuestra soberbia; y llorando amargamente, se desharán mis ojos en lágrimas, porque el rebaño del SEÑOR fue cautivo.

313

Así dijo el SEÑOR: He aquí que viene pueblo de tierra del aquilón, y gente grande se levantará de los cantones de la tierra.

314

Por tanto, el SEÑOR dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente, el vecino y su cercano perecerán.

315

Denunciad esto en la Casa de Jacob, y haced que esto se oiga en Judá, diciendo:

316

Y jurarás, diciendo , Vive el SEÑOR, con verdad, con juicio, y con justicia; y se bendecirán en él los gentiles, y en él se gloriarán.

317

Engordaron y se pusieron lustrosos, y aún sobrepujaron hechos de maldad; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.

318

Les dirás asimismo: Así dijo el SEÑOR: ¿Por ventura el que cae, nunca se levanta? ¿El que se aparta, nunca torna?

319

Escuché y oí; no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.

320

No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo del SEÑOR, Templo del SEÑOR, Templo del SEÑOR a ellos.

321

Oh SEÑOR, ¿Por ventura no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir castigo; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse.

322

Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; hazte luto como por hijo único, llanto de amarguras, porque presto vendrá sobre nosotros el destruidor.

323

Porque será, si vosotros me oyereis, dijo el SEÑOR, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día del sábado, sino que santificareis el día del sábado, no haciendo en él ninguna obra;

325

Y si dijeren: Vive el SEÑOR; por tanto jurarán mentira.

327

Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dijo el SEÑOR; pusieron sus abominaciones en la Casa sobre la cual mi nombre fue llamado, contaminándola.

329

Trasquila tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque el SEÑOR arrojó y dejó la nación de su furor.

330

y los esparcirán al sol, y a la luna, y a todo el ejército del cielo, a quien amaron, y a quienes sirvieron, y en pos de quienes anduvieron, y a quienes preguntaron, y a quienes se encorvaron. No serán recogidos, ni enterrados; serán por muladar sobre la faz de la tierra.

331

Mas tú, oh SEÑOR, conoces todo su consejo contra mí que es para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro, y tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu furor.

332

Del estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; se entraron en las espesuras de los bosques, y se subieron en peñascos; toda ciudad fue desamparada, y no habita en ellas varón alguno.

333

Porque voz de endecha fue oída de Sion: ¡Cómo hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados. ¿Por qué dejamos la tierra? ¿Por qué nos han echado de sí nuestras moradas?

334

Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto.

335

Miré a los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.

336

Arco y escudo arrebatarán; crueles son, que no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como varones dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion.

337

Oigase clamor de sus casas, cuando trajeres sobre ellos ejército de repente; porque cavaron hoyo para tomarme, y a mis pies han escondido lazos.

338

Y por tanto, ahora, así dice el SEÑOR Dios de Israel, a esta ciudad, de la cual decís vosotros, Entregada será en mano del rey de Babilonia a cuchillo, a hambre, y a pestilencia:

339

En aquel tiempo, dijo el SEÑOR: Sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los moradores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros;

340

desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, cada día madrugando y enviándolos;

341

Mas si mejoraréis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con exactitud hiciereis derecho entre el hombre y su prójimo,

342

¿No tengo que visitar sobre esto? Dice el SEÑOR; ¿y de tal gente no se vengará mi alma?

343

Porque así dijo el SEÑOR: Toda la tierra se asolará; mas no haré consumación.

344

Miré, y he aquí el Carmelo desierto, y todas sus ciudades eran asoladas a la presencia del SEÑOR, a la presencia de la ira de su furor.

345

A Egipto, y a Judá, y a Edom, y a los hijos de Amón y de Moab, y a todos los arrinconados en el postrer rincón, que moran en el desierto; porque todos los gentiles tienen prepucio; y toda la Casa de Israel tiene prepucio en el corazón.

346

Ponte a la puerta de la Casa del SEÑOR, y predica allí esta palabra, y di: Oíd palabra del SEÑOR, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar al SEÑOR.

347

Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Cortad árboles, y extended baluarte junto a Jerusalén; ésta es la ciudad que toda ella ha de ser visitada; violencia hay en medio de ella.

348

mas no me oyeron ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.

349

Y se escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quedare de esta mala generación, en todos los lugares a donde arrojaré yo a los que quedaren, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

350

Iré a los grandes, y les hablaré; porque ellos conocieron el camino del SEÑOR, el juicio de su Dios. Ciertamente ellos también quebrantaron el yugo, rompieron las coyundas.

351

No salgas al campo, ni andes por camino; porque espada de enemigo y temor hay por todas partes.

352

Miré, y no aparecía hombre, y todas las aves del cielo se habían ido.

353

¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, no quisieron volverse.

355

Les dirás por tanto: Esta es la gente que no escuchó la voz del SEÑOR su Dios, ni tomó castigo; se perdió la fe, y de la boca de ellos fue cortada.

356

Denunciad guerra contra ella; levantaos y subamos hacia el mediodía. ¡Ay de nosotros! Que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido.

357

ni oprimiereis al peregrino, al huérfano, y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro;

359

por tanto, así dijo el SEÑOR: He aquí que yo visito sobre Semaías de Nehelam, y sobre su generación; no tendrá varón que more entre este pueblo, ni verá aquel bien que yo hago a mi pueblo, dijo el SEÑOR; porque contra el SEÑOR ha hablado rebelión.

360

E hicieron que su lengua, como su arco, tirase mentira; y no se fortalecieron por verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dijo el SEÑOR.

361

¿Hará por ventura el hombre dioses para sí? Mas ellos no serán dioses.

362

A ella vendrán pastores y sus rebaños; junto a ella en derredor pondrán sus tiendas; cada uno apacentará a su parte.

364

Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; para talar los niños de las calles, los jóvenes de las plazas.

365

Os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

366

Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoced al SEÑOR: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dijo el SEÑOR; porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de su pecado.

367

Todos ellos príncipes rebeldes, andan con engaño; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.

368

Se quemó el fuelle del fuego, se ha gastado el plomo; por demás fundió el fundidor, pues los malos no son arrancados.

369

He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, y la ciudad será edificada al SEÑOR, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del rincón.

371

los cuales no oyeron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz, para no oír, ni recibir corrección.

373

Pero yo dije: Por cierto ellos son pobres, han enloquecido, pues no conocen el camino del SEÑOR ni el juicio de su Dios.

374

Entonces me invocaréis, y andaréis en mis caminos y oraréis a mí, y yo os oiré;

375

Habla: Así dijo el SEÑOR: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el segador, que no hay quien lo recoja.

376

Tú, pues, les dirás todas estas palabras, mas no te oirán; aun los llamarás, y no te responderán.

377

y te entregaré en mano de los que buscan tu alma, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.

378

Di al rey y a la reina: Humillaos, sentaos en tierra ; porque la corona de vuestra gloria bajó de vuestras cabezas.

379

He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, y visitaré a todo circuncidado junto con el de prepucio:

380

¿Por ventura soy yo Dios de cerca solamente , dijo el SEÑOR, y no Dios de lejos?

381

Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será Santo al SEÑOR; no será arrancada, ni destruida más para siempre.

383

He aquí, yo estoy contra los profetas, dice el SEÑOR, que endulzan sus lenguas, y dicen: El dijo.

384

Porque así el profeta como el sacerdote son fingidos: aun en mi Casa hallé su maldad, dijo el SEÑOR.

385

¡Oh, quién me diese en el desierto un mesón de caminantes, para que dejase mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de rebeldes.

387

Mas si no me oyereis para santificar el día del sábado, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de sábado, yo haré encender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.

388

Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Qué es la carga del SEÑOR? Les dirás: ¿Qué carga? Os dejaré, dijo el SEÑOR.

391

Y te haré transportar, a ti, y a tu madre que te engendró, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis.

392

¿A qué viene para mí este incienso de Seba, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son a mi voluntad, ni vuestros sacrificios me dan gusto.

393

Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre. Pero, fue en mi corazón como un fuego ardiente y metido en mis huesos; trabajé por sufrirlo, y no pude.

394

Y cada uno engaña a su compañero, y no hablan verdad; enseñaron su lengua a hablar mentira, se ocupan de hacer perversamente.

395

Saeta afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca habla paz con su amigo, y dentro de sí pone sus asechanzas.

396

Tú, pues, profetizarás a ellos todas estas palabras, y les dirás: El SEÑOR bramará como león desde lo alto, y desde la morada de su Santidad dará su voz; enfurecido bramará sobre su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra.

398

Tu morada es en medio de engaño; de muy engañadores no quisieron conocerme, dice el SEÑOR.

399

Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín.

401

¿No los he de visitar sobre estas cosas? Dijo el SEÑOR. ¿De tal gente no se vengará mi alma?

402

Me sedujiste, oh SEÑOR, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido; cada cual se burla de mí.

404

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que el mal sale de gente en gente, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra.

405

Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que yo los fundiré, y los ensayaré; porque ¿cómo he de hacer por la hija de mi pueblo?

406

Porque así dijo el SEÑOR: Cuando en Babilonia se cumplieren los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para tornaros a este lugar.

407

Las ciudades del Mediodía fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda Judá fue transportada, transportada fue toda ella.

408

¿Por ventura has desechado enteramente a Judá? ¿Por ventura ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué nos hiciste herir sin que nos quede cura? Esperamos paz, y no hubo bien; tiempo de cura, y he aquí turbación.

