14283 casos

'Que' en la Biblia

Los que escaparon de la espada, Caminen, no se detengan; Acuérdense desde lejos del SEÑOR, Y venga Jerusalén a su memoria.

``Por tanto, vienen días," declara el SEÑOR, ``en que castigaré a sus ídolos, Y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte.

Mensaje que el profeta Jeremías mandó a Seraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando fue con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia en el año cuarto de su reinado. (Seraías era jefe de abastecimientos.)

Escribió, pues, Jeremías en un solo rollo toda la calamidad que había de venir sobre Babilonia, {es decir,} todas estas palabras que han sido escritas acerca de Babilonia.

y di: `Oh SEÑOR, Tú {has} hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal, sino que desolación eterna será.'

y dirás: `Así se hundirá Babilonia y no se levantará más, por la calamidad que traeré sobre ella; extenuados {sucumbirán}.'" Hasta aquí las palabras de Jeremías.

El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR conforme a todo lo que había hecho Joacim.

Por causa de la ira del SEÑOR sucedió {esto} en Jerusalén y en Judá, hasta que El los echó de Su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, a los diez {días} del mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella, y edificaron un muro de asedio alrededor de ella.

se abrió una brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que {había} junto al jardín del rey, a pesar de que los Caldeos {estaban} alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá (del Valle del Jordán).

En el mes quinto, a los diez {días} del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio del rey de Babilonia.

Y todo el ejército de los Caldeos que {estaba} con el capitán de la guardia derribó todas las murallas alrededor de Jerusalén.

Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro a algunos de los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia, y al resto de los artesanos.

Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres de la tierra para {que fueran} viñadores y labradores.

Los Caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que {estaban} en la casa del SEÑOR, también las basas y el mar de bronce que {estaban} en la casa del SEÑOR, y llevaron todo su bronce a Babilonia.

Se llevaron además los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, los cucharones y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio {del templo}.

El capitán de la guardia también se llevó los cuencos, los braseros, los tazones, los calderos, los candelabros, los cucharones y los tazones de libación, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura.

En cuanto a las dos columnas, el mar, los doce toros de bronce que estaban debajo del mar {y} las basas que el rey Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos.

Y había noventa y seis granadas que pendían; el total de las granadas {era} de cien en la malla alrededor.

También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad.

Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó al destierro: en el año séptimo, 3,023 Judíos;

Le habló amigablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que {estaban} con él en Babilonia.

De la hija de Sion se ha ido Todo su esplendor. Sus príncipes son como ciervos Que no hallan pasto, Y huyen sin fuerzas Delante del perseguidor.

Jerusalén recuerda en los días de su aflicción y de su vagar Todos sus tesoros Que existían desde los tiempos antiguos, Cuando su pueblo cayó en mano del adversario Sin que nadie la ayudara. Al verla sus adversarios, Se burlaron de su ruina.

En gran manera ha pecado Jerusalén, Por lo cual se ha vuelto cosa inmunda. Todos los que la honraban la desprecian Porque han visto su desnudez, Y ella gime y se vuelve de espaldas.

El adversario ha extendido su mano A todos sus tesoros; Ciertamente ella ha visto a las naciones entrar en su santuario, A las que Tú ordenaste Que no entraran en Tu congregación.

Todo su pueblo gime buscando pan; Han dado sus tesoros a cambio de comida Para restaurar sus vidas. ``Mira, oh SEÑOR, y observa Que me están despreciando."

``Ustedes, todos los que pasan por el camino, ¿no les importa esto? Observen y vean si hay dolor como mi dolor, Con el que fui atormentada, Con el que el SEÑOR {me} afligió el día de Su ardiente ira.

Desde lo alto El envió fuego Que penetró en mis huesos. Ha tendido una red a mis pies, Me ha hecho volver atrás; Me ha dejado desolada, Desfallecida todo el día.

Atado ha sido el yugo de mis transgresiones, Por la mano del SEÑOR han sido entrelazadas, Han caído sobre mi cuello. El ha hecho que me falten las fuerzas; El Señor me ha entregado en manos {Contra las cuales} no puedo resistir.

