14369 casos

'Que' en la Biblia

Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, que estoy en angustia; se han carcomido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas.

De todos mis enemigos he sido oprobio, y de mis vecinos en gran manera, y horror a mis conocidos; los que me ven fuera, huyen de mí.

¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!

Disputa, oh SEÑOR, con los que contra mí contienden; pelea con los que me combaten.

Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y su red que escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella.

Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea ensalzado el SEÑOR, que ama la paz de su siervo.

Porque los brazos de los impíos serán quebrados; mas el que sustenta a los justos es el SEÑOR.

Fui pues como un hombre que no oye, y que en su boca no tiene reprensiones.

Porque dije: Que no se alegren de mí; ni cuando mi pie resbalare, se engrandezcan sobre mí.

Porque mis enemigos son vivos y fuertes; y se han aumentado los que me aborrecen sin causa;

He aquí como a palmos diste a mis días, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)

Porque me han cercado males hasta no haber cuanto; me han asido mis iniquidades, y no puedo ver; se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

Sean avergonzados y confusos a una los que buscan mi vida para cortarla; vuelvan atrás y avergüéncense los que mi mal desean.

Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: ¡Ea, ea!

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salvación: el SEÑOR sea ensalzado.

Congregados murmuraban contra mí todos los que me aborrecían; contra mí pensaban mal, diciendo de mí:

Cosa de Belial de él se ha apoderado; y el que cayó en cama, no volverá a levantarse.

En esto habré conocido que te he agradado, que mi enemigo no se holgará de mí.

Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?

Porque tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; porque aún tengo de alabar a quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.

Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado la obra que hiciste en sus tiempos, en los tiempos antiguos.

Porque tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían.

Nos hiciste retroceder del enemigo, y nos saquearon para sí los que nos aborrecieron.

Nos pusiste por vergüenza a nuestros vecinos, por escarnio y por burla a los que nos rodean.

por la voz del que me blasfema y deshonra, por la voz del enemigo y del que se venga.

Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no nos deseches para siempre.

¿Por qué escondes tu rostro? ¿Olvidaste nuestra aflicción, y la opresión nuestra?

Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.

Venid, ved las obras del SEÑOR, que ha puesto asolamientos en la tierra.

Considerad bien su antemuro, mirad sus palacios; para que lo contéis a la generación venidera.

¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis calcañares me cercará?

que viva adelante para siempre, y nunca vea la sepultura.

En su interior piensan que sus casas son eternas, y sus habitaciones para generación y generación; llamaron sus tierras de sus nombres.

No te reprenderé sobre tus sacrificios, que tus holocaustos delante de mí están siempre.

Pero al malo dijo Dios: ¿Qué parte tienes tú de declarar mis leyes, y que tomes mi pacto en tu boca?

Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas por eso que de cierto sería yo como tú; yo te argüiré, y las pondré delante de tus ojos.

Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que os arrebate, y no haya quién os libre.

Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y puro en tu juicio.

Allí se sobresaltaron de pavor donde no había pavor; porque Dios descoyuntó los huesos del que asentó campamento contra ti; los avergonzaste, porque Dios los desechó.

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