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'Que' en la Biblia

pero Pablo consideraba que no debían llevar consigo a quien los había desertado en Panfilia y no los había acompañado en la obra.

Se produjo un desacuerdo tan grande que se separaron el uno del otro. Bernabé tomó consigo a Marcos y se embarcó rumbo a Chipre,

del cual hablaban elogiosamente los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.

Pablo quiso que éste fuera con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los Judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era Griego.

Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio.

Así que, saliendo de Troas, navegamos con rumbo directo a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis.

De allí {fuimos} a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia {Romana}; en esta ciudad nos quedamos por varios días.

Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía.

Mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando.

Esto lo hacía por muchos días; pero desagradando {esto} a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: `` ¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella!" Y el espíritu salió en aquel mismo momento.

Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de ganancia para ellos, prendieron a Pablo y a Silas, y {los} arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades.

y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar, puesto que somos Romanos."

La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que {los} azotaran con varas.

Después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad;

De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos. Al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.

Al despertar el carcelero y ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar, creyendo que los prisioneros se habían escapado.

Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.

El carcelero comunicó a Pablo estas palabras, {diciendo: ``}Los magistrados superiores han dado orden de que les suelte. Así que, salgan ahora y vayan en paz."

Pero Pablo les dijo: ``Aunque somos ciudadanos Romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos."

Los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran ciudadanos Romanos, tuvieron temor.

Entonces vinieron y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad.

explicando y presentando evidencia de que era necesario que el Cristo (el Mesías) padeciera y resucitara de entre los muertos, y {diciendo:} ``Este Jesús, a quien yo les anuncio, es el Cristo."

Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos de los hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: ``Esos que han trastornado al mundo han venido acá también;

y Jasón los ha recibido. Todos ellos actúan contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús."

Y alborotaron a la multitud y a las autoridades de la ciudad que oían esto.

Pero cuando los Judíos de Tesalónica supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en Berea, fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes.

Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Pablo para que fuera hasta el mar; pero Silas y Timoteo se quedaron allí.

Los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas; y después de recibir órdenes de que Silas y Timoteo se unieran a él lo más pronto posible, se fueron.

Así que discutía en la sinagoga con los Judíos y con los {Gentiles} temerosos de Dios, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes.

También discutían con él algunos de los filósofos Epicúreos y Estoicos. Y algunos decían: `` ¿Qué quiere decir este palabrero?" ``Parece ser un predicador de divinidades extrañas," decían otros; porque {les} predicaba a (anunciaba el evangelio de) Jesús y la resurrección.

Entonces tomaron a Pablo y lo llevaron al Areópago, diciendo: `` ¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza que usted proclama?

"Porque le oímos decir cosas extrañas; por tanto, queremos saber qué significan."

Entonces Pablo poniéndose en pie en medio del Areópago, dijo: ``Varones Atenienses, percibo que ustedes son muy religiosos en todo sentido.

"Porque mientras pasaba y observaba los objetos de su adoración, hallé también un altar con esta inscripción: `AL DIOS DESCONOCIDO.' Pues lo que ustedes adoran sin conocer, eso les anuncio yo.

para que buscaran a Dios, y de alguna manera, palpando, Lo hallen, aunque El no está lejos de ninguno de nosotros.

Allí se encontró con un Judío que se llamaba Aquila, natural del Ponto, quien acababa de llegar de Italia con Priscila su mujer, pues {el emperador} Claudio había ordenado a todos los Judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos,

Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo comenzó a dedicarse por completo a la {predicación de la} palabra, testificando solemnemente a los Judíos que Jesús era el Cristo (el Mesías).

Partiendo de allí, se fue a la casa de un {hombre} llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios, cuya casa estaba junto a la sinagoga.

``Este persuade a los hombres a que adoren a Dios {en forma} contraria a la ley," dijeron ellos.

Cuando le rogaron que se quedara más tiempo, no consintió,

Llegó entonces a Efeso un Judío que se llamaba Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente, {y} que era poderoso en las Escrituras.

Cuando Apolos quiso pasar a Acaya, los hermanos lo animaron, y escribieron a los discípulos que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído,

porque refutaba vigorosamente en público a los Judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo (el Mesías).

