289 casos

'Me' en la Biblia

«Al Músico principal: sobre Neginot: Salmo de David» Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; estando en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten misericordia de mí, y oye mi oración.

«Al Músico principal: en Neginot sobre Seminit: Salmo de David» Oh Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.

«Sigaión de David, que cantó a Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín.» Jehová Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;

Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;

Ten misericordia de mí, oh Jehová; mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;

Para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sión, y me goce en tu salvación.

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; me he propuesto que mi boca no ha de propasarse.

En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.

Dolores del infierno me rodearon, me previnieron lazos de muerte.

Me asaltaron en el día de mi quebranto; pero Jehová fue mi apoyo.

Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y no me aparté impíamente de mi Dios.

Y fui íntegro para con Él, y me guardé de mi maldad.

Por tanto Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.

Y me has dado la cerviz de mis enemigos, para que yo destruya a los que me aborrecen.

Me libraste de las contiendas del pueblo; me pusiste por cabeza de gentes; pueblo que yo no conocía, me servirá.

Así que hubieren oído de mí, me obedecerán; los hijos de extraños se someterán a mí;

El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.

Dios mío, clamo de día, y no me escuchas; y de noche, y no hay para mí sosiego.

Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.

Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.

Sálvame de la boca del león, porque tú me has escuchado de los cuernos de los unicornios.

Mira mis enemigos, que se han multiplicado, y con odio violento me aborrecen.

He aborrecido la reunión de los malignos, y no me sentaré con los impíos.

Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean; y yo ofreceré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y entonaré salmos a Jehová.

No escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo: Mi ayuda has sido; no me dejes, no me desampares, Dios de mi salvación.

No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.

No me arrebates a una con los malos, y con los obradores de iniquidad; los cuales hablan paz con su prójimo, pero la maldad está en su corazón.

«Salmo cantado en la dedicación de la casa de David» Te glorificaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de mí.

Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; me diste vida, para que no descendiese a la fosa.

Porque tú eres mi Roca y mi castillo; y por amor a tu nombre me guiarás, y me encaminarás.

Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias:

Y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en lugar espacioso.

De todos mis enemigos he sido oprobio, más de mis vecinos, y horror a mis conocidos; los que me veían fuera, huían de mí.

me devolvieron mal por bien, para abatir a mi alma.

Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntó contra mí gente despreciable, y yo no lo entendía; me despedazaban, y no cesaban;

«Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor» La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.

No venga contra mí pie de soberbia; y mano de impíos no me mueva.

«Salmo de David, para recordar» Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira.

Porque mis enemigos están vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa:

No me desampares, oh Jehová: Dios mío, no te alejes de mí.

Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; y se agravó mi dolor.

Tú, oh Jehová, no retengas de mí tus misericordias; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

Porque me han rodeado males sin número; me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista; son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: ¡Ajá, ajá!

Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; contra mí piensan mal, diciendo de mí:

Reina Valera Gómez (© 2010)