14383 casos

'Que' en la Biblia

Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloria.

Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré.

Lo digo en cuanto a la afrenta, como si nosotros hubiésemos sido flacos (en esta parte). Pero en lo que otro tuviere osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.

El Dios y Padre del Señor nuestro Jesús, el Cristo, que es bendito por los siglos, sabe que no miento.

que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que el hombre no puede decir.

Por lo cual si quisiere gloriarme (de estas cosas,) no sería loco, porque diré la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye.

He sido loco (en gloriarme); vosotros me constreñisteis; pues yo había de ser alabado de vosotros, porque en nada he sido menos que los grandiosos apóstoles, aunque nada soy.

Porque ¿qué hay en que habéis sido menos que las otras Iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? Perdonadme esta injuria.

Pero sea así, yo no os he agravado; sino que, como soy astuto, os he tomado por engaño.

¿Por ventura os he engañado por alguno de los que he enviado a vosotros?

Porque temo que cuando llegare, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de vosotros cual no queréis; para que por ventura no haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, disensiones, detracciones, murmuraciones, rumores, bandos;

para que cuando volviere, no me humille Dios entre vosotros, y haya de llorar por muchos de los que antes habrán pecado, y no se han enmendado de la inmundicia y fornicación y deshonestidad que han cometido.

Ya he dicho antes, y ahora digo otra vez como si fuera presente por segunda vez, y ahora ausente lo escribo a los que antes pecaron, y a todos los demás, que si voy otra vez, no perdonaré;

pues buscáis una prueba de Cristo que habla en mí, el cual no es flaco para con vosotros, antes es poderoso en vosotros.

Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos reprobados.

Pero oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros seamos hallados aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es bueno, aunque nosotros seamos tenidos por reprobados.

Por lo cual nos gozamos que seamos nosotros flacos, y que vosotros seáis poderosos; y aun oramos por vuestra perfección.

y todos los hermanos que están conmigo, a las Iglesias de Galacia:

porque no hay otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el Evangelio del Cristo.

Como antes hemos dicho, también ahora lo decimos otra vez: Si alguno os anunciare otro Evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

Mas os hago saber, hermanos, que el Evangelio que ha sido anunciado por mí, no es según hombre;

Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera la Iglesia de Dios, y la destruía;

y aprovechaba en el Judaísmo sobre muchos de mis iguales en mi nación, siendo mucho más celoso que todos de las tradiciones de mis padres.

revelar a su Hijo en mí, para que le predicase entre los gentiles, luego no consulté con carne y sangre;

ni fui a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que me fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.

Y en esto que os escribo, he aquí delante de Dios, que no miento.

y no era conocido de vista a las Iglesias de Judea, que eran en el Cristo;

solamente habían oído decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que en otro tiempo destruía.

Pero fui por revelación, y les comuniqué el Evangelio que predico entre los gentiles; mas particularmente a los que parecían ser algo, por no correr en vano, o haber corrido.

Y eso a pesar de los falsos hermanos, que se entraban secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en el Cristo Jesús, para ponernos en servidumbre;

Pero de aquellos que parecían ser algo (cuales hayan sido en algún tiempo, no tengo que ver; Dios no acepta apariencia de hombre), a mí ciertamente los que parecían ser algo, nada me dieron.

Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión.

Y a su disimulación consentían también los otros judíos; de tal manera que aun Bernabé fue también llevado de ellos en su hipocresía.

Como vi que no andaban derechamente conforme a la verdad del Evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿por qué constriñes a los gentiles a judaizar?

Nosotros que somos judíos naturaleza, y no pecadores de los gentiles,

Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, rebelde me hago.

Aquel, pues, que os da el Espíritu, y obra las maravillas entre vosotros ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír obediente de la fe?

Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

La ley tampoco es de la fe; sino: El hombre que los hiciere los mandamientos , vivirá por ellos.

Esto pues digo: Que el Pacto previamente ratificado de Dios para con el Cristo, la ley que fue hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que había de ser descubierta.

¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.

Tienen celos de vosotros, pero no para bien; antes os quieren echar fuera para que vosotros los celéis a ellos.

Decidme, los que queréis estar bajo la ley, ¿no habéis oído la ley?

Las cuales cosas son dichas por alegoría, porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.

Porque Agar o Sinaí es un monte de Arabia, el cual corresponde a la que ahora es Jerusalén, la cual junto con sus hijos está en esclavitud.

Porque está escrito: Alégrate, la estéril, que no das a luz; Prorrumpe en alabanzas y clama, La que no estás de parto; Porque más son los hijos de la dejada, Que de la que tiene marido.

Pero como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la sierva y a su hijo; porque no será heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre.

De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, sino de la libre.

He aquí, yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no os aprovechará nada.

Y otra vez vuelvo a protestar a todo hombre que se circuncidare, que está obligado a hacer toda la ley.

Yo confío de vosotros en el Señor, que ninguna otra cosa sentiréis; mas el que os inquieta, llevará el juicio, quienquiera que él sea.

Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? Pues que quitado es el escándalo del madero.

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