409

Mas si dijereis: Carga del SEÑOR; por eso así dijo el SEÑOR: Porque dijisteis esta palabra, Carga del SEÑOR, habiendo enviado a vosotros, diciendo: No digáis, Carga del SEÑOR;

410

Reconocemos, oh SEÑOR, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros padres, porque contra ti hemos pecado.

411

y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y asentaron a la puerta del medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim, y Rabsaris, Nergal-sarezer, Rabmag, y todos los demás príncipes del rey de Babilonia.

412

¿Por ventura mi palabra no es como el fuego, dice el SEÑOR, y como martillo que quebranta la piedra?

413

Y éstas son las palabras de la carta que Jeremías profeta envió de Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los transportados, y a los sacerdotes y profetas, y a todo pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia

414

Llegó el estruendo hasta el cabo de la tierra; porque es juicio del SEÑOR con los gentiles: él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a cuchillo, dijo el SEÑOR.

415

He aquí vienen días, dijo el SEÑOR, en que yo confirmaré la Palabra buena que he hablado a la Casa de Israel y a la Casa de Judá.

416

Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, después que Nabuzaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó estando atado con esposas entre toda la transmigración de Jerusalén y de Judá que iban cautivos a Babilonia.

418

Irán con lloro, mas con misericordias los haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque seré a Israel por Padre, y Efraín será mi primogénito.

419

Oíd palabra del SEÑOR, oh gentiles, y hacedlo saber en las islas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo juntará y lo guardará, como pastor a su ganado.

420

Alzad vuestros ojos, y ved los que vienen del aquilón; ¿dónde está el rebaño que te fue dado, el ganado de tu hermosura?

421

Así dijo el SEÑOR, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche; que parte el mar y sus ondas braman; el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre:

422

El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro, y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de vuestros altares;

423

Palabra del SEÑOR que fue dada a Jeremías, con motivo de la sequía.

425

En aquel tiempo, dijo el SEÑOR, yo seré por Dios a todos los linajes de Israel, y ellos me serán a mí por pueblo.

426

Por tanto, he aquí yo estoy contra los profetas, dice el SEÑOR, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano.

427

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os hacen desvanecer; hablan visión de su corazón, no de la boca del SEÑOR.

428

Palabra que vino a Jeremías, del SEÑOR el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimooctavo de Nabucodonosor.

429

Y toda esta tierra será puesta en soledad, en espanto; y servirán estos gentiles al rey de Babilonia setenta años.

430

¿Qué dirás cuando te visitará? Porque tú les enseñaste a ser príncipes y cabeza sobre ti. ¿No te tomarán dolores como a mujer que está de parto?

433

La palabra del SEÑOR que vino a él en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercio de su reinado.

434

Porque así dijo el SEÑOR: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de los gentiles; haced oír, alabad, y decid: Oh SEÑOR, salva tu pueblo, el remanente de Israel.

435

¿Por ventura es este hombre Conías un ídolo vil, quebrado? ¿Es vaso con quien nadie se deleita? ¿Por qué fueron arrojados, él y su generación; fueron echados a tierra que no conocieron?

436

Y haré con ellos pacto eterno, que no tornaré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

437

Y en los profetas de Jerusalén vi torpezas; cometían adulterios, y andaban por mentira, y esforzaban las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su malicia; me fueron todos ellos como los moradores de Sodoma, y sus moradores como Gomorra.

438

Palabra que fue del SEÑOR a Jeremías, diciendo:

440

¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley del SEÑOR tenemos con nosotros? Ciertamente, he aquí que en vano se cortó la pluma, por demás fueron los escribas.

441

El que hace la tierra con su potencia, el que pone en orden el mundo con su saber, y extiende los cielos con su prudencia;

442

Y reinó el rey Sedequías hijo de Josías, en lugar de Conías hijo de Joacim, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia había constituído por rey en la tierra de Judá.

443

Miré la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los cielos, y no había en ellos luz.

444

Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en corro de danzantes.

445

Me mostró el SEÑOR, y he aquí dos cestas de higos puestas delante del Templo del SEÑOR, después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a los príncipes de Judá, y a los artífices y a los ingenieros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia.

446

Así dijo el SEÑOR: Escribid que será este varón privado de generación, hombre a quien nada sucederá prósperamente en todos los días de su vida; porque ningún hombre de su simiente que se sentare sobre el trono de David, y que se enseñoreare sobre Judá, será jamás dichoso.

447

Y yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán, y se multiplicarán.

448

He aquí vienen días, dijo el SEÑOR, y sembraré la Casa de Israel y la Casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal.

449

Así me dijo el SEÑOR: Ve, y cómprate un cinto de lino, y cíñelo sobre tus lomos, y no lo meterás en agua.

450

Así dijo el SEÑOR: Halló gracia en el desierto el pueblo, los que escaparon del cuchillo, yendo yo para hacer hallar reposo a Israel.

452

En un instante hablaré contra gentiles y contra reinos, para arrancar, y disipar, y destruir.

453

Y me dijo el SEÑOR: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, mi voluntad no será con este pueblo; échalos de delante de mí, y salgan.

454

Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, diciendo:

455

Y serán muertos del SEÑOR en aquel día desde un cabo de la tierra hasta el otro cabo; no se endecharán, ni se recogerán, ni serán enterrados; como estiércol serán sobre la faz de la tierra.

456

He aquí que yo envío muchos pescadores, dice el SEÑOR, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán de todo monte, y de todo collado, y de las cavernas de los peñascos.

458

Y habrá remisión en ti de tu heredad, la cual yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, para siempre arderá.

459

Pero he aquí, vienen días, dijo el SEÑOR, que no se dirá más: Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto;

461

Así dijo el SEÑOR: Ve, y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo alguno de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;

462

Y a la tierra a la cual levantan ellos su alma para tornar, allá no volverán.

464

Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra con verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

465

Y me serán ellos a mí por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

466

En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del SEÑOR, diciendo:

467

Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, cuando el rey Sedequías envió a él a Pasur hijo de Malquías, y a Sofonías sacerdote, hijo de Maasías, que le dijesen:

468

Y aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que Hananías, hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la Casa del SEÑOR delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo:

469

Porque así me dijo el SEÑOR Dios de Israel: Toma de mi mano el vaso del vino de este furor, y da a beber de él a todos los gentiles a los cuales yo te envío.

470

Y Pasur sacerdote, hijo de Imer, que presidía por príncipe en la Casa del SEÑOR, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras.

471

Aúlla, oh Hesbón, porque destruida es Hai; clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, endechad, y rodead por los vallados, porque el rey de ellos fue en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

472

Cuando dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudos tus calcañares.

473

Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

475

A causa de los profetas mi corazón está quebrantado en medio de mí, todos mis huesos tiemblan; estuve como hombre borracho, y como hombre a quien dominó el vino, delante del SEÑOR, y delante de las palabras de su Santidad.

476

Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Carga del SEÑOR; porque la palabra de cada uno le será por carga; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, del SEÑOR de los ejércitos, Dios nuestro.

477

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia:

478

Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la simiente de David mi siervo, y los levitas que a mí ministran.

479

Porque he aquí, que a la ciudad sobre la cual es llamado mi nombre yo comienzo a hacer mal; ¿y solamente vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos, porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

480

para que sus hijos se acuerden de sus altares y de sus bosques, junto a los árboles verdes y en los collados altos.

481

En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la cercaron.

482

Y vendrán, y harán alabanzas en lo alto de Sion, y correrán al bien del SEÑOR, al pan, y al vino, y al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.

483

Denunciad en los gentiles, y haced saber; levantad también bandera; publicad, y no lo encubráis, decid: Tomada es Babilonia, Bel es confundido, deshecho es Merodac; confundidas son sus esculturas, quebrados son sus ídolos.

484

¡Oh esperanza de Israel! SEÑOR, todos los que te dejan, serán avergonzados; y los que de mí se apartan, serán escritos en el polvo; porque dejaron la vena de aguas vivas, al SEÑOR.

485

En aquellos días y en aquel tiempo haré producir a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.

486

¿Por ventura no podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh Casa de Israel, dice el SEÑOR? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh Casa de Israel.

487

Establécete señales, ponte mojones altos; nota atentamente la calzada; el camino por donde viniste, vuélvete, virgen de Israel, vuélvete a éstas tus ciudades.

488

Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su alma, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza del SEÑOR; le dará su pago.

489

Escuchando, oí a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme y seré convertido; porque tú eres el SEÑOR mi Dios.

490

Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y su lloro tornaré en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.

491

Y cuando fue a la puerta de Benjamín, estaba allí un capitán que se llamaba Irías, hijo de Selemías hijo de Hananías, el cual prendió a Jeremías profeta, diciendo: Tú te retiras a los caldeos.

492

Y dijo Jeremías: Palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo:

493

De Edom. Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Ha perecido el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?

494

Si nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh SEÑOR, actúa por amor de tu Nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti pecamos.

495

Y en el mes quinto, a los diez del mes, que era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que solía estar delante del rey de Babilonia.

496

he aquí enviaré yo , y tomaré todos los linajes del aquilón, dice el SEÑOR, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra, y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los mataré, y los pondré por escarnio, y por silbo, y en soledades perpetuas.

497

Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, y su hoja será verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.

498

Porque voz oí como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo : ¡Ay ahora de mí! Que mi alma desmaya a causa de los matadores.

499

Porque he aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en que tornaré la cautividad de mi pueblo Israel y Judá, dijo el SEÑOR, y los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán.

500

Sino que cada cual morirá por su maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.

502

Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros derramasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis visitado; he aquí yo visito sobre vosotros la maldad de vuestras obras, dijo el SEÑOR.

