14383 casos

'Que' en la Biblia

Y aconteció que después que habló el SEÑOR estas palabras a Job, el SEÑOR dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job.

Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una oveja, y una joya de oro.

Y el SEÑOR bendijo a la postrimería de Job más que a su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.

Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.

No estarán los locos que se gobiernan por afecto o consejo de la carne delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.

Y se alegrarán todos los que esperan en ti; para siempre jubilarán, y los cubrirás; y se alegrarán en ti los que aman tu nombre.

Sigaión de David, que cantó al SEÑOR sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín. SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;

no sea que arrebaten mi alma, como león que despedaza, sin que haya quien libre.

si di mal pago al pacífico conmigo, que escapé mi perseguidor sin pago.

Levántate, oh SEÑOR, con tu furor; álzate a causa de las iras de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.

Asimismo ha aparejado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.

Al Vencedor: sobre Gitit: Salmo de David. Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!

las aves de los cielos, y los peces del mar; lo que pasa por los caminos del mar.

Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos; y las ciudades que derribaste, su memoria pereció con ellas.

Ten misericordia de mí, SEÑOR. Mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;

para que cuente yo todas tus alabanzas en las puertas de la hija de Sion, y me goce en tu salud.

El SEÑOR fue conocido en el juicio que hizo; en la obra de sus manos fue enlazado el malo. (Meditación para siempre. Selah.)

¿Por qué irrita el malo a Dios? En su corazón ha dicho que no lo inquirirás.

Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas,

que dijeron: Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios están con nosotros, ¿quién nos es señor?

para que no diga mi enemigo: Lo vencí; mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare.

El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara a Dios.

Ciertamente conocieron ésto todos los que obran iniquidad, que devoran a mi pueblo como si pan comiesen; al SEÑOR no invocaron.

El que no revolvió con su lengua, ni hizo mal a su prójimo, ni levantó vergüenza contra su prójimo.

Multiplicarán sus dolores los que se apresuraren tras otro dios ; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.

Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.

Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.

De delante de los malos que me oprimieron, de mis enemigos que me cercan por la vida.

Al Vencedor: Salmo del siervo del SEÑOR, de David, el cual habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que le libró el SEÑOR de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.

Porque ¿qué Dios hay fuera del SEÑOR? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios?

Y me diste la cerviz de mis enemigos, y destruí a los que me aborrecían.

Me libraste de contiendas de pueblo; me pusiste por cabecera de gentiles; pueblo que no conocí, me sirvió.

El Dios que me da las venganzas, y sujetó pueblos debajo de mí.

Y él, como un novio que sale de su tálamo; se alegra, como un gigante, para correr el camino.

Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que licor de panales.

Detén asimismo a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré perfecto, y estaré limpio de gran rebelión.

El SEÑOR salva al Rey; que El nos oiga el día que lo invocáremos.

De ti será mi alabanza en la grande congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.

Comerán los humildes, y serán saciados; alabarán al SEÑOR los que le buscan; vivirá vuestro corazón para siempre.

Comerán y adorarán todos los gruesos de la tierra; delante de él se arrodillarán todos los que descienden al polvo, y ninguno puede vivificar su propio alma.

Vendrán, y anunciarán al pueblo que naciere, su justicia que él hizo.

Esta es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Jacob. (Selah.)

Guímel Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado; serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

Vau Acuérdate, oh SEÑOR, de tus conmiseraciones y de tus misericordias, que son perpetuas.

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