113 casos

'Al' en la Biblia

Si dijeren: Ven con nosotros, Pongamos asechanzas á la sangre, Acechemos sin motivo al inocente;

Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;

Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.

En los altos cabezos, junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para;

Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables á los que han hallado sabiduría.

Fortaleza es al perfecto el camino de Jehová: Mas espanto es á los que obran maldad.

La necedad es alegría al falto de entendimiento: Mas el hombre entendido enderezará su proceder.

El malo está atento al labio inicuo; Y el mentiroso escucha á la lengua detractora.

Ciertamente no es bueno condenar al justo, Ni herir á los príncipes que hacen lo recto.

Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño; Y tómale prenda al que fía la extraña.

La herencia adquirida de priesa al principio, Aun su postrimería no será bendita.

Misericordia y verdad guardan al rey; Y con clemencia sustenta su trono.

Oye tú, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.

Si dijeres: Ciertamente no lo supimos; ¿No lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.

Tal será el conocimiento de la sabiduría á tu alma: Si la hallares tendrá recompensa, Y al fin tu esperanza no será cortada.

El que dijere al malo, Justo eres, Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones:

No salgas á pleito presto, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya dejado confuso.

Responde al necio según su necedad, Porque no se estime sabio en su opinión.

El grande cría todas las cosas; y da la paga al insensato, Y la da á los transgresores.

Otro parece en los labios al que aborrece; Mas en su interior pone engaño.

El alma harta huella el panal de miel; Mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.

Quítale su ropa al que fió al extraño; Y al que fió á la extraña, tómale prenda.

El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro: Y al hombre la boca del que lo alaba.

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