503

Y en un instante hablaré de la gente y del Reino, para edificar y para plantar;

504

De los hijos de Amón. Así dijo el SEÑOR: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué tomó como por heredad el rey de ellos a Gad, y su pueblo habitó en sus ciudades?

505

y edificaron altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.

507

Levántate, y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.

508

Palabra que vino a Jeremías acerca de todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, que moraban en Migdol, y en Tafnes, y en Menfis, y en tierra de Patros, diciendo:

509

Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo levanto sobre Babilonia, y sobre sus moradores que de corazón se levantan contra mí, un viento destruidor.

510

Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, después que el rey Sedequías hizo concierto con todo el pueblo en Jerusalén, para promulgarles libertad;

511

Y será que, cuando fueren cumplidos los setenta años, visitaré sobre el rey de Babilonia y sobre aquella gente su maldad, dijo el SEÑOR, y sobre la tierra de los caldeos; y yo la pondré en desiertos para siempre.

512

En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará seguramente, y se le llamará: EL SEÑOR, justicia nuestra.

513

Porque yo seré contigo, dice el SEÑOR, para salvarte: y haré consumación en todos los gentiles entre los cuales te esparcí; pero en ti no haré consumación, sino que te castigaré con juicio, y no te talaré del todo.

514

¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque el SEÑOR criará una cosa nueva sobre la tierra: una MUJER rodeará al varón.

515

Tus adulterios, tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el mismo campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás limpia al fin? ¿Hasta cuándo pues?

516

Tú lo sabes, oh SEÑOR; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me tomes a tu cargo en la prolongación de tu enojo; sepas que sufro vergüenza a causa de ti.

517

En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino del SEÑOR esta palabra a Jeremías, diciendo:

518

¡Ay de mí, madre mía, que me has engendrado hombre de contienda y hombre de discordia a toda la tierra! Nunca les di a interés, ni lo tomé de ellos; y todos me maldicen.

519

Y vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo:

520

Por tanto, yo los esparciré, como tamo que pasa, al viento del desierto.

521

Y aconteció que, como el ejército de los caldeos se fue de Jerusalén a causa del ejército de Faraón,

522

Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros sueños, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia.

523

Les dirás, pues, esta palabra: Así dijo el SEÑOR, Dios de Israel: Se llenará de vino todo odre. Y ellos te dirán: ¿Por ventura no sabemos que todo odre se llenará de vino?

525

Y oyó Sefatías hijo de Matán, y Gedalías hijo de Pasur, y Jucal hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, las palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo:

526

Y vino palabra del SEÑOR a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la guarda, diciendo:

527

Y entraron al rey al atrio, habiendo depositado el rollo en la cámara de Elisama escriba; y contaron a los oídos del rey todas estas palabras.

528

Y aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, que vino esta palabra a Jeremías, del SEÑOR, diciendo:

529

Porque así dijo el SEÑOR: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la Casa de Israel;

530

Así dijo el SEÑOR: Ponte en el atrio de la Casa del SEÑOR, y habla a todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la Casa del SEÑOR, todas las palabras que yo te mandé les hablases; no detengas palabra.

531

Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni miréis a vuestros sueños que soñáis.

533

por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y os arrancaré de mi presencia, y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres;

534

Martillo me sois, oh armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré gentiles, y por medio de ti desharé reinos;

536

Así habló el SEÑOR Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado.

538

Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase aquel rollo, no los quiso oír;

539

Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué respondió el SEÑOR, y qué habló el SEÑOR?

540

Y dijeron: Venid, y tracemos maquinaciones contra Jeremías; porque la ley no faltará del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni la palabra del profeta. Venid e hirámoslo de lengua, y no miremos a todas sus palabras.

541

Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; oscureciéronse en tierra, y subió el clamor de Jerusalén.

542

Así dijo el SEÑOR que la hace, el SEÑOR que la forma para afirmarla; el SEÑOR es su nombre:

543

Esta será tu suerte, la porción de tus medidas de parte mía, dijo el SEÑOR; porque te olvidaste de mí, y confiaste en la mentira.

544

¡Oh generación! Ved vosotros la palabra del SEÑOR. ¿He sido yo soledad a Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos a ti?

545

El SEÑOR me dijo así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello;

546

Aullad, pastores, y clamad; y revolcaos en el polvo , mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para ser vosotros degollados y esparcidos, y caeréis como vaso de codicia.

547

Miqueas de Moreset profetizó en tiempo de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Sion será arada como campo, y Jerusalén será montones, y el monte del templo en cumbres de bosque.

548

Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta entre los gentiles, apercibid naciones contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini, y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.

549

a causa del día que viene para destrucción de todos los palestinos, para talar a Tiro, y a Sidón, a todo ayudador que quedó vivo; porque el SEÑOR destruirá a los palestinos, al resto de la isla de Caftor.

550

Entonces tomaron ellos a Jeremías, y lo hicieron echar en la mazmorra de Malquías hijo de Hamelec, que estaba en el patio de la guarda; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la mazmorra no había agua, sino cieno; y se hundió Jeremías en el cieno.

551

Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran potencia y con mi brazo extendido, y la di a quien fue recto a mis ojos.

552

De Damasco: Se confundió Hamat, y Arfad, porque oyeron malas nuevas; se derritieron en aguas de desmayo, no pueden sosegarse.

553

Así dijo el SEÑOR: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra,

554

Y aconteció en el mes séptimo, que vino Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la simiente real, y algunos príncipes del rey, y diez hombres con él, a Gedalías hijo de Ahicam en Mizpa; y comieron pan juntos allí en Mizpa.

555

Y yo dije: ¡Ah! ¡ah! ¡Señor DIOS! He aquí que los profetas les dicen: No veréis cuchillo, ni habrá hambre en vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera.

556

que haces misericordia en millares, y vuelves la maldad de los padres en el seno de sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre;

557

Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas; y cada uno comerá la carne de su amigo, en el cerco y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus almas.

558

A Egipto: contra el ejército de Faraón Necao rey de Egipto, que estaba cerca del río Eufrates en Carquemis, al cual hirió Nabucodonosor rey de Babilonia, el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá.

559

Yo, también, descubrí tus faldas delante de tu cara, y tu vergüenza se manifestó.

560

Aun en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres, de los inocentes; no los hallaste en ningún delito, sino por todas estas cosas.

561

Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice el SEÑOR, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos, y a tu simiente de la tierra de su cautividad; y Jacob tornará, y descansará y sosegará, y no habrá quien le espante.

562

Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado.

563

Y el alma del sacerdote embriagaré de grosura, y será mi pueblo saciado de mi bien, dijo el SEÑOR.

564

Y las majadas quietas serán taladas por la ira del furor del SEÑOR.

565

Por tanto, así dijo el SEÑOR, de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo : ¡Ay, hermano mío! Y ¡ay, hermana! Ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza!

566

E hirió Pasur a Jeremías profeta, y lo puso en el calabozo que estaba a la puerta de Benjamín en lo alto, la cual está en la casa del SEÑOR.

567

¿Para qué abonas tu camino para hallar amor, pues aun a las malvadas enseñaste tus caminos?

568

¿Por ventura es Efraín hijo precioso para mí? ¿Por ventura es para mi niño delicioso? Con todo eso desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; apiadado, tendré de él misericordia, dice el SEÑOR.

569

De Moab. Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo! Que fue destruida, fue avergonzada; Quiriataim fue tomada; fue confusa Misgab, y desmayó.

570

Así dijo el SEÑOR: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; porque salario hay para tu obra, dice el SEÑOR, y volverán de la tierra del enemigo.

571

Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, se olvidaron de sus majadas.

572

Porque la tierra está llena de adúlteros; porque a causa del juramento la tierra está desierta; las cabañas del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su fortaleza no derecha.

573

Entonces mandó el rey al mismo Ebed-melec etíope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar a Jeremías profeta de la mazmorra, antes que muera.

574

El profeta que profetizó de paz, cuando sobreviniere la palabra del profeta, será conocido como el profeta que el SEÑOR en verdad envió.

575

antes pondremos ciertamente por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer sahumerios a la reina del cielo, y derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y fuimos llenos de pan, y estuvimos alegres, y nunca vimos mal.

576

Y será que si te preguntaren: ¿A dónde saldremos? Les dirás: Así dijo el SEÑOR: El que a muerte, a muerte; y el que a cuchillo, a cuchillo; y el que a hambre, a hambre; y el que a cautividad, a cautividad.

577

Cuando ayunaren, yo no oiré su clamor, y cuando ofrecieren holocausto y ofrenda, no lo aceptaré; antes los consumiré con cuchillo, y con hambre, y con pestilencia.

578

Era Sedequías de edad de veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.

579

Y morirán en esta tierra grandes y chicos; no se enterrarán, ni los endecharán, ni se arañarán, ni se mesarán por ellos;

580

Desamparó como leoncillo su morada; porque la tierra de ellos fue asolada por la ira del opresor, y por el enojo de su furor.

581

Y acaeció que en el año treinta y siete de la cautividad de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la casa de la cárcel;

582

Y llamó Jeremías a Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en un rollo de libro, todas las palabras que el SEÑOR le había hablado.

583

Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido sahumerios a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo:

584

Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dijo el SEÑOR.

585

Hubo también un hombre que profetizaba en nombre del SEÑOR, Urías, hijo de Semaías de Quiriat-jearim, el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras de Jeremías;

587

Vinieron todos los príncipes de los ejércitos, y Johanán, hijo de Carea, y Jezanías, hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor,

588

Y el vaso que él hacía de barro se quebró en la mano del alfarero; y tornó y lo hizo otro vaso, según que al alfarero pareció mejor hacerlo.