Entonces Pablo les preguntó: `` ¿En qué {bautismo,} pues, fueron bautizados?" ``En el bautismo de Juan," contestaron ellos.

Y Pablo les dijo: ``Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en Aquél que vendría después de él, es decir, en Jesús."

Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos.

de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos.

Pero también algunos de los Judíos, exorcistas ambulantes, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: ``Les ordeno {que salgan,} en el Nombre de Jesús a quien Pablo predica."

Siete hijos de un tal Esceva, uno de los principales sacerdotes Judíos, eran los que hacían esto.

También muchos de los que habían creído continuaban viniendo, confesando y declarando las cosas que practicaban.

Muchos de los que practicaban la magia, juntando {sus} libros, los quemaban a la vista de todos. Calcularon su precio y hallaron {que llegaba a} 50,000 monedas de plata (180 kg).

Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: ``Después que haya estado allí, debo visitar también Roma."

Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana (Artemisa) y producía no pocas ganancias a los artífices,

reunió a éstos junto con los obreros de {oficios} semejantes, y dijo: ``Compañeros, ustedes saben que nuestra prosperidad depende de este comercio.

"Pueden ver y oír que no sólo en Efeso, sino en casi toda Asia, este Pablo ha persuadido a una gran cantidad de gente, y la ha apartado, diciendo que los {dioses} hechos con las manos no son dioses {verdaderos}.

"Y no sólo corremos el peligro de que nuestro oficio caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Diana se considere sin valor, y que ella, a quien adora toda Asia y el mundo entero, sea despojada de su grandeza."

La ciudad se llenó de confusión y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, los compañeros de viaje de Pablo, {que eran} de Macedonia.

También algunas de las autoridades de la provincia de Asia, que eran amigos de Pablo, le enviaron mensaje y repetidamente le rogaron que no se aventurara {a presentarse} en el teatro.

Así que unos gritaban una cosa y otros otra, porque había confusión en la asamblea, y la mayoría no sabía por qué razón se habían reunido.

Algunos de la multitud pensaron {que se trataba de} Alejandro, puesto que los Judíos lo habían empujado hacia adelante. Entonces Alejandro, haciendo señal {de silencio} con la mano, quería hacer su defensa ante la asamblea.

Pero cuando se dieron cuenta de que era Judío, un clamor se levantó de todos ellos, gritando como por dos horas: `` ¡Grande es Diana de los Efesios!"

Entonces el secretario (que presidía las asambleas populares), después de calmar a la multitud, dijo: ``Ciudadanos de Efeso, ¿hay acaso algún hombre que no sepa que la ciudad de los Efesios es guardiana del templo de la gran Diana y de la {imagen} que descendió del cielo?

"Puesto que estos hechos son innegables, deben guardar calma y no hacer nada precipitadamente.

"Porque han traído a estos hombres que ni roban templos, ni blasfeman a nuestra diosa.

"Así pues, si Demetrio y los artífices que están con él tienen queja contra alguien, los tribunales están abiertos y los procónsules (gobernadores provinciales) {dispuestos;} presenten sus acusaciones unos contra otros.

"Pero si demandan algo más que esto, se decidirá en asamblea legítima.

"Porque ciertamente corremos peligro de ser acusados de crear problemas en relación con lo acontecido hoy, ya que no existe causa {justificada para esto,} y por ello no podremos explicar este alboroto."

Después que cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos, y habiéndo{los} exhortado, despidiéndose, partió para ir a Macedonia.

Y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico. Como Pablo continuaba hablando, {Eutico} fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto.

Cuando vinieron a él, les dijo: ``Ustedes bien saben cómo he sido con ustedes todo el tiempo, desde el primer día que estuve en Asia.

"Ustedes saben que estas manos me sirvieron para mis {propias} necesidades y las de los que estaban conmigo.

Estaban afligidos especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro. Y lo acompañaron hasta el barco.

Al encontrar un barco que iba para Fenicia, subimos a bordo y nos hicimos a la vela.

Después de hallar a los discípulos, nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu, que no fuera a Jerusalén.

Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros.

Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete (diáconos), nos quedamos con él.

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Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso