798 casos

'Corazón' en la Biblia

Engrasóse el corazón de ellos como sebo; Mas yo en tu ley me he deleitado.

Sea mi corazón íntegro en tus estatutos; Porque no sea yo avergonzado.

Por heredad he tomado tus testimonios para siempre; Porque son el gozo de mi corazón.

Mi corazón incliné á poner por obra tus estatutos De continuo, hasta el fin.

Cántico gradual: de David. JEHOVA, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas para mí demasiado sublimes.

Haciendo estar atento tu oído á la sabiduría; Si inclinares tu corazón á la prudencia;

Y él me enseñaba, y me decía: Mantenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás:

No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón.

En el corazón del cuerdo reposa la sabiduría; Y es conocida en medio de los necios.

Los labios de los sabios esparcen sabiduría: Mas no así el corazón de los necios.

Todos los días del afligido son trabajosos: Mas el de corazón contento tiene un convite continuo.

Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.

Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra, Y para el corazón de los reyes, no hay investigación.

Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón.

Y dí mi corazón á inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo: este penoso trabajo dió Dios á los hijos de los hombres, en que se ocupen.

Hablé yo con mi corazón, diciendo: He aquí hállome yo engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalem; y mi corazón ha percibido muchedumbre de sabiduría y ciencia.

Y dí mi corazón á conocer la sabiduría, y también á entender las locuras y los desvaríos: conocí que aun esto era aflicción de espíritu.

DIJE yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.

No negué á mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo: y ésta fué mi parte de toda mi faena.

Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio me sucederá también á mí: ¿para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

Tornéme por tanto á desesperanzar mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría.

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