589

Y envió el rey Sedequías a Jucal hijo de Selemías, y a Sofonías hijo de Maasías sacerdote, para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por nosotros al SEÑOR nuestro Dios.

590

Y oyendo Ebed-melec, hombre etíope, eunuco que estaba en la casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la mazmorra, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín,

591

He aquí yo los torno de tierra del aquilón, y los junto de los fines de la tierra, habrá entre ellos ciegos y cojos, y mujeres que están encinta y las que dieron a luz juntamente; en gran compañía tornarán acá.

592

Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón, tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte; aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dijo el SEÑOR.

593

En aquellos días y en aquel tiempo, dice el SEÑOR, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán al SEÑOR su Dios.

594

Porque así dijo el SEÑOR, de Salum hijo de Josías, rey de Judá, que reina por Josías su padre: El que saliere de este lugar, no volverá acá más;

595

Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él hacía obra sobre una rueda.

596

Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él perfumes a dioses ajenos, los cuales no habían ellos conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes;

597

Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que no se podían comer de malos.

598

Vaso de oro fue Babilonia en la mano del SEÑOR, que embriaga toda la tierra; de su vino bebieron los gentiles; por tanto, enloquecerán las naciones.

599

Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a la vanidad, y les hacen tropezar en sus caminos, en las sendas antiguas, para que caminen por sendas, por camino no hollado;

600

y saldrás al valle de Ben-Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y publicarás allí las palabras que yo te hablaré.

601

Ahora, pues, habla ahora a todo hombre de Judá, y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y vuestras obras.

602

¡Mi montañés! En el campo son tus riquezas; todos tus tesoros daré a despojo, por el pecado de tus altos en todos tus términos.

603

Y dijeron los príncipes al rey: Muera ahora este hombre; porque de esta manera hace desmayar las manos de los varones de guerra que han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales palabras; porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el mal.

604

Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien las espante.

605

Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito en la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la guarda.

606

(después que salió el rey Jeconías y la reina, y los de palacio, y los príncipes de Judá y de Jerusalén, y los artífices, y los ingenieros de Jerusalén),

607

Palabra que habló el SEÑOR contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por mano de Jeremías profeta.

608

Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Por cuanto no oísteis mis palabras,

609

¡Sonido de grito de Babilonia, y quebrantamiento grande de la tierra de los caldeos!

611

No lloréis al muerto, ni tengáis compasión de él; llorad amargamente por el que se va; porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.

612

voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad al SEÑOR de los ejércitos, porque el SEÑOR es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan sacrificio de alabanza a la Casa del SEÑOR. Porque tornaré a traer la cautividad de la tierra como al principio, dijo el SEÑOR.

613

Mas ese día será al SEÑOR Dios de los ejércitos día de venganza, para vengarse de sus enemigos; y la espada devorará y se saciará, y se embriagará de la sangre de ellos; porque matanza será al SEÑOR, Dios de los ejércitos, en tierra del aquilón junto al río Eufrates.

614

Y entonces el ejército del rey de Babilonia tenía cercada a Jerusalén; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la guarda que estaba en la casa del rey de Judá.

615

Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué has de ser como peregrino en la tierra, y como caminante que se aparta para tener la noche?

616

He aquí que Hanameel, hijo de Salum tu tío, viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.

617

Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes y a sus nobles y sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre.

618

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Aun dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo convertiré su cautiverio: el SEÑOR te bendiga, oh Morada de justicia y monte de santidad.

619

Edificad casas, y morad; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos;

620

Pero haré tornar el cautiverio de Moab en lo postrero de los tiempos, dijo el SEÑOR. Hasta aquí es el juicio de Moab.

621

Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR, (cuando Nabucodonosor rey de Babilonia, y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra del señorío de su mano, y todos los pueblos, peleaban contra Jerusalén, y contra todas sus ciudades), diciendo:

622

Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos en Sion, al SEÑOR nuestro Dios.

624

Por tanto, he aquí vendrán días, dijo el SEÑOR, que no se diga más, Tofet, ni valle de Ben-Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar.

625

A este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y se fue en pos de dioses ajenos para servirles, y para encorvarse a ellos; y vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.

626

Mas el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Nabucodonosor rey de Babilonia, a Ribla, en tierra de Hamat, y le sentenció.

627

Y si ellos hubieran estado en mi secreto, también hubieran hecho oír mis palabras a mi pueblo; y les hubieran hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.

628

Así dijo el SEÑOR: He aquí yo hago tornar la cautividad de las tiendas de Jacob, y de sus moradas tendré misericordia; y la ciudad será edificada sobre su collado, y el Templo según su juicio estará.

629

Y visitaré al mismo Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que ha tragado; y no vendrán más a él gentiles; y el muro de Babilonia caerá.

630

Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No pequé.

631

Pero ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos mandó, diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos perpetuamente;

632

Pregunta ahora por nosotros al SEÑOR; porque Nabucodonosor rey de Babilonia hace guerra contra nosotros. Por ventura el SEÑOR hará con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre nosotros.

633

Heredades comprarán por dinero, y harán carta, y la sellarán, y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de los campos, y en las ciudades que están al Mediodía; porque yo haré tornar su cautividad, dice el SEÑOR.

634

Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, y denunciaremos. Todos mis amigos miraban si cojearía. Por ventura se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.

635

Y las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron perfumes a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.

636

Palabra que vino a Jeremías del SEÑOR en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:

637

Así dijo el SEÑOR a este pueblo: Así amaron moverse, ni detuvieron sus pies; por tanto, el SEÑOR no los tiene en su voluntad; ahora se acordará de la maldad de ellos, y visitará su pecado.

638

Así dijo el SEÑOR: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de manera que no haya día ni noche a su tiempo,

639

y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los embajadores que vienen a Jerusalén a Sedequías, rey de Judá.

640

Y seré hallado de vosotros, dijo el SEÑOR, y tornaré vuestra cautividad, y os juntaré de todos los gentiles, y de todos los lugares adonde os arrojé, dijo el SEÑOR; y os haré volver al lugar de donde os hice ser llevados.

641

Y haré perder de entre ellos voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de muelas, y luz de candil.

642

Porque después que me convertí, tuve arrepentimiento, y después que conocí, herí el muslo; me avergoncé, y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.

643

Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.

644

Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado el SEÑOR el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es del SEÑOR, venganza es de su templo.

645

Por tanto, así dijo el SEÑOR a Joacim rey de Judá: No tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche.

646

El trono de gloria, altura desde el principio, es el lugar de nuestra santificación.

648

Tómate un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todos los gentiles, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías hasta hoy.

649

Mas el SEÑOR está conmigo como poderoso gigante; por tanto los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.

650

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y acerca de Sedequías hijo de Maasías, quienes os profetizan en mi nombre falsamente: He aquí los entrego yo en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y él los herirá delante de vuestros ojos;

652

Me comió, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia; me paró como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó.

654

De Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales hirió Nabucodonosor rey de Babilonia. Así dijo el SEÑOR: Levantaos, subid contra Cedar, y destruid los hijos de oriente (de Cedem ).

655

He aquí yo contra ti, oh Monte destruidor, dijo el SEÑOR, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti, y te haré rodar de las peñas, y te tornaré monte quemado.

656

Por tanto, he aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, y no dirán más: Vive el SEÑOR que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto;

657

Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestro cuchillo devoró a vuestros profetas como león destrozador.

658

Pero si esos gentiles se convirtieren de su maldad, contra el cual mal yo hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles.

659

Y haré volver la cautividad de Judá, y la cautividad de Israel, y los edificaré como al principio.

660

Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de la plazas de Jerusalén, voz de gozo y voz de alegría, voz de esposo y voz de esposa; porque la tierra será en desierto.

661

Palabra que habló Jeremías profeta a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:

662

De dolorosas enfermedades morirán; no serán endechados ni enterrados; serán por muladar sobre la faz de la tierra; y con cuchillo y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos serán para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.

663

Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjo, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.

664

y todos los transportados de Judá que están en Babilonia, tomarán de ellos maldición, diciendo: Póngate el SEÑOR como a Sedequías y como a Acab, los cuales quemó al fuego el rey de Babilonia.

665

Palabra del SEÑOR que vino a Jeremías profeta, contra los gentiles.

666

Y todos los príncipes del ejército que estaban por el campo, ellos y sus hombres, oyeron como el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ahicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, y las mujeres, y los niños, y los pobres de la tierra; los que no fueron transportados a Babilonia,

667

por mano de Elasa hijo de Safán, y de Gemarías hijo de Hilcías, (los cuales envió Sedequías rey de Judá a Nabucodonosor rey de Babilonia), diciendo:

668

Y entregaré a los hombres que traspasaron mi Pacto, que no hicieron firmes las palabras del Pacto que celebraron en mi presencia, dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de ellas;

669

¿Para qué discurres tanto, mudando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria.

670

Palabra del SEÑOR que vino a Jeremías profeta acerca de los palestinos, antes que Faraón hiriese a Gaza.

671

descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados: Elisama escriba, y Delaía hijo de Semaías, y Elnatán hijo de Acbor, y Gemarías hijo de Safán, y Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes.

672

El es el que hace la tierra con su fortaleza, el que afirma el mundo con su sabiduría, y extiende los cielos con su entendimiento;

673

Dirás pues: Oíd palabra del SEÑOR, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que quien lo oyere, le retiñan los oídos.

674

Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años, vino a mí palabra del SEÑOR, la cual hablé a vosotros, madrugando y dando aviso; mas no oísteis.

675

Porque como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a mí toda la Casa de Israel y toda la Casa de Judá, dice el SEÑOR, para que me fuesen por pueblo y por fama, y por alabanza y por honra; pero no escucharon.

676

y vinieron luego a Gedalías en Mizpa, Ismael hijo de Netanías, y Johanán y Jonatán hijos de Carea, y Seraías hijo de Tanhumet, y los hijos de Efai netofatita, y Jezanías hijo de Maacati, ellos y su hombres.

677

sino: Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo la simiente de la Casa de Israel de tierra del aquilón, y de todas las tierras adonde los eché; y habitarán en su tierra.

678

Porque se resquebrajó la tierra a causa de no llover en el país; los labradores se avergonzaron, cubrieron sus cabezas.

679

Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero: siete siclos y diez monedas de plata.

681

Y Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la Casa del SEÑOR, en la cámara de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la Casa del SEÑOR, en oídos de todo el pueblo.

682

Y el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén, y contra todas las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis, y contra Azeca; porque de las ciudades fuertes de Judá éstas habían quedado.

683

¡Voz del grito de los pastores, y aullido de los mayorales del hato se oirá ! Porque el SEÑOR asoló sus majadas.

684

y a toda la mezcla de gente , y a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos los reyes de la tierra de Palestina, y a Ascalón, y a Gaza, y a Ecrón, y al residuo de Asdod;

685

Y di: Oye palabra del SEÑOR, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus criados, y tu pueblo que entran por estas puertas.

686

No me seas tú por espanto; esperanza mía eres tú en el día malo.

687

En un momento cayó Babilonia, y se quebrantó; aullad sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, por ventura sanará.

688

Y acontecerá que cuando anunciares a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué habló el SEÑOR sobre nosotros este mal tan grande? ¿Y qué maldad es la nuestra, o qué pecado es el nuestro, que cometiéramos contra el SEÑOR nuestro Dios?

689

Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra; y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré, y no los arrancaré.

690

Sube contra la tierra de contumaces (Merataim ), contra ella, y contra los moradores de la visitación (Pecod ); destruye y mata en pos de ellos, dijo el SEÑOR, y haz conforme a todo lo que yo te he mandado.

691

Palabra que habló el SEÑOR a Jeremías profeta acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto:

692

Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.

693

¿Por ventura reinarás porque te cercas de cedro? ¿Por ventura no comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?

694

Palabra que envió Jeremías profeta a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero.

695

No se apartará el furor del SEÑOR, hasta tanto que haya hecho, y hasta tanto que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en lo postrero de los días lo entenderéis con entendimiento.

696

¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, dijo el SEÑOR, y a ti te daré tu vida por despojo en todos los lugares adonde fueres.

697

Y compré el cinto conforme a la palabra del SEÑOR, y lo puse sobre mis lomos.

698

Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: He aquí yo vuelvo atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, y con que vosotros peleáis con el rey de Babilonia; y los caldeos que os tienen cercados fuera de la muralla, yo los juntaré en medio de esta ciudad.

699

y a todos los reyes de Tiro, y a todos los reyes de Sidón, y a todos los reyes de las islas que están de ese lado del mar;

700

Entonces les has de decir: Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los moradores de esta tierra, y a los reyes que están sentados por David sobre su trono, y a los sacerdotes y los profetas, y todos a los moradores de Jerusalén;

701

¿Por qué has de ser como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Pero, tú estás entre nosotros, oh SEÑOR, y sobre nosotros es llamado tu nombre; no nos desampares.

702

y a Dedán, y a Tema, y a Buz, y a todos los que están al cabo del mundo;

703

y fue que, cuando Jehudí hubo leído tres o cuatro planas, lo rasgó con un cuchillo de escribanía, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero había.

704

He aquí que como león subirá de la hinchazón del Jordán a la morada fuerte; porque haré reposo y lo haré correr de sobre ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí? ¿O quién me emplazará? ¿O quién será aquel pastor que me podrá resistir?

705

Pues será como la retama en el desierto, y no verá cuando viniere el bien; sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra salada y deshabitada.

706

Así habló el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Por cuanto enviaste letras en tu nombre a todo el pueblo que está en Jerusalén, y a Sofonías sacerdote hijo de Maasías, y a todos los sacerdotes, diciendo:

707

Les dirás: Así dijo el SEÑOR: Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual di delante de vosotros,

709

Y como el ejército de Faraón hubo salido de Egipto, y vino la noticia de ellos a oídos de los caldeos que tenían cercada a Jerusalén, partieron de Jerusalén.)

710

¿Dejará alguno por ventura la nieve de la piedra del campo que corre del Líbano? ¿Dejarán las aguas singulares, frías, y corrientes?

711

Porque ¿quién estuvo en el secreto del SEÑOR, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y oyó?

712

Y Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo:

713

Y será Babilonia para montones, morada de dragones, espanto y silbo, sin morador.

714

casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que paran hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os hagáis pocos.

715

Y será en aquel día, dice el SEÑOR de los ejércitos, que yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extraños no lo volverán más a poner en servidumbre,

716

Y los entregaré a ser zarandeados por todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés hijo de Ezequías rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén.

717

Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia.

718

Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.

719

Aconteció por tanto a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén, y asentaron sobre ella campo, y de todas partes edificaron sobre ella baluartes en todas partes.

720

Casa de David, así dijo el SEÑOR: Juzgad de mañana juicio, y librad al oprimido de mano del opresor; para que mi ira no salga como fuego, y se encienda, y no haya quien apague, por la maldad de vuestras obras.

721

Entonces dijo Jeremías profeta a Hananías profeta: Ahora oye, Hananías; el SEÑOR no te envió, y tú hiciste a este pueblo confiar en mentira.

722

Y oyó Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de los ejércitos que estaban con él, todo el mal que hizo Ismael, hijo de Netanías.

723

Y a este pueblo dirás: Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.

724

Porque el SEÑOR redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él.

725

Mas yo no me entremetí a ser pastor en pos de ti, ni deseé día de calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido, en tu presencia ha salido.

726

Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Como a estos buenos higos, así conoceré la transportación de Judá al cual eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien.

727

Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, toda voz de esposo y toda voz de esposa.

728

que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba, y rotas las ropas, y arañados y traían en sus manos ofrenda y perfume para llevar a la Casa del SEÑOR.

729

Y fue que viéndolos Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron, y salieron de noche de la ciudad por el camino de la huerta del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del desierto.

730

Este es el pueblo que Nabucodonosor hizo transportar: En el año séptimo, tres mil veintitrés judíos:

731

Y el día siguiente Pasur sacó a Jeremías del calabozo. Y le dijo Jeremías: El SEÑOR no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor- misabib (Miedo de todas partes ).

732

Porque desde que hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra del SEÑOR me ha sido para afrenta y escarnio cada día.

733

Hazte vasos de transmigración, moradora hija de Egipto; porque Menfis será por yermo, y será asolada hasta no quedar morador.

734

Por tanto, he aquí vienen días, dijo el SEÑOR, que este lugar no se llamará más Tofet, ni Valle de Ben-Hinom, sino Valle de la Matanza.

735

Y los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra; desahijé, desperdicié mi pueblo; no se tornaron de sus caminos.

736

Y envió el SEÑOR a vosotros todos sus siervos los profetas, madrugando y enviándoles; mas no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar,

737

Por tanto, he aquí vienen días, dijo el SEÑOR, en que haré oír en Rabá de los hijos de Amón clamor de guerra; y será puesta en montón de asolamiento, y sus ciudades serán puestas a fuego, e Israel tomará por heredad a los que los tomaron a ellos, dijo el SEÑOR.

738

Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su alma, como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo, y que buscaba su alma.

739

antes mandó el rey a Jerameel hijo de Hamelec, y a Seraías hijo de Azriel, y a Selemías hijo de Abdeel, tomar a Baruc el escribano y a Jeremías profeta; mas el SEÑOR los escondió.

740

Hombres, y mujeres, y niños, y las hijas del rey, y a toda alma que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, y a Jeremías profeta, y a Baruc, hijo de Nerías;

741

Preguntad ahora, y mirad si da a luz el varón; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer de parto, y se han tornado pálidos todos los rostros.

742

dijo Azarías hijo de Osaías, y Johanán hijo de Carea, y todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te envió el SEÑOR nuestro Dios para decir: No entréis en Egipto a peregrinar allí.

743

porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes fueron presos, el arco de ellos fue quebrado; porque el SEÑOR, Dios de retribuciones, dará la paga.

744

Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar; y les haré que caigan a cuchillo delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus almas; y daré sus cuerpos para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra;

745

Y los principales de ellos enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con sus vasos vacíos; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas.

746

Y Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de los ejércitos que estaban en el campo, vinieron a Gedalías en Mizpa,

747

Así habló el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el yugo del rey de Babilonia.

748

Y los asnos monteses se ponían en los altos, aspiraban el viento como los dragones; sus ojos se cegaron, porque no había hierba.

749

Porque así dijo el SEÑOR: Hemos oído voz de temblor; espanto, y no paz.

750

Porque así dijo el SEÑOR: No entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles; porque yo quité mi paz de este pueblo, dijo el SEÑOR, mi misericordia y piedades.

751

Y tomó Jeremías otro rollo, y lo dio a Baruc hijo de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá; y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras semejantes.

752

Y los daré por escarnio, por mal a todos los reinos de la tierra; por infamia, y por ejemplo, y por refrán, y por maldición a todos los lugares adonde yo los arrojaré.

