20729 casos

'De' en la Biblia

Si dijo, dioses, a aquellos a los cuales fue hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),

Y muchos venían a él, y decían que Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.

Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.

Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: Vamos a Judea otra vez.

Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anduviere de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo.

Mas esto decía Jesús de la muerte de él; y ellos pensaron que hablaba del sueño de dormir.

Y Betania estaba cerca de Jerusalén, como quince estadios;

y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, a consolarlas de su hermano.

mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios.

Y unos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera?

Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días.

Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.

Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.

Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Mas unos de ellos fueron a los fariseos, y les dijeron lo que Jesús había hecho.

Y Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;

Mas esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

De manera que Jesús ya no andaba manifiestamente entre los judíos; mas se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y se estaba allí con sus discípulos.

Y la Pascua de los judíos estaba cerca; y muchos subieron de la tierra a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse;

Jesús, pues, seis días antes de la Pascua, vino a Betania, donde Lázaro había sido muerto, al cual Jesús había resucitado de los muertos.

Y le hicieron allí una cena y Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa juntamente con él.

Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento.

Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, hijo de Simón, el que le había de entregar:

Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto;

Entonces muchos del pueblo de los judíos supieron que él estaba allí; y vinieron no solamente por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, al cual había resucitado de los muertos.

Consultaron asimismo los príncipes de los sacerdotes, sobre matar también a Lázaro;

El siguiente día, la multitud que había venido al día de la Fiesta, cuando oyeron que Jesús venía a Jerusalén,

Mas estas cosas no las entendieron sus discípulos primero; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas de él, y que le hicieron estas cosas.

Y la multitud que estaba con él, daba testimonio de cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos.

mas los fariseos dijeron entre sí: ¿Veis que nada aprovecháis? He aquí, que todo el mundo se va tras de él.

Y había unos griegos de los que habían subido a adorar en la Fiesta.

Estos pues, se llegaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, querríamos ver a Jesús.

Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.

Le respondió el pueblo: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre, ¿cómo pues dices tú: Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre?

Entre tanto que tenéis la Luz, creed en la Luz, para que seáis hijos de la Luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue, y se escondió de ellos.

se levantó de la cena, y se quitó su ropa, y tomando una toalla, se ciñó.

Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos de los otros.

De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.

Habiendo dicho Jesús esto, fue conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.

Entonces los discípulos mirábanse los unos a los otros, dudando de quién decía.

A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntara quién era aquel de quien decía.

El, entonces, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿quién es?

Respondió Jesús: Aquel es, a quien yo diere el bocado mojado. Y mojando el bocado, lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón.

Mas ninguno de los que estaban a la mesa entendió a qué propósito le dijo esto.

Le respondió Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre.

Le dice Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué hay porque te hayas de manifestar a nosotros, y no al mundo?

Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright