21453 casos

'De' en la Biblia

Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios será contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los negocios á Dios.

Los cuales juzgarán al pueblo en todo tiempo; y será que todo negocio grave lo traerán á ti, y ellos juzgarán todo negocio pequeño: alivia así la carga de sobre ti, y llevarla han ellos contigo.

Y escogió Moisés varones de virtud de todo Israel, y púsolos por cabezas sobre el pueblo, caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.

AL mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en aquel día vinieron al desierto de Sinaí.

Porque partieron de Rephidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y asentaron en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.

Y Moisés subió á Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás á la casa de Jacob, y denunciarás á los hijos de Israel:

Entonces vino Moisés, y llamó á los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.

Y estén apercibidos para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá, á ojos de todo el pueblo, sobre el monte de Sinaí.

Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis á su término: cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá:

Y aconteció al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y estremecióse todo el pueblo que estaba en el real.

Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego: y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.

Y el sonido de la bocina iba esforzándose en extremo: Moisés hablaba, y Dios le respondía en voz.

Y descendió Jehová sobre el monte de Sinaí, sobre la cumbre del monte: y llamó Jehová á Moisés á la cumbre del monte, y Moisés subió.

Y Jehová dijo á Moisés: Desciende, requiere al pueblo que no traspasen el término por ver á Jehová, porque caerá multitud de ellos.

Y Moisés dijo á Jehová: El pueblo no podrá subir al monte de Sinaí, porque tú nos has requerido diciendo: Señala términos al monte, y santifícalo.

Entonces el pueblo se puso de lejos, y Moisés se llegó á la osbcuridad en la cual estaba Dios.

Y Jehová dijo á Moisés: Así dirás á los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.

Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus pacíficos, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré á ti, y te bendeciré.

Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares tu pico sobre él, tú lo profanarás.

Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le hubiere parido hijos ó hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.

Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia sin dinero.

Mas el que no armó asechanzas, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir.

Además, si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo, y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.

Si algunos riñeren, é hiriesen á mujer preñada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, será penado conforme á lo que le impusiere el marido de la mujer y juzgaren los árbitros.

Y cuando alguno hiriere el ojo de su siervo, ó el ojo de su sierva, y lo entortare, darále libertad por razón de su ojo.

Y si sacare el diente de su siervo, ó el diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre.

Si un buey acorneare hombre ó mujer, y de resultas muriere, el buey será apedreado, y no se comerá su carne; mas el dueño del buey será absuelto.

Pero si el buey era acorneador desde ayer y antes de ayer, y á su dueño le fué hecho requerimiento, y no lo hubiere guardado, y matare hombre ó mujer, el buey será apedreado, y también morirá su dueño.

Si le fuere impuesto rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto.

El dueño de la cisterna pagará el dinero, resarciendo á su dueño, y lo que fue muerto será suyo.

Y si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo, y éste muriere, entonces venderán el buey vivo, y partirán el dinero de él, y también partirán el muerto.

Mas si era notorio que el buey era acorneador de ayer y antes de ayer, y su dueño no lo hubiere guardado, pagará buey por buey, y el muerto será suyo.

Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que le hirió no será culpado de su muerte.

Si el sol hubiere sobre él salido, el matador será reo de homicidio: el ladrón habrá de restituir cumplidamente; si no tuviere, será vendido por su hurto.

Si alguno hiciere pacer campo ó viña, y metiere su bestia, y comiere la tierra de otro, de lo mejor de su tierra y de lo mejor de su viña pagará.

Cuando alguno diere á su prójimo plata ó alhajas á guardar, y fuere hurtado de la casa de aquel hombre, si el ladrón se hallare, pagará el doble.

Si el ladrón no se hallare, entonces el dueño de la casa será presentado á los jueces, para ver si ha metido su mano en la hacienda de su prójimo.

Sobre todo negocio de fraude, sobre buey, sobre asno, sobre oveja, sobre vestido, sobre toda cosa perdida, cuando uno dijere: Esto es mío, la causa de ambos vendrá delante de los jueces; y el que los jueces condenaren, pagará el doble á su prójimo.

Juramento de Jehová tendrá lugar entre ambos de que no echó su mano á la hacienda de su prójimo: y su dueño lo aceptará, y el otro no pagará.

Pero si alguno hubiere tomado prestada bestia de su prójimo, y fuere estropeada ó muerta, ausente su dueño, deberá pagar la.

Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme al dote de las vírgenes.

Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, á puestas del sol se lo volverás:

Porque sólo aquello es su cubierta, es aquel el vestido para cubrir sus carnes, en el que ha de dormir: y será que cuando él á mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso.

Si encontrares el buey de tu enemigo ó su asno extraviado, vuelve á llevárselo.

Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás entonces desamparado? Sin falta ayudarás con él á levantarlo.

Mas el séptimo la dejarás vacante y soltarás, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás de tu viña y de tu olivar.

La fiesta de los ázimos guardarás: Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib; porque en él saliste de Egipto: y ninguno comparecerá vacío delante de mí:

No ofrecerás con pan leudo la sangre de mi sacrificio, ni el sebo de mi víctima quedará de la noche hasta la mañana.

Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás á la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito con la leche de su madre.

Porque mi Angel irá delante de ti, y te introducirá al Amorrheo, y al Hetheo, y al Pherezeo, y al Cananeo, y al Heveo, y al Jebuseo, á los cuales yo haré destruir.

No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días.

Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré á todo pueblo donde tú entrares, y te daré la cerviz de todos tus enemigos.

Yo enviaré la avispa delante de ti, que eche fuera al Heveo, y al Cananeo, y al Hetheo, de delante de ti:

No los echaré de delante de ti en un año, porque no quede la tierra desierta, y se aumenten contra ti las bestias del campo.

Poco á poco los echaré de delante de ti, hasta que te multipliques y tomes la tierra por heredad.

Y yo pondré tu término desde el mar Bermejo hasta la mar de Palestina, y desde el desierto hasta el río: porque pondré en vuestras manos los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

Y DIJO á Moisés: Sube á Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos.

Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todos los derechos: y todo el pueblo respondió á una voz, y dijeron: Ejecutaremos todas las palabras que Jehová ha dicho.

Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.

Y envió á los mancebos de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y sacrificaron pacíficos á Jehová, becerros.

Y tomó el libro de la alianza, y leyó á oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.

Entonces Moisés tomó la sangre, y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre de la alianza que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel;

Entonces Jehová dijo á Moisés: Sube á mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarlos.

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