753

Estas, pues, son las palabras que habló el SEÑOR acerca de Israel y de Judá.

754

Dijo el SEÑOR: De cierto tus reliquias serán en bien; de cierto haré que el enemigo te salga a recibir en el tiempo trabajoso, y en el tiempo de angustia.

755

Y escribí la carta, y la sellé, e hice atestiguar a testigos, y pesé el dinero con balanza.

756

Subid, caballos, y alborotaos, carros; y salgan los valientes: los etíopes y los de Libia que toman escudo, y los de Lidia que toman y entesan arco.

757

para poner su tierra en desolación, y en silbos perpetuos; todo aquel que pasare por ella se maravillará, y meneará su cabeza.

758

Y de él será su Fuerte, y de en medio de él saldrá su Enseñoreador; y le haré llegar cerca, y se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que ablandó su corazón para llegarse a mí? Dijo el SEÑOR.

759

Y aun el no había respondido que se volvería, cuando el capitán le dijo: Vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te pareciere más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia presentes y dones, y le envió.

760

Y después que di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, oré al SEÑOR, diciendo:

761

Y volvió Jeremías de Tofet, adonde le envió el SEÑOR a profetizar, y se paró en el atrio de la Casa del SEÑOR, y dijo a todo el pueblo.

762

Y el rey Joacim envió hombres a Egipto, a Elnatán hijo de Acbor, y otros hombres con él, a Egipto;

763

Entonces vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo:

764

pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.

765

He aquí que la tempestad del SEÑOR saldrá con furor; y la tempestad que está aparejada, caerá sobre la cabeza de los malos.

766

He aquí, la tempestad del SEÑOR sale con furor, la tempestad que se apareja; sobre la cabeza de los impíos reposará.

767

Y quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo,

768

Ganado descarriado ha sido Israel; leones lo amontonaron; el rey de Asiria lo devoró el primero; este Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó el postrero.

769

Y aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras del SEÑOR Dios de ellos, todas estas palabras por las cuales el SEÑOR Dios de ellos le había enviado a ellos mismos,

770

Y dijo Jeremías profeta a Hananías profeta, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la Casa del SEÑOR.

771

Sobre Gaza vino mesadura, Ascalón fue cortada, y el resto de su valle; ¿hasta cuándo te arañarás?

772

Así dijo el SEÑOR: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas sin hombre y sin morador y sin animal, ha de oírse aún,

773

Y aconteció en el año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, en el mes noveno, que promulgaron ayuno en la presencia del SEÑOR, a todo el pueblo de Jerusalén, y a todo el pueblo que venía de las ciudades de Judá a Jerusalén.

775

Porque he aquí que yo despierto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes naciones de la tierra del aquilón; y desde allí se aparejarán contra ella, y será tomada; sus flechas como de valiente diestro, que no se tornará en vano.

776

Porque así dijo el SEÑOR: He aquí yo te pondré en espanto a ti, y a todos los que bien te quieren, y caerán por el cuchillo de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en mano del rey de Babilonia, y los transportará a Babilonia, y los herirá a cuchillo.

777

Así dijo el SEÑOR: Así haré podrir la soberbia de Judá, y la mucha soberbia de Jerusalén,

778

Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate, y ve al Eufrates, y escóndelo allá en una caverna de una peña.

779

El SEÑOR te puso por sacerdote en lugar de Joiada sacerdote, para que presidáis en la Casa del SEÑOR sobre todo hombre furioso y profetizante, poniéndolo en el calabozo y en el cepo.

780

Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él;

782

También saldrás de él con tus manos sobre tu cabeza, porque el SEÑOR desecha tus confianzas, y en ellas no tendrás buen suceso.

783

Y fue entrada la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y se salieron de la ciudad de noche por el camino del postigo que está entre los dos muros, que estaban cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del desierto, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.

784

Y fue que, acabando de hablar Jeremías todo lo que el SEÑOR le había mandado que hablase a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto morirás.

785

Y dijo Jeremías a todo el pueblo, y a todas las mujeres: Oíd palabra del SEÑOR, todos los de Judá que estáis en tierra de Egipto:

787

Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve del mes, fue rota la ciudad;

788

Tomó también el capitán de la guardia a Seraías principal sacerdote, y a Sofonías segundo sacerdote, y tres guardas de la puerta.

789

Además, quebrará las estatuas de Bet-semes, que es en tierra de Egipto, y las casas de los dioses de Egipto quemará a fuego.

790

Porque por mí juré, dijo el SEÑOR, que en asolamiento, en oprobio, en soledad, y en maldición, será Bosra; y todas su ciudades serán en asolamientos perpetuos.

791

Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y hablaron palabra falsamente en mi nombre que no les mandé; lo cual yo sé, y soy testigo, dijo el SEÑOR.

792

A todos tus pastores pacerá el viento, y tus enamorados irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu malicia.

793

y les dirás: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Así quebraré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra un vaso de barro, que no se puede más restaurar; y en Tofet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.

794

Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si salieres luego a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego; y vivirás tú y tu casa;

795

No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar.

796

Y visitaré sobre ellos cuatro géneros de males , dijo el SEÑOR: cuchillo para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra, para devorar y para disipar.

798

Porque si efectivamente obedeciereis esta palabra, entrarán por las puertas de esta Casa los reyes sentados por David sobre su trono, montados en carros y en caballos, él, y sus criados, y su pueblo.

799

antes tomó Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de los ejércitos, a todo el resto de Judá, que de todos los gentiles adonde habían sido echados habían vuelto para morar en tierra de Judá:

800

Por tanto, así dijo el SEÑOR: Preguntad ahora a los gentiles, quién oyó tal. Gran fealdad hizo la virgen de Israel.

801

Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la Casa del SEÑOR, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la Casa del SEÑOR, y llevaron todo el bronce a Babilonia.

802

Dicen atrevidamente a los que me aíran: El SEÑOR dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la imaginación de su corazón, dijeron: No vendrá mal sobre vosotros.

803

Mas si no oyereis estas palabras, por mí juré, dijo el SEÑOR, que esta Casa será desierta.

804

Por tanto, allí morarán bestias monteses con gatos, morarán también en ella pollos de avestruz; ni más será poblada para siempre, ni se habitará de generación en generación.

805

¡Cómo fue presa Sesac, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo fue Babilonia por espanto entre los gentiles!

806

Palabra del SEÑOR que vino a Jeremías profeta acerca de Elam, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo:

807

Cantad al SEÑOR, load al SEÑOR; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.

808

Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice el SEÑOR; porque contigo soy yo; porque haré consumación en todos los gentiles a los cuales te echaré; pero en ti no haré consumación, sino que te castigaré con juicio, y no te talaré del todo.

809

Y los perseguiré con espada, con hambre y con pestilencia; y los daré por escarnio a todos los reinos de la tierra, por maldición y por espanto, y por silbo y por afrenta a todos los gentiles a los cuales los arrojé;

810

Se enflaqueció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma; su sol se le puso siendo aún de día; se avergonzó y se llenó de confusión; y lo que de ella quedare, lo entregaré a cuchillo delante de sus enemigos, dijo el SEÑOR.

811

Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros, diciendo : Venid, y juntaos al SEÑOR con Pacto eterno, que jamás se ponga en olvido.

812

No se alabará ya más Moab; contra Hesbón maquinaron mal, diciendo : Venid, y quitémosla de entre las naciones. También tú, Madmena, serás cortada, espada irá tras ti.

813

sino: Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del aquilón, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.

814

y le dijeron: ¿No sabes de cierto cómo Baalis, rey de los hijos de Amón, ha enviado a Ismael hijo de Netanías, para matarte? Pero Gedalías hijo de Ahicam no les creyó.

815

lo que habló Jeremías profeta a todo el pueblo de Judá, y a todos los moradores de Jerusalén, diciendo:

816

cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y morad sobre la tierra que os dio el SEÑOR, a vosotros y a vuestros padres para siempre;

817

La que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia.

818

Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque tierra es de esculturas, y en ídolos enloquecen.

819

Y a Semaías de Nehelam hablarás, diciendo:

820

y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.

821

Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó el SEÑOR, y aun pondrá en efecto lo que dijo sobre los moradores de Babilonia.

822

Y aun las ciervas en los campos parían, y dejaban la cría , porque no había hierba.

823

Sube al Líbano, y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas partes; porque todos tus enamorados son quebrantados.

824

El redentor de ellos es el Fuerte; el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre; de cierto abogará la causa de ellos, para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.

825

Ve a casa de los recabitas, y habla con ellos, e introdúcelos en la Casa del SEÑOR, en una de las cámaras, y dales a beber vino.

826

Como en el trastornamiento de Sodoma y de Gomorra, y de sus ciudades vecinas, será , dijo el SEÑOR, no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.

827

Por tanto todos los que te consumen serán consumidos; y todos tus afligidores, todos irán en cautiverio; y los que te hollaron serán hollados, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.

828

Y saldrá de ellos alabanza, y voz de gente que está en regocijo y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.

830

Y será, que la gente y el reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, con espada y con hambre y con pestilencia visitaré a tal gente, dice el SEÑOR, hasta que yo los acabe de poner a todos bajo su mano.

831

Y hablé también a Sedequías rey de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid.

832

En aquellos días y en aquel tiempo, dijo el SEÑOR, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado.

833

Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los mansos delante del ganado.

834

El clamor, desde Hesbón hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim, becerra de tres años: porque también las aguas de Nimrim serán destruidas.

835

Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre sus heces ha estado él reposado, y no fue vaciado de vaso en vaso, ni nunca fue en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado.

836

Y pelearé contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte, y con furor, y enojo, e ira grande;

837

Denunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Menfis y en Tafnes; decid: Está quieto, y aparéjate; porque espada ha de devorar tu comarca.

838

Y vino Palabra del SEÑOR a Jeremías en Tafnes, diciendo:

839

Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Ve, y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así dijo el SEÑOR: He aquí que yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la abrasaré con fuego;

840

Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos, y entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allá serás enterrado, tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira.

841

Esperanza también hay para tu fin, dice el SEÑOR, y los hijos volverán a su término.

842

Pues por cuanto confiaste en tus haciendas, en tus tesoros, tú también serás tomada; y Quemos saldrá en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

843

Y señalaré contra ti disipadores, cada uno con sus armas; y cortarán tus cedros escogidos, y los echarán en el fuego.

844

Así dijo el SEÑOR: El que se quedare en esta ciudad morirá a cuchillo, o de hambre, o de pestilencia; mas el que saliere a los caldeos vivirá, pues su vida le será por despojo, y vivirá.

845

Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todos los gentiles de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.

846

grande en consejo, y magnífico en hechos, porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras;

847

Haced juntar sobre Babilonia flecheros, a todos los que entesan arco; asentad campo sobre ella alrededor; no escape de ella ninguno; pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced con ella; porque contra el SEÑOR se ensoberbeció, contra el Santo de Israel.

848

He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas sobre Bosra; y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias.

849

El que se quedare en esta ciudad, morirá a cuchillo, o de hambre, o pestilencia; mas el que saliere, y se pasare a los caldeos que os tienen cercados, vivirá, y su alma le será por despojo.

850

Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio, y se ha alzado hasta las nubes.

851

Con lloro de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tu agosto y sobre tu vendimia vino destruidor.

852

Y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos,

853

Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí a Jeremías profeta a la tercera entrada que estaba en la Casa del SEÑOR. Y dijo el rey a Jeremías: Te pregunto una palabra, no me encubras ninguna cosa.

854

y yo tornaré a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice el SEÑOR; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia.

855

Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice el SEÑOR, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y a ellos se encorvaron, y me dejaron a mí, y no guardaron mi ley;

856

Y traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro cantones del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; ni habrá gente adonde no vengan extranjeros de Elam.

857

Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal de ellos que hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dijo el SEÑOR.

858

Dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo visito el pueblo de Alejandría, y a Faraón y a Egipto, y a sus dioses y a sus reyes; y a Faraón, y a los que en él confían.

859

He aquí yo contra ti, moradora del valle de la piedra de la llanura, dice el SEÑOR: los que decís: ¿Quién subirá contra nosotros? ¿Y quién entrará en nuestras moradas?

860

Pero la mano de Ahicam hijo de Safán era con Jeremías, para que no lo entregasen en las manos del pueblo para matarlo.

861

Y el resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, los transportó a Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia.

862

que no quitó Nabucodonosor rey de Babilonia, cuando transportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusalén:

863

Porque mi rostro he puesto contra esta ciudad para mal, y no para bien, dice el SEÑOR: en mano del rey de Babilonia será entregada, y la quemará a fuego.

864

Y Jeremías les dijo: Diréis así a Sedequías:

865

Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron, y le pusieron en prisión en la casa de Jonatán escriba, porque aquélla la habían hecho casa de cárcel.

866

Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra todos los gentiles.

867

¿Por ventura el hierro quebrará al hierro de la parte del aquilón, y al bronce?

868

Porque en toda cabeza habrá calvicie, y toda barba será raída; sobre todas las manos rasguños, y cilicio sobre todos los lomos.

869

Y después, así dijo el SEÑOR: entregaré a Sedequías rey de Judá, y a sus criados, y al pueblo, y a los que quedaren en la ciudad de la pestilencia, y del cuchillo, y del hambre, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan sus almas; y él los herirá a filo de espada; no los perdonará, ni los recibirá a merced, ni tendrá de ellos misericordia.

871

Y Hazor será morada de dragones, soledad para siempre; ninguno morará allí, ni la habitará hijo de hombre.

872

¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?

873

Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque arrepentido estoy del mal que os he hecho.

874

Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque las riquezas que hizo perecieron.

875

Y tomé el vaso de la mano del SEÑOR, y di de beber a todos los gentiles a los cuales me envió el SEÑOR:

876

Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los plantadores, y harán común uso de ellas.

877

Como viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas, y no el rostro, en el día de su perdición.

878

En su calor les pondré sus banquetes; y les haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño, y no despierten, dijo el SEÑOR.

879

Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino.

880

Como en el trastornamiento de Dios a Sodoma y a Gomorra y a sus ciudades vecinas, dijo el SEÑOR, no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.

881

Y asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir cómo el rey de Babilonia había dejado algunos en Judea, y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán,

882

Y oyendo Micaías hijo de Gemarías, hijo de Safán, todas las palabras del SEÑOR del libro,

883

Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se estuvieron en sus fuertes; les faltó su fortaleza, se tornaron como mujeres; encendieron los enemigos sus casas, quebraron sus cerrojos.

884

He aquí que como león subirá de la hinchazón del Jordán a la morada fuerte; porque haré reposo, y lo haré correr de sobre ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí? ¿Y quién me emplazará? ¿O quién será aquel pastor que me podrá resistir?

885

En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue sabroso.

886

¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo se tornó Babilonia en desierto entre los gentiles!

887

Si vendimiadores vinieran contra ti, ¿no dejarán rebuscos? Si ladrones de noche, tomarán lo que hubieren necesitado.

888

Después llevó Ismael cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en Mizpa; a las hijas del rey, y a todo el pueblo que en Mizpa había quedado, el cual había Nabuzaradán capitán de la guardia encargado a Gedalías hijo de Ahicam. Los llevó, pues, cautivos Ismael hijo de Netanías, y se fue para pasarse a los hijos de Amón.

889

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; y en vano trabajarán pueblos y naciones en el fuego para salvarla , y se cansarán.

890

porque no me mató en el vientre, y mi madre hubiera sido mi sepulcro, y su vientre concebimiento perpetuo.

891

La palabra que nos has hablado en nombre del SEÑOR, no oímos de ti;

892

Y les juró Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, a ellos y a sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir a los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y tendréis bien.

893

¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que el SEÑOR escogiera ha desechado? Y han tenido en poco mi pueblo, hasta no tenerlos más por nación.

894

los cuales sacaron a Urías de Egipto, y lo trajeron al rey Joacim, y lo hirió a cuchillo, y echó su cuerpo en los sepulcros del vulgo.

895

Cuchillo sobre sus caballos, y sobre sus carros, y sobre todo el vulgo que está en medio de ella, y serán como mujeres; cuchillo sobre sus tesoros, y serán saqueados.

896

Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuos asolamientos serás, dijo el SEÑOR.

897

Y volveré a traer a Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y en Basán; y en el monte de Efraín y de Galaad se saciará su alma.

898

Y se levantó Ismael, hijo de Netanías, y los diez hombres que con él estaban , e hirieron a cuchillo a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto sobre la tierra.

899

Y será que, como tuve cuidado de ellos para arrancar y derribar, y trastornar y perder, y afligir, así tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dijo el SEÑOR.

900

Si por ventura oyere la Casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, para que se torne cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.

901

por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas, y los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén.

902

Porque así dijo el SEÑOR sobre la casa del rey de Judá: Galaad tú a mí, oh cabeza del Líbano; si yo no te pusiere en soledad, y ciudades inhabitables.

903

Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos labrados, y de la tierra de Moab; y haré cesar el vino de los lagares; no pisarán con canción; la canción no será canción.

904

El año veintitrés de Nabucodonosor, transportó Nabuzaradán capitán de la guardia, setecientas cuarenta y cinco personas de los judíos; todas las personas son cuatro mil seiscientas.

905

y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite; dijo el SEÑOR: si peleareis con los caldeos, no os sucederá bien?

906

Y salieron para tierra de Egipto; porque no escucharon la voz del SEÑOR; y llegaron hasta Tafnes.

907

Y vino a mí segunda vez palabra del SEÑOR, diciendo:

908

Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo quedar en tierra de Judá del vulgo de los pobres que no tenían nada, y les dio entonces viñas y heredades.

909

Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como parva; tiempo es ya de trillarla; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.

910

Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras del SEÑOR a oídos del pueblo, en la Casa del SEÑOR, el día del ayuno; y también a oídos de todo Judá que vienen de sus ciudades. Las leerás

911

Y Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de los ejércitos que con él estaban , tomaron a todo el resto del pueblo que habían tornado de Ismael, hijo de Netanías, de Mizpa, después que hirió a Gedalías, hijo de Ahicam; hombres de guerra, mujeres, niños, y los eunucos que Johanán había hecho tornar de Gabaón;

912

Prendieron pues, al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, y pronunció contra él sentencia.

913

Y vino entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y moró con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra.

914

y los metí en la Casa del SEÑOR, en la cámara de los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, varón de Dios, la cual estaba junto a la cámara de los príncipes, que estaba sobre la cámara de Maasías hijo de Salum, guarda de los vasos.

915

Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como becerra de renuevos, y relinchasteis como caballos;

916

Por tanto, así dijo el SEÑOR: Vosotros no me oísteis a mí en promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada uno a su compañero: he aquí que yo os promulgo libertad, dijo el SEÑOR, a cuchillo y a pestilencia, y a hambre; y os pondré en remoción a todos los reinos de la tierra.

