21453 casos

'De' en la Biblia

Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,

Y apartáronse de allí los varones, y fueron hacia Sodoma: mas Abraham estaba aún delante de Jehová.

Quizá hay cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por cincuenta justos que estén dentro de él?

Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré á todo este lugar por amor de ellos.

Quizá faltarán de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.

Y volvió á hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor de los cuarenta.

Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar á mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.

Y volvió á decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.

Y fuése Jehová, luego que acabó de hablar á Abraham: y Abraham se volvió á su lugar.

LLEGARON, pues, los dos ángeles á Sodoma á la caída de la tarde: y Lot estaba sentado á la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, levantóse á recibirlos, é inclinóse hacia el suelo;

Y dijo: Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis á casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza nos quedaremos esta noche.

Y antes que se acostasen, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo;

He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced de ellas como bien os pareciere: solamente á estos varones no hagáis nada, pues que vinieron á la sombra de mi tejado.

Y ellos respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á ellos. Y hacían gran violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper las puertas.

Y á los hombres que estaban á la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor, hirieron con ceguera; mas ellos se fatigaban por hallar la puerta.

Y dijeron los varones á Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:

Porque vamos á destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto Jehová nos ha enviado para destruirlo.

Entonces salió Lot, y habló á sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va á destruir esta ciudad. Mas pareció á sus yernos como que se burlaba.

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa á Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, porque no perezcas en el castigo de la ciudad.

Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas según la misericordia de Jehová para con él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad.

Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado.

Date priesa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. Por esto fué llamado el nombre de la ciudad, Zoar.

Y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.

Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.

Así fué que, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, acordóse Dios de Abraham, y envió fuera á Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.

Empero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y se alojó en una cueva él y sus dos hijas.

Entonces la mayor dijo á la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre á nosotras conforme á la costumbre de toda la tierra:

Ven, demos á beber vino á nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre generación.

El día siguiente dijo la mayor á la menor: He aquí yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle á beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre generación.

Y dieron á beber vino á su padre también aquella noche: y levantóse la menor, y durmió con él; pero no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó.

Y parió la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los Moabitas hasta hoy.

La menor también parió un hijo, y llamó su nombre Ben-ammí, el cual es padre de los Ammonitas hasta hoy.

DE allí partió Abraham á la tierra del Mediodía, y asentó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar.

Empero Dios vino á Abimelech en sueños de noche, y le dijo: He aquí muerto eres á causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido.

¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con limpieza de mis manos he hecho esto.

Y díjole Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.

Ahora, pues, vuelve la mujer á su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la volvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.

Entonces Abimelech se levantó de mañana, y llamó á todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.

Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Cierto no hay temor de Dios en este Lugar, y me matarán por causa de mi mujer.

Y fue que, cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tú me harás, que en todos los lugares donde llegáremos, digas de mí: Mi hermano es.

Y dijo Abimelech: He aquí mi tierra está delante de ti, habita donde bien te pareciere.

Y á Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata á tu hermano; mira que él te es por velo de ojos para todos los que están contigo, y para con todos: así fué reprendida.

Porque había del todo cerrado Jehová toda matriz de la casa de Abimelech, á causa de Sara mujer de Abraham.

Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le parió Sara, Isaac.

Y circuncidó Abraham á su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.

Y añadió: ¿Quién dijera á Abraham que Sara había de dar de mamar á hijos? pues que le he parido un hijo á su vejez.

Y vió Sara al hijo de Agar la Egipcia, el cual había ésta parido á Abraham, que se burlaba.

Por tanto dijo á Abraham: Echa á esta sierva y á su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac.

Este dicho pareció grave en gran manera á Abraham á causa de su hijo.

Entonces dijo Dios á Abraham: No te parezca grave á causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.

Y también al hijo de la sierva pondré en gente, porque es tu simiente.

Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y diólo á Agar, poniéndolo sobre su hombro, y entrególe el muchacho, y despidióla. Y ella partió, y andaba errante por el desierto de Beer-seba.

Y faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un árbol;

Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó á Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.

Levántate, alza al muchacho, y ásele de tu mano, porque en gran gente lo tengo de poner.

Entonces abrió Dios sus ojos, y vió una fuente de agua; y fué, y llenó el odre de agua, y dió de beber al muchacho.

Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.

Y aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelech, y Phicol, príncipe de su ejército, á Abraham diciendo: Dios es contigo en todo cuanto haces.

Y Abraham reconvino á Abimelech á causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelech le habían quitado.

Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testimonio de que yo cavé este pozo.

Así hicieron alianza en Beer-seba: y levantóse Abimelech y Phicol, príncipe de su ejército, y se volvieron á tierra de los Filisteos.

Y moró Abraham en tierra de los Filisteos muchos días.

Y ACONTECIO después de estas cosas, que tentó Dios á Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos mozos suyos, y á Isaac su hijo: y cortó leña para el holocausto, y levantóse, y fué al lugar que Dios le dijo.

Entonces el ángel de Jehová le dió voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Entonces alzó Abraham sus ojos, y miró, y he aquí un carnero á sus espaldas trabado en un zarzal por sus cuernos: y fué Abraham, y tomó el carnero, y ofrecióle en holocausto en lugar de su hijo.

Y aconteció después de estas cosas, que fué dada nueva á Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha parido hijos á Nachôr tu hermano:

A Huz su primogénito, y á Buz su hermano, y á Kemuel padre de Aram.

Y Bethuel engendró á Rebeca. Estos ocho parió Milca á Nachôr, hermano de Abraham.

Y murió Sara en Kiriath-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán: y vino Abraham á hacer el duelo á Sara y á llorarla.

Y levantóse Abraham de delante de su muerto, y habló á los hijos de Heth, diciendo:

Peregrino y advenedizo soy entre vosotros; dadme heredad de sepultura con vosotros, y sepultaré mi muerto de delante de mí.

Y respondieron los hijos de Heth á Abraham, y dijéronle:

Oyenos, señor mío, eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestras sepulturas sepulta á tu muerto; ninguno de nosotros te impedirá su sepultura, para que entierres tu muerto.

Y Abraham se levantó, é inclinóse al pueblo de aquella tierra, á los hijos de Heth;

Y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo sepulte mi muerto de delante de mí, oidme, é interceded por mí con Ephrón, hijo de Zohar,

Para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al cabo de su heredad: que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros.

Este Ephrón hallábase entre los hijos de Heth: y respondió Ephrón Hetheo á Abraham, en oídos de los hijos de Heth, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo:

No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerto.

Y Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra.

Public Domain