14300 casos

'Que' en la Biblia

Escoge para ti, o tres años de hambre; o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos, y que la espada de tus adversarios te alcance; o por tres días la espada de Jehová y pestilencia en la tierra, y que el ángel de Jehová destruya en todo el término de Israel. Mira, pues, qué he de responder al que me ha enviado.

Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia: ruego que yo caiga en la mano de Jehová; porque sus misericordias son muchas en extremo. Y que no caiga yo en manos de hombres.

Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová, y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: ¡Basta ya! Detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán el jebuseo.

Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, teniendo una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.

Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo.

Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David, que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán jebuseo.

Entonces David subió, conforme a la palabra de Gad que le había dicho en nombre de Jehová.

Y volviéndose Ornán vio al ángel; por lo que se escondieron cuatro hijos suyos que con él estaban. Y Ornán trillaba el trigo.

Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová, y dámelo por su cabal precio, para que cese la plaga del pueblo.

Y Ornán respondió a David: Tómalo para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le pareciere: y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo.

Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio: porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste.

Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó a Jehová, el cual le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto.

En aquel tiempo cuando David vio que Jehová le había respondido en la era de Ornán jebuseo, sacrificó allí.

Y el tabernáculo de Jehová que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el alto de Gabaón:

Después mandó David que se juntasen los extranjeros que estaban en la tierra de Israel, y señaló de entre ellos canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.

Y dijo David: Salomón mi hijo es muchacho y tierno, y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por excelencia, para nombre y honra en todas las naciones; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario. Y David antes de su muerte hizo grandes preparativos.

Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que edificase casa a Jehová Dios de Israel.

Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, y Él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley de Jehová tu Dios.

Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y derechos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

Asimismo mandó David a todos los principales de Israel que diesen ayuda a Salomón su hijo, diciendo:

Además cuatro mil porteros; y cuatro mil para alabar a Jehová, dijo David, con los instrumentos que he hecho para rendir alabanzas.

Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen, y bendijesen en su nombre, para siempre.

Así que, conforme a las postreras palabras de David, fue la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.

Asimismo para los panes de la proposición, y para la flor de harina para el sacrificio, y para las hojuelas sin levadura, y para lo que se prepara en sartén, y para lo tostado, y para toda medida y cuenta;

Y para que tuviesen la guarda del tabernáculo de la congregación, y la guarda del santuario, y las órdenes de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la casa de Jehová.

Pero Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos; por lo cual Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.

Y de los hijos de Eleazar fueron hallados más varones principales que de los hijos de Itamar; y los repartieron así: De los hijos de Eleazar había dieciséis cabezas de familias paternas; y de los hijos de Itamar por las familias de sus padres, ocho.

Éste fue el orden para ellos en su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, conforme a su ordenanza, bajo el mando de Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios de Israel.

Y de los hijos de Leví que quedaron: Subael, de los hijos de Amram; y de los hijos de Subael, Jehedías.

Éstos también echaron suertes, como sus hermanos los hijos de Aarón, delante del rey David, y de Sadoc y de Ahimelec, y de los príncipes de las familias de los sacerdotes y levitas; el principal de los padres igualmente que el menor de sus hermanos.

Asimismo David y los príncipes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, y de Hemán, y de Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios, y címbalos; y el número de ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio respectivo fue:

Y echaron suertes para los turnos del servicio, entrando el pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.

También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones muy valerosos.

En orden a su hermano Eliezer, hijo de éste era Rehabía, hijo de éste Jesahías, hijo de éste Joram, hijo de éste Zicri, del que fue hijo Selomit.

Este Selomit y sus hermanos tenían cargo de todos los tesoros de todas las cosas santificadas, que había consagrado el rey David, y los príncipes de las familias, y los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército;

de lo que habían consagrado de las guerras, y de los botines, para reparar la casa de Jehová.

Asimismo todas las cosas que había consagrado Samuel vidente, y Saúl hijo de Cis, y Abner hijo de Ner, y Joab hijo de Sarvia: y todo lo que cualquiera consagraba, estaba bajo la mano de Selomit y de sus hermanos.

Y los hijos de Israel según su número, es decir, príncipes de familias, jefes de millares y de centenas, y oficiales de los que servían al rey en todos los negocios de las divisiones que entraban y salían cada mes en todos los meses del año, eran en cada división veinticuatro mil.

Sobre la división del segundo mes estaba Dodai ahohíta; y Miclot era jefe en su división, en la que también había veinticuatro mil.

Y no tomó David el número de los que eran de veinte años abajo, por cuanto Jehová había dicho que Él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.

y de los que trabajaban en la labranza de las tierras, Ezri hijo de Quelub.

De las vacas que pastaban en Sarón, Sitrai saronita; y de las vacas que estaban en los valles, Safat hijo de Adlai;

Y reunió David en Jerusalén a todos los principales de Israel, los príncipes de las tribus, y los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y de centenas, con los superintendentes de toda la hacienda y posesión del rey, y sus hijos, con los oficiales, los poderosos, y todos sus hombres valientes.

Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía en propósito edificar una casa, para que en ella reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya aprestado todo para edificar.

Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de Judá la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel.

Y de todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.

Ahora, pues, delante de los ojos de todo Israel, congregación de Jehová, y en oídos de nuestro Dios, guardad e inquirid todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente.

Mira, pues, ahora que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para santuario; esfuérzate, y hazla.

Asimismo el diseño de todas las cosas que tenía por el Espíritu para los atrios de la casa de Jehová, y para todas las cámaras en derredor, para los tesoros de la casa de Dios, y para los tesoros de las cosas santificadas:

Además, oro puro por peso para el altar del incienso, para el diseño del carruaje de los querubines de oro que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto de Jehová.

Dijo más David a Salomón su hijo: Esfuérzate y sé valiente, y ponlo por obra; no temas ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; Él no te dejará, ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová.

A más de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que he dado para la casa de mi Dios, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario;

Y todo el que se halló con piedras preciosas, las dio para el tesoro de la casa de Jehová, en mano de Jehiel gersonita.

Tuya es, oh Jehová, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres exaltado por cabeza sobre todos.

Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos aprestado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.

Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, que aquí se ha hallado ahora, ha dado para ti espontáneamente.

Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, y tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos.

Y el tiempo que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres reinó en Jerusalén.

con todo lo relativo a su reinado y su poder, y los tiempos que pasaron sobre él, y sobre Israel, y sobre todos los reinos de aquellas tierras.

Y fue Salomón, y toda la congregación con él, al lugar alto que había en Gabaón; porque allí estaba el tabernáculo de la congregación de Dios, que Moisés siervo de Jehová había hecho en el desierto.

Mas David había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que él le había preparado; porque él le había levantado una tienda en Jerusalén.

Asimismo el altar de bronce que había hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba allí delante del tabernáculo de Jehová, al cual fue a consultar Salomón con aquella congregación.

Subió, pues, Salomón allá delante de Jehová, al altar de bronce que estaba en el tabernáculo de la congregación, y ofreció sobre él mil holocaustos.

Y aquella noche apareció Dios a Salomón, y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé.

Dame ahora sabiduría y entendimiento, para salir y entrar delante de este pueblo: porque ¿quién podrá juzgar a este tu pueblo que es tan grande?

Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto fue en tu corazón, que no pediste riquezas, ni posesiones, ni gloria, ni la vida de tus enemigos, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y entendimiento para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,

sabiduría y entendimiento te son dados; y también te daré riquezas, posesiones, y gloria, cual nunca hubo en los reyes que han sido antes de ti, ni después de ti habrá.

Y volvió Salomón a Jerusalén del lugar alto que estaba en Gabaón, de delante del tabernáculo de la congregación; y reinó sobre Israel.

Y el rey acumuló plata y oro en Jerusalén como piedras, y cedro en abundancia como los sicómoros que hay en los valles.

Y contó Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en el monte, y tres mil seiscientos que los gobernasen.

Y envió a decir Salomón a Hiram rey de Tiro: Haz conmigo como hiciste con David mi padre, enviándole cedros para que edificara para sí casa en que morase.

Pero ¿Quién podrá edificarle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no le pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, aunque sea sólo para quemar incienso delante de Él?

Envíame, pues, ahora un hombre hábil que sepa trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales dispuso mi padre.

Envíame también del Líbano, madera de cedro, de abeto y de sándalo; porque yo sé que tus siervos saben cortar madera en el Líbano; y he aquí, mis siervos irán con los tuyos,

para que me preparen mucha madera, porque la casa que voy a edificar será grande y portentosa.

Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito que envió a Salomón: Porque Jehová amó a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.

Y además decía Hiram: Bendito sea Jehová el Dios de Israel, que hizo el cielo y la tierra, y que dio al rey David hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa a Jehová, y casa para su reino.

Yo, pues, te he enviado un hombre hábil y entendido, que fue de Hiram mi padre,

hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fue de Tiro; el cual sabe trabajar en oro, plata, bronce, hierro, en piedra, en madera, en púrpura, en azul, en lino fino y en carmesí; asimismo para esculpir toda clase de figuras, y sacar toda forma de diseño que se le propusiere, y estará con tus hombres peritos y con los de mi señor David tu padre.

Ahora, pues, envíe mi señor a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino que ha dicho;

y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que necesites, y te la traeremos en balsas por el mar hasta Jope, y tú la harás llevar hasta Jerusalén.

Y contó Salomón todos los hombres extranjeros que estaban en la tierra de Israel, después de haberlos ya contado David su padre, y fueron hallados ciento cincuenta y tres mil seiscientos.

Y comenzó Salomón a edificar la casa en Jerusalén, en el monte Moriah, donde el Señor se había aparecido a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.

Éstas son las instrucciones que recibió Salomón para la construcción de la casa de Dios. La primera medida, la longitud, de sesenta codos; y la anchura de veinte codos.

El pórtico que estaba en la parte frontal del templo, tenía longitud de veinte codos, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte: y lo cubrió por dentro de oro puro.

Hizo asimismo la casa del lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho del frente de la casa, y su anchura de veinte codos; y la cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos.

De la misma manera una ala del otro querubín era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín.

Y debajo de él había figuras de bueyes que lo circundaban, diez en cada codo todo alrededor; dos hileras de bueyes fundidos juntamente con el mar.

Hizo también diez fuentes, y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas la obra del holocausto; mas el mar era para que los sacerdotes se lavaran en él.

Hizo también Hiram calderos, y palas, y tazones; y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios;

Las dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos bolas de los capiteles que estaban sobre las columnas;

cuatrocientas granadas en las dos redecillas, dos hileras de granadas en cada redecilla, para que cubriesen las dos bolas de los capiteles que estaban sobre las columnas.

Y Salomón hizo todos estos utensilios en número tan grande, que no pudo saberse el peso del bronce.

Asimismo los candeleros y sus candilejas, de oro puro, para que las encendiesen delante del santuario interior conforme a la costumbre.

Y acabada que fue toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová, metió Salomón en ella las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios en los tesoros de la casa de Dios.

Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los príncipes de las tribus y a los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que subiesen el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sión. 670

Y subieron el arca, y el tabernáculo de la congregación, y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron.

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