917

Entonces enviaron todos los príncipes a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías, hijo de Cusi, para que dijese a Baruc: Toma el rollo en que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc, hijo de Nerías, tomó el rollo en su mano, y vino a ellos.

918

para oír a las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío, madrugando y enviando, a los cuales no habéis oído;

919

así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí envío yo contra ellos cuchillo, hambre, y pestilencia, y los pondré como los malos higos, que de malos no se pueden comer.

920

y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conoces; porque fuego es encendido en mi furor, y arderá sobre vosotros.

921

Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en su presencia en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá.

922

y vendrán los caldeos que combaten esta ciudad, y encenderán esta ciudad a fuego, y la abrasarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron perfumes a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.

923

Yo os visitaré conforme al fruto de vuestras obras, dijo el SEÑOR, y haré encender fuego en su breña, y consumirá todo lo que está alrededor de ella.

924

y dijeron a Jeremías profeta: Caiga ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros al SEÑOR tu Dios, por todo este resto, (pues hemos quedado unos pocos de muchos, como nos ven tus ojos),

925

Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar; traje contra ellos destruidor a mediodía sobre la compañía de jóvenes; hice caer sobre ella de repente ciudad de enemigos y terrores.

926

Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla.

927

Y no tuvieron temor, ni rasgaron sus vestidos, el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras.

928

Y todos los gentiles le servirán a él, y a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra; y le servirán muchas naciones y reyes grandes.

929

Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los Santuarios de la Casa del SEÑOR.

930

Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, diciendo: No hagáis ahora esta cosa abominable que yo aborrezco.

931

E hizo lo malo en los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que hizo Joacim.

932

Y Hananías profeta quitó el yugo del cuello de Jeremías profeta, y lo quebró,

933

a Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visitare, dijo el SEÑOR; y después los haré subir, y los tornaré a este lugar.

934

Y dirán: Porque dejaron el Pacto del SEÑOR su Dios, y adoraron dioses ajenos, y les sirvieron.

935

Y vino palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:

936

¿Por ventura lo mataron luego Ezequías rey de Judá y todo Judá? ¿Por ventura no temió al SEÑOR, y oró a la faz del SEÑOR, y el SEÑOR se arrepintió del mal que había hablado contra ellos? ¿Y haremos nosotros tan gran mal contra nuestras almas?

937

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz, para no oír mis palabras.

938

Diré al flechero que entesa su arco, y al que se pone orgulloso con su loriga: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército.

939

A la sombra de Hesbón se pararon los que huían de la fuerza; porque salió fuego de Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó el rincón de Moab, y la mollera de los hijos revoltosos.

940

Y fui, y lo escondí en el Eufrates, como el SEÑOR me mandó.

941

y diles: Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo envío, y tomaré a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que escondí, y tenderá su dosel sobre ellas.

942

Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, conforme a la palabra del SEÑOR, al patio de la guarda, y me dijo: Compra ahora mi heredad que está en Anatot, en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti compete la redención; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra del SEÑOR.

943

y de los sacerdotes y levitas no faltará varón de mi presencia que ofrezca holocausto, y encienda presente, y que haga sacrificio todos los días.

944

Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Aún se comprarán y venderán casas, y heredades, y viñas en esta tierra.

945

Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: El SEÑOR me envió a que profetizase contra esta Casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído.

946

Entonces fui al Eufrates, y cavé, y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido; y he aquí que el cinto se había podrido; para ninguna cosa era bueno.

947

¿Por qué te glorías de los valles? Tu valle se le escurrió, oh hija contumaz, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?

948

Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, diciendo: Tornaos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y vivid en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.

949

Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, su hinchazón y su orgullo, y su altivez y la altanería de su corazón.

950

Sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en mano de los caldeos, para matarnos y para hacernos transportar a Babilonia.

951

el rey Sedequías envió, y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Es palabra del SEÑOR? Y Jeremías dijo: Es. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.

952

yo pondré esta casa como Silo, y daré esta ciudad en maldición a todos los gentiles de la tierra.

953

Y a la casa del rey de Judá dirás : Oíd palabra del SEÑOR.

954

Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por escuchar el mandamiento de su padre; y yo os he hablado a vosotros, madrugando, y hablando, y no me habéis oído.

955

Porque subió contra ella gente del aquilón, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá quien en ella more, ni hombre ni animal: se movieron, se fueron.

956

El SEÑOR sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra del SEÑOR nuestro Dios.

957

vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os engendró; veis aquí las postrimerías de los gentiles: desierto, sequedad, y páramo.

958

A Jerusalén, y a las ciudades de Judá, y a sus reyes, y a sus príncipes, para que yo los pusiese en soledad, en escarnio, y en silbo, y en maldición, como este día;

959

Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho.

960

Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales; es entregada en manos de los caldeos.

961

Todos los que los hallaban, los comían; y decían sus enemigos: No pecaremos, porque ellos pecaron contra el SEÑOR morada de justicia, el SEÑOR, esperanza de sus padres.

962

Y enviaré sobre ellos espada, hambre, y pestilencia, hasta que sean acabados de sobre la tierra que les di a ellos y a sus padres.

963

Entonces se levantaron algunos de los ancianos de la tierra, y hablaron a toda la congregación del pueblo, diciendo:

964

Mas de los pobres del país dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para viñadores y labradores.

965

Porque el SEÑOR destruye a Babilonia, y quitará de ella el mucho estruendo; y bramarán sus ondas, como muchas aguas será el sonido de la voz de ellos;

966

Abrió el SEÑOR tu tesoro, y sacó los vasos de su furor; porque ésta es obra del SEÑOR, Dios de los ejércitos, en la tierra de los caldeos.

967

Entonces dio orden el rey Sedequías, y depositaron a Jeremías en el patio de la guarda, haciéndole dar una torta de pan al día, de la plaza de los Panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en el patio de la guarda.

968

y sobre Queriot, y sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las de lejos y las de cerca.

969

Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.

970

Envió, por tanto, Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán, Rabsaris, y Nergal-sarezer, y Rabmag, y todos los príncipes del rey de Babilonia;

971

Y Baruc hijo de Nerías hizo conforme a todas las cosas que le mandó Jeremías profeta, leyendo en el libro las palabras del SEÑOR en la Casa del SEÑOR.

972

En sepultura de asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.

973

Porque se servirán también de ellos muchas naciones, y reyes grandes; y yo les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de sus manos.

974

Pues Sedequías rey de Judá lo había tomado preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así dijo el SEÑOR: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará?

975

Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los ejércitos, que como Tabor entre los montes, y como Carmelo en el mar, así vendrá.

976

Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.

977

Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida de la ira del furor del SEÑOR.

978

Pero os tornasteis y contaminasteis mi nombre, y tornasteis a tomar cada uno su siervo y cada uno su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los sujetasteis para que os sean siervos y siervas.

979

Así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá; y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas; ni hay en ellas morador;

980

Tomadas son las ciudades, y tomadas son las fortalezas; y será aquel día el corazón de los valientes de Moab como el corazón de mujer en angustias.

981

se podrá también invalidar mi Pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y con los levitas y sacerdotes, mis ministros.

982

Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque de herida de enemigo te herí, con azote de cruel, a causa de la muchedumbre de tu maldad, y de la multitud de tus pecados.

983

Por tanto, yo os haré echar de esta tierra a tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os daré misericordia.

984

Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿O quién se entristecerá por tu causa? ¿O quién ha de venir a preguntar por tu paz?

985

Y será que cuando acabares de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates,

986

Porque a causa de la ira del SEÑOR contra Jerusalén y Judá, hasta echarlos de su presencia, Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

987

Por tanto, como resbaladeros en oscuridad les será su camino; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos, año de su visitación, dice el SEÑOR.

988

Por tanto, oíd el consejo del SEÑOR, que ha acordado sobre Edom; y sus pensamientos, que ha resuelto sobre los moradores de Temán. Ciertamente los más pequeños del hato los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.

989

Y cuando nosotras ofrecimos sahumerios a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿Por ventura le hicimos tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin nuestros maridos?

990

Y tomaré el remanente de Judá que pusieron sus rostros para entrar en tierra de Egipto para morar allí, y todos serán consumidos en tierra de Egipto; caerán a cuchillo, serán consumidos de hambre; a cuchillo y hambre morirán desde el más pequeño hasta el mayor; y serán por juramento, y por espanto, y por maldición, y por oprobio.

991

Y no oyó Johanán, hijo de Carea, y todos los príncipes de los ejércitos, y todo el pueblo, a la voz del SEÑOR para quedarse en tierra de Judá;

992

Hablé a ti en tus prosperidades; mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz.

993

Y fueron y habitaron en Gerut-quimam, que es cerca de Belén, a fin de ir y meterse en Egipto,

994

Y morarán en ella Judá, y también en todas sus ciudades, labradores, y los que van con rebaño.

995

Todo hombre se ha vuelto carnal, y es sin ciencia; avergüéncese todo artífice de la escultura, porque mentira es su vaciadizo, que no tiene aliento.

996

Por el sonido de los cascos de sus fuertes, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no miraron a los hijos por la flaqueza de las manos;

997

Y pondré fuego a las casas de los dioses de Egipto; y las quemará, y a ellos llevará cautivos; y él se vestirá la tierra de Egipto, como el pastor se viste su capa, y saldrá de allá en paz.

998

y no caminéis en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y encorvándoos a ellos, ni me provoquéis a ira con la obra de vuestras manos; y no os haré mal.

999

Ve, y habla a Hananías, diciendo: Así dijo el SEÑOR: Yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro.

1000

Oh SEÑOR de los ejércitos, que examinas lo justo, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he descubierto mi causa.