14223 casos

'Que' en la Biblia

A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios, Y guarden sus mandamientos:

Antes se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado.

A pesar de que mandó á las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos,

No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de angustia;

Envió entre ellos una mistura de moscas que los comían, Y ranas que los destruyeron.

Dispuso el camino á su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida á la mortandad.

Y guiólos con seguridad, que no tuvieron miedo; Y la mar cubrió á sus enemigos.

Metiólos después en los términos de su santuario, En este monte que ganó su mano derecha.

Sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres: Volviéronse como arco engañoso.

Dejó por tanto el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres;

Entonces despertó el Señor á la manera del que ha dormido, Como un valiente que grita excitado del vino:

Y edificó su santuario á manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.

De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase á Jacob su pueblo, y á Israel su heredad.

Somos afrentados de nuestros vecinos, Escarnecidos y burlados de los que están en nuestros alrededores.

Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos, que fué derramada.

Y torna á nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.

¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino?

Y la planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti corroboraste.

Por testimonio en José lo ha constituído, Cuando salió por la tierra de Egipto; Donde oí lenguaje que no entendía.

Porque he aquí que braman tus enemigos; Y tus aborrecedores han alzado cabeza.

Que perecieron en Endor, Fueron hechos muladar de la tierra.

Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios.

Como fuego que quema el monte, Como llama que abrasa las breñas.

Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar á la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

Guarda mi alma, porque soy pío: Salva tú, oh Dios mío, á tu siervo que en ti confía.

Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras.

Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen: He aquí Palestina, y Tiro, con Etiopía: Este nació allá.

Libre entre los muertos, Como los matados que yacen en el sepulcro, Que no te acuerdas más de ellos, Y que son cortados de tu mano.

Menoscabáronle todos los que pasaron por el camino: Es oprobio á sus vecinos.

Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste á David por tu verdad?

Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; Oprobio que llevo yo en mi seno de muchos pueblos.

Háceslos pasar como avenida de aguas; son como sueño; Como la hierba que crece en la mañana:

¿Quién conoce la fortaleza de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido?

Alégranos conforme á los días que nos afligiste, Y los años que vimos mal.

Ni de pestilencia que ande en oscuridad, Ni de mortandad que en medio del día destruya.

Porque tú has puesto á Jehová, que es mi esperanza. Al Altísimo por tu habitación,

Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos; Serán disipados todos los que obran maldad.

Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos: Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto. Y que en él no hay injusticia.

¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, Y se vanagloriarán todos los que obran iniquidad?

El que castiga las gentes, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?

Sino que el juicio será vuelto á justicia, Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.

¿Quién se levantará por mí contra los malignos? ¿Quién estará por mí contra los que obran iniquidad?

¿Juntaráse contigo el trono de iniquidades, Que forma agravio en el mandamiento?

Por tanto juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.

Regocíjese el campo, y todo lo que en él está: Entonces todos los árboles del bosque rebosarán de contento.

Delante de Jehová que vino: Porque vino á juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y á los pueblos con su verdad.

Avergüéncense todos los que sirven á las imágenes de talla, Los que se alaban de los ídolos: Los dioses todos á él se encorven.

Brame la mar y su plenitud; El mundo y los que en él habitan;

Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, Y Samuel entre los que invocaron su nombre; Invocaban á Jehová, y él les respondía.

En columna de nube hablaba con ellos: Guardaban sus testimonios, y el estatuto que les había dado.

No pondré delante de mis ojos cosa injusta: Aborrezco la obra de los que se desvían: Ninguno de ellos se allegará á mí.

Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo: El que anduviere en el camino de la perfección, éste me sevirá.

Por las mañanas cortaré á todos los impíos de la tierra; Para extirpar de la ciudad de Jehová á todos los que obraren iniquidad.

No escondas de mí tu rostro: en el día de mi angustia Inclina á mí tu oído; El día que te invocare, apresúrate á responderme.

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