Por estas cosas lloro yo; Mis ojos derraman agua, Porque lejos de mí está el consolador, El que reanima mi alma. Mis hijos están desolados Porque ha prevalecido el enemigo."

Sion extiende sus manos; No hay quien la consuele. El SEÑOR ha ordenado contra Jacob Que los que lo rodean sean sus adversarios; Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.

Mira, oh SEÑOR, que estoy angustiada; Hierven mis entrañas, Mi corazón se revuelve dentro de mí, Porque he sido muy rebelde. En la calle la espada {me} deja sin hijos, En la casa es como la muerte.

Han oído que gimo, Pero no hay quien me consuele. Todos mis enemigos han oído de mi mal, Se regocijan de que Tú {lo} hayas hecho. ¡Oh, si Tú trajeras el día que has anunciado, Para que sean ellos como yo!

Ha entesado Su arco como enemigo, Ha afirmado Su diestra como adversario Y ha matado todo lo que era agradable a la vista; En la tienda de la hija de Sion Ha derramado Su furor como fuego.

El SEÑOR determinó destruir La muralla de la hija de Sion; Ha extendido el cordel, No ha retraído Su mano de destruir, Y ha hecho que se lamenten el antemuro y el muro; A una desfallecen.

¿Cómo he de amonestarte? ¿A qué te compararé, Hija de Jerusalén? ¿A qué te igualaré al consolarte, Virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu ruina; ¿Quién te podrá sanar?

Tus profetas tuvieron para ti Visiones falsas y necias, Y no manifestaron tu iniquidad Para que regresaras de tu cautiverio, Sino que vieron para ti oráculos falsos y engañosos.

Baten palmas contra ti Todos los que pasan por el camino; Silban y mueven sus cabezas Contra la hija de Jerusalén, {diciendo:} `` ¿Es ésta la ciudad de la cual decían: `La perfección de la hermosura, El gozo de toda la tierra?'"

Han abierto su boca contra ti Todos tus enemigos; Silban y rechinan los dientes. Dicen: {``La} hemos devorado. Ciertamente éste es el día que esperábamos; {Lo} hemos alcanzado, {lo} hemos visto."

El SEÑOR ha hecho lo que se propuso, Ha cumplido Su palabra Que había ordenado desde tiempos antiguos. Ha derribado sin perdonar, Ha hecho que se alegre el enemigo sobre ti, Ha exaltado el poder de tus adversarios.

Levántate, da voces en la noche Al comenzar las vigilias. Derrama como agua tu corazón Ante la presencia del Señor. Alza hacia El tus manos Por la vida de tus pequeños, Que desfallecen de hambre En las esquinas de todas las calles."

Como en día de fiesta solemne convocaste Mis terrores de todas partes; Y no hubo en el día de la ira del SEÑOR Quien escapara ni sobreviviera. A los que crié y mantuve, Mi enemigo los exterminó.

Yo soy el hombre que ha visto la aflicción A causa de la vara de Su furor.

En lugares tenebrosos me ha hecho morar, Como los que han muerto hace tiempo.

Hizo que penetraran en mis entrañas Las flechas de Su aljaba.

Te has cubierto de una nube Para que no pase la oración.

Te acercaste el día que Te invoqué, Dijiste: `` ¡No temas!"

Los hijos preciados de Sion, Que valían su peso en oro puro, ¡Cómo son tenidos por vasijas de barro, Obra de manos de alfarero!

La iniquidad de la hija de mi pueblo Es mayor que el pecado de Sodoma, Que fue derribada en un instante Sin que manos actuaran contra ella.

Sus consagrados eran más puros que la nieve, Más blancos que la leche, Más rojizos de cuerpo que los corales, {Como} el zafiro {era} su apariencia.

Más negro que el hollín es su aspecto, No se les reconoce por las calles; Se les ha pegado la piel a sus huesos, Se ha marchitado, se ha vuelto como madera.

Más dichosos son los que mueren a espada Que los que mueren de hambre, Que se consumen, extenuados, Por falta de los frutos de los campos.

Las manos de mujeres compasivas Cocieron a sus propios hijos, Que les sirvieron de comida A causa de la destrucción de la hija de mi pueblo (Jerusalén).

El SEÑOR ha cumplido Su furor, Ha derramado Su ardiente ira. Ha prendido un fuego en Sion Que ha consumido sus cimientos.

No creyeron los reyes de la tierra, Ni ninguno de los habitantes del mundo, Que el adversario y el enemigo pudieran entrar Por las Puertas de Jerusalén.

`` ¡Apártense! ¡Inmundos!" gritaban de sí mismos. `` ¡Apártense, apártense, no {nos} toquen!" Así que huyeron y vagaron. Entre las naciones se decía: ``No seguirán residiendo {entre nosotros."}

Ponían trampas a nuestros pasos Para que no anduviéramos por nuestras calles. Nuestro fin se acercaba, Se cumplieron nuestros días, Porque había llegado nuestro fin.

Nuestros perseguidores eran más veloces Que las águilas del cielo; Por los montes nos persiguieron, En el desierto nos tendieron emboscadas.

Regocíjate y alégrate, hija de Edom, La que habitas en la tierra de Uz; También a ti llegará la copa, Te embriagarás y te desnudarás.

Acuérdate, oh SEÑOR, de lo que nos ha sucedido; Mira y ve nuestro oprobio.

Por el agua que bebemos tenemos que pagar, Nuestra leña {nos} llega por precio.

A no ser que nos hayas desechado totalmente, {Y} estés enojado en gran manera contra nosotros.

Mientras miraba, vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor. En su centro había algo como un metal refulgente en medio del fuego.

Cada uno iba de frente hacia adelante; adondequiera que iba el espíritu, iban ellos, sin volverse cuando andaban.

En medio de los seres vivientes había algo que parecía carbones encendidos en llamas, eran como antorchas que se lanzaban de un lado a otro entre los seres vivientes. El fuego resplandecía, y del fuego salían rayos.

Miré a los seres vivientes, y vi que había una rueda en la tierra junto a {cada uno de} los seres vivientes de cuatro caras.

Adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban junto con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes {estaba} en las ruedas.

Debajo del firmamento sus alas {se extendían} derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro.

Y oí el ruido de sus alas cuando andaban, como el estruendo de muchas aguas, como la voz del Todopoderoso (Shaddai), un ruido de tumulto como el ruido de un campamento militar. Cada vez que se detenían, bajaban sus alas.

También hubo un ruido por encima del firmamento que {había} sobre sus cabezas. Cada vez que se detenían, bajaban sus alas.

Sobre el firmamento que {estaba} por encima de sus cabezas {había} algo semejante a un trono, de aspecto como de piedra de zafiro; y en lo que se asemejaba a un trono, sobre él, en lo más alto, {había} una figura con apariencia de hombre.

Entonces observé que en lo que parecían Sus lomos y hacia arriba, {había} algo como metal refulgente que lucía como fuego dentro de ella en derredor, y en lo que parecían Sus lomos y hacia abajo vi algo como fuego, y un resplandor a Su alrededor.

Como el aspecto del arco iris que aparece en las nubes en un día lluvioso, así {era} el aspecto del resplandor en derredor. Tal {era} el aspecto de la semejanza de la gloria del SEÑOR. Cuando {lo} vi, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.

Entonces El me dijo: ``Hijo de hombre, ponte en pie para que Yo te hable."

Entonces me dijo: ``Hijo de hombre, Yo te envío a los Israelitas, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra Mí; ellos y sus padres se han levantado contra Mí hasta este mismo día.

"Tal vez ellos escuchen o dejen de {escuchar,} porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos.

``Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como {esa} casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te voy a dar."

Entonces miré que una mano estaba extendida hacia mí, y en ella {había} un libro (un rollo).

Entonces El me dijo: ``Hijo de hombre, come lo que tienes delante; cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel."

Entonces me dijo: ``Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo de este rollo que te doy." Y {lo} comí, y fue en mi boca dulce como la miel.

"Pero la casa de Israel no querrá escucharte, ya que no quieren escucharme a Mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón.

"Como esmeril, más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde."

Además me dijo: ``Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas Mis palabras que Yo te hablo, y escúcha{las} atentamente.

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Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso