14300 casos

'Que' en la Biblia

He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.

¿Cuánto menos el hombre que es un gusano, y el hijo de hombre, también gusano?

¿En qué ayudaste al que no tiene fuerza? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza?

¿En qué aconsejaste al que no tiene entendimiento, y qué plenitud de sabiduría has dado a conocer?

¿A quién has anunciado palabras, y de quién es el espíritu que de ti viene?

Vive Dios, el cual ha quitado mi derecho, y el Omnipotente, que amargó el alma mía;

Nunca tal acontezca que yo os justifique; hasta que muera no quitaré de mí mi integridad.

Yo os enseñaré por la mano de Dios; no esconderé lo que hay para con el Omnipotente.

He aquí que todos vosotros lo habéis visto: ¿Por qué, pues, os hacéis enteramente vanos?

Ésta es para con Dios la porción del impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.

los que de él quedaren, en muerte serán sepultados; y no llorarán sus viudas.

A las tinieblas puso término, y examina todo a la perfección, las piedras que hay en la oscuridad y en la sombra de muerte.

Brota el torrente de junto al morador, aguas que el pie había olvidado; se secan luego, se van del hombre.

Hay senda que el ave no conoce, ni ojo de buitre ha visto;

No se hará mención de coral ni de perlas: La sabiduría es mejor que las piedras preciosas.

Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio:

La bendición del que se iba a perder venía sobre mí; y al corazón de la viuda daba alegría.

Calificaba yo el camino de ellos, y me sentaba en cabecera; y moraba como rey en el ejército, como el que consuela a los que lloran.

Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo; a cuyos padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado.

¿Y de qué me serviría la fuerza de sus manos, si el vigor de ellos ha perecido?

Hijos de viles, y hombres sin nombre, más bajos que la misma tierra.

Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, y qué heredad el Omnipotente desde las alturas?

¿No hay quebrantamiento para el impío, y calamidad inesperada para los que obran iniquidad?

Porque es maldad e iniquidad, que han de castigar los jueces.

Porque es fuego que devoraría hasta la destrucción, y desarraigaría toda mi hacienda.

¿qué haré yo cuando Dios se levante? Y cuando Él me pida cuentas, ¿qué le responderé yo?

si alcé contra el huérfano mi mano, porque vi que me ayudarían en la puerta;

Si me alegré de que mi riqueza era grande, y de que mi mano había adquirido mucho;

Esto también sería maldad que debiera ser castigada por el juez; porque habría negado al Dios soberano.

Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, y me regocijé cuando le halló el mal

(Ni aun permití que mi lengua pecase, pidiendo maldición para su alma);

si los siervos de mi morada no decían: ¡Oh que nos diese de su carne, pues no estamos saciados!

¡Quién me diera alguien que me oyese! He aquí mi deseo es que el Omnipotente me respondiese, y que mi adversario hubiese escrito un libro.

Entonces Eliú hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira por cuanto él se justificaba más a sí mismo que a Dios. 567

Se encendió asimismo en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job.

Y Eliú había esperado a que Job terminase de hablar, porque ellos eran más viejos que él.

Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió su ira.

Por tanto, yo dije: Escuchadme; también yo declararé lo que pienso.

He aquí yo he esperado a vuestras razones, he escuchado vuestros argumentos, en tanto que buscabais palabras.

Os he prestado atención, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones.

Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría: Lo derriba Dios, no el hombre.

De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, y se rompe como odres nuevos.

He aquí que mi terror no te espantará, ni mi mano se agravará sobre ti.

De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz de tus palabras que decían:

He aquí que Él buscó causas contra mí, y me tiene por su enemigo;

He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.

¿Por qué tomaste pleito contra Él? Porque Él no da cuenta de ninguna de sus razones.

que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave.

Su carne desfallece hasta no verse, y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.

Si hubiese con él un elocuente mediador, uno entre mil, que anuncie al hombre su deber;

Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención:

Él mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado;

Si tienes algo qué decir, respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar.

Y va en compañía con los que obran iniquidad, y anda con los hombres malignos.

¿Gobernará el que aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo?

¿Cuánto menos a Aquel que no hace acepción de personas de príncipes, ni respeta al rico más que al pobre? Porque todos son obras de sus manos.

No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se oculten los que obran maldad.

No carga, pues, Él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.

Haciendo que no reine el hombre hipócrita para vejaciones del pueblo.

De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado ya castigo, no ofenderé ya más.

¿Ha de ser eso según tu mente? Él te retribuirá, ora rehúses, ora aceptes, y no yo; por tanto, habla lo que sabes.

Que los hombres de entendimiento me hablen, y el hombre sabio me oirá:

Deseo yo que Job sea probado ampliamente, a causa de sus respuestas por los hombres inicuos.

¿Piensas que es correcto esto que dijiste: Más justo soy yo que Dios?

Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacarás tú de ello? ¿O qué provecho tendré de no haber pecado?

Si pecares, ¿qué habrás hecho contra Él? Y si tus transgresiones se multiplicaren, ¿qué le harás tú?

Si fueres justo, ¿qué le darás a Él? ¿O qué recibirá de tu mano?

que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace sabios más que las aves del cielo?

Porque de cierto no son mentira mis palabras; contigo está el que es íntegro en sus conceptos.

He aquí que Dios es poderoso, mas no desestima a nadie; es poderoso en fuerza y sabiduría.

entonces Él les mostrará la obra de ellos, y que prevalecieron sus transgresiones.

Despierta además el oído de ellos para la corrección, y les dice que se conviertan de la iniquidad.

Por lo cual teme que en su ira no te quite con golpe, el cual no puedas apartar de ti con gran rescate.

No anheles la noche, en que desaparecen los pueblos de su lugar.

Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad; pues ésta escogiste más bien que la aflicción.

He aquí que Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador semejante a Él?

He aquí que sobre él extiende su luz, y cobija con ella las profundidades del mar.

Bien que por esos medios castiga a los pueblos, Él da sustento en abundancia.

Tocante a ella anunciará el trueno, su compañero, que hay acumulación de ira sobre el que se eleva.

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Reina Valera Gómez (© 2010)