Ahora bien, dijeron, he aquí cada un año hay solemnidad de Jehová en Silo, que está al aquilón de Beth-el, y al lado oriental del camino que sube de Beth-el á Sichêm, y al mediodía de Lebona.

Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalem, sin saberlo José y su madre.

Y le preguntaba con muchas palabras; mas él nada le respondió:

Mirad, pues, que no venga sobre vosotros lo que está dicho en los profetas;

Y si alguno quisiere redimir algo de sus décimas, añadirá su quinto á ello.

Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme al dote de las vírgenes.

HIZO también Bezaleel el arca de madera de Sittim: su longitud era de dos codos y medio, y de codo y medio su anchura, y su altura de otro codo y medio:

Al huerto de los nogales descendí A ver los frutos del valle, Y para ver si brotaban las vides, Si florecían los granados.

Porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, le apretaba la compañía.

Mas ellos fueron rebeldes, é hicieron enojar su espíritu santo; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.

Y apareciósele Jehová, y díjole: No desciendas á Egipto: habita en la tierra que yo te diré;

El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.

Y envió Jacob mensajeros delante de sí á Esaú su hermano, á la tierra de Seir, campo de Edom.

Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y fuése, pues tenía á su disposición todos los bienes de su señor: y puesto en camino, llegó á Mesopotamia, á la ciudad de Nachôr.

Y aconteció, cuando Rachêl hubo parido á José, que Jacob dijo á Labán: Envíame, é iré á mi lugar, y á mi tierra.

Y los sabios del pueblo darán sabiduría á muchos: y caerán á cuchillo y á fuego, en cautividad y despojo, por días.

Y como entendió que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió á Herodes, el cual también estaba en Jerusalem en aquellos días.

Y si hiciere fruto, bien; y si no, la cortarás después.

Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme á la palabra que habló Eliseo.

Y CESARON estos tres varones de responder á Job, por cuanto él era justo en sus ojos.

NO sacrificarás á Jehová tu Dios buey, ó cordero, en el cual haya falta ó alguna cosa mala: porque es abominación á Jehová tu Dios.

El hombre impío afirma rostro: Mas el recto ordena sus caminos.

Bendito el que viene en nombre de Jehová: Desde la casa de Jehová os bendecimos.

Y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más baja que su piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, darálo el sacerdote por inmundo: es llaga de lepra que se originó en la apostema.

Extenderse han sus ramos, y será su gloria como la de la oliva, y olerá como el Líbano.

Y harán oir su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en la ceniza.

Y como descendieron del monte, les mandó Jesús, diciendo: No digáis á nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.

Tu pueblo serálo de buena voluntad en el día de tu poder, En la hermosura de la santidad: desde el seno de la aurora, Tienes tú el rocío de tu juventud.

Porque libraba al pobre que gritaba, Y al huérfano que carecía de ayudador.

Dijo pues Jonathán á su criado que le traía las armas: Ven, pasemos á la guarnición de estos incircuncisos: quizá hará Jehová por nosotros; que no es difícil á Jehová salvar con multitud ó con poco número.

Y dejándolos, se salió fuera de la ciudad, á Bethania; y posó allí.

Y fué, que en moviendo el arca, Moisés decía: Levántate, Jehová, y sean disipados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.

Y todo el pueblo respondió á una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo á Jehová.

No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare: sacará el juicio á verdad.

Y Joas rey de Israel envió á Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardillo que está en el Líbano envió á decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija por mujer á mi hijo. Y pasaron las bestias fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardillo.

Y él les respondió, diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?

Alegróse por tanto mi corazón, y se gozó mi gloria: También mi carne reposará segura.

Así ha dicho Jehová: Halló gracia en el desierto el pueblo, los que escaparon del cuchillo, yendo yo para hacer hallar reposo á Israel.

Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dira: No sé leer.

Y era Moisés de edad de ciento y veinte años cuando murió: sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.

Condujiste en tu misericordia á este pueblo, al cual salvaste; Llevástelo con tu fortaleza á la habitación de tu santuario.

Al Músico principal: Salmo para los hijos de Coré. OID esto, pueblos todos; Escuchad, habitadores todos del mundo:

Y el rey de Israel respondió á Josaphat: Aun hay un varón por el cual podríamos consultar á Jehová, Michêas, hijo de Imla: mas yo le aborrezco porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josaphat dijo: No hable el rey así.

Además, si algunos riñeren, y alguno hiriere á su prójimo con piedra ó con el puño, y no muriere, pero cayere en cama;

Y el pueblo que estaba en el campo oyó decir: Zimri ha hecho conjuración, y ha muerto al rey. Entonces todo Israel levantó el mismo día por rey sobre Israel á Omri, general del ejército, en el campo.

Y dijo Moab á los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo. Y Balac, hijo de Zippor, era entonces rey de Moab.

Cántico gradual. LOS que confían en Jehová Son como el monte de Sión que no deslizará: estará para siempre.

NO verás el buey de tu hermano, ó su cordero, perdidos, y te retirarás de ellos: precisamente los volverás á tu hermano.

Y habiendo pasado la mar de Cilicia y Pamphylia, arribamos á Mira, ciudad de Licia.

De cierto os digo, que donde quiera que este evangelio fuere predicado en todo el mundo, también será dicho para memoria de ella, lo que ésta ha hecho.

En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agraces, y los dientes de los hijos tienen la dentera.

Y Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre que luego pueda decir mal de mí.

Considera atentamente el aspecto de tus ovejas; Pon tu corazón á tus rebaños:

¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vió cosa tal? ¿parirá la tierra en un día? ¿nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sión estuvo de parto, parió sus hijos.

Y acontecerá en aquel día, que herirá Jehová desde el álveo del río hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno á uno.

Y DEL jacinto, y púrpura, y carmesí, hicieron las vestimentas del ministerio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron las vestiduras sagradas para Aarón; como Jehová lo había mandado á Moisés.

No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la cerveza.

Ay de vosotros! que edificáis los sepulcros de los profetas, y los mataron vuestros padres.

Del juramento que juró á Abraham nuestro padre, Que nos había de dar,

Entonces Saúl dijo á sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de pythón, para que yo vaya á ella, y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de pythón.

E hicieron alianza Jonathán y David, porque él le amaba como á su alma.

Estas cosas que veis, días vendrán que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruída.

Abi-albon de Arbath, Asmaveth de Barhum;

El primogénito de la muerte comerá los ramos de su piel, Y devorará sus miembros.

MI ALIENTO está corrompido, acórtanse mis días, Y me está aparejado el sepulcro.

Y los enemigos del hombre serán los de su casa.

Jehová está por mí: no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.

Mas yo en tu misericordia he confiado: Alegraráse mi corazón en tu salud.

Mas recibida satisfacción de Jasón y de los demás, los soltaron.

Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia.

Y pasó sus hijos por fuego en el valle de los hijos de Hinnom; y miraba en los tiempos, miraba en agüeros, era dado á adivinaciones, y consultaba pythones y encantadores: subió de punto en hacer lo malo en ojos de Jehová, para irritarle.

Y no le podían replicar á estas cosas.

Y Jehová dijo á Moisés y á Aarón: Esta es la ordenanza de la Pascua: Ningún extraño comerá de ella:

Mas después de sembrado, sube, y se hace la mayor de todas las legumbres, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo puedan morar bajo su sombra.

¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no.

Y David era hijo de aquel hombre Ephrateo de Beth-lehem de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de grande edad entre los hombres.

Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sobrecogió á los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

Empero yo no tomo el testimonio de hombre; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos.

Entonces toda la multitud de la tierra de los Gadarenos alrededor, le rogaron que se fuese de ellos; porque tenían gran temor. Y él, subiendo en el barco, volvióse.

En un instante hablaré contra gentes y contra reinos, para arrancar, y disipar, y destruir.

Y creyeron muchos más por la palabra de él.

Y DIJOME Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de mí, mi voluntad no será con este pueblo: échalos de delante de mí, y salgan.

(A la tierra que fluye leche y miel); porque yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.

Y ACONTECIO después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto.

Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente á juicio.

Porque por la obra de Cristo estuvo cercano á la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.

Aleluya. ALABA, oh alma mía, á Jehová.

Pues habéis traído á estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa.

He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; Ni se puede rastrear el número de sus años.

Heme escurrido como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón fué como cera, Desliéndose en medio de mis entrañas.

Entonces Judá se llegó á él, y dijo: Ay señor mío, ruégote que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres como Faraón.

Dijo más Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que es mi heredero uno nacido en mi casa.

Acuérdate de los tiempos antiguos; Considerad los años de generación y generación: Pregunta á tu padre, que él te declarará; A tus viejos, y ellos te dirán.

Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no he querido comunicarlas por medio de papel y tinta; mas espero ir á vosotros, y hablar boca á boca, para que nuestro gozo sea cumplido.

Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor.

PALABRA que fué á Jeremías de Jehová, diciendo:

Y ACONTECIO después de días, que en el tiempo de la siega del trigo, Samsón visitó á su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré á mi mujer á la cámara. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.

Mas también éstos erraron con el vino; y con la sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con la sidra, fueron trastornados del vino, aturdiéronse con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.

Mas en el mes primero, á los catorce del mes será la pascua de Jehová.

He despojado las otras iglesias, recibiendo salario para ministraros á vosotros.

Que quebrantaré al Asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.

Y respondiendo Pilato, les dice otra vez: ¿Qué pues queréis que haga del que llamáis Rey de los Judíos?

Cuidaréis, pues, de poner por obra todos los estatutos y derechos que yo presento hoy delante de vosotros.

Y Jesús respondió, y díjoles: No murmuréis entre vosotros.

Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una grande hambre en aquella provincia, y comenzóle á faltar.

Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos: Su vientre, como claro marfil cubierto de zafiros.

He aquí que en sus santos no confía, Y ni los cielos son limpios delante de sus ojos:

Cuán dulces son á mi paladar tus palabras! Más que la miel á mi boca.

Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.

Y ella dijo: Dése Abisag Sunamita por mujer á tu hermano Adonía.

Y serán muertos de Jehová en aquel día desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo; no se endecharán, ni se recogerán, ni serán enterrados; como estiércol serán sobre la haz de la tierra.

Y andarán las gentes á tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

Salmo cantado en la dedicación de la Casa: GLORIFICARTE he, oh Jehová; porque me has ensalzado, Y no hiciste á mis enemigos alegrarse de mí.

Mas si algún extranjero peregrinare contigo, y quisiere hacer la pascua á Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces se llegará á hacerla, y será como el natural de la tierra; pero ningún incircunciso comerá de ella.

Después subiendo, y partiendo el pan, y gustando, habló largamente hasta el alba, y así partió.

No ungiste mi cabeza con óleo; mas ésta ha ungido con ungüento mis pies.

Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de metal, el cual se enseñoreará de toda la tierra.

Y Alammelec, y Amead, y Miseal; y llega hasta Carmel al occidente, y á Sihor-libnath;

Y luego, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la hinchió de vinagre, y poniéndola en una caña, dábale de beber.

El que descubre el secreto, en chismes anda: No te entrometas, pues, con el que lisonjea con sus labios.

Por tanto envió mensajeros á Balaam hijo de Beor, á Pethor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la haz de la tierra, y habita delante de mí:

Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad á mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto á él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado por mí con rec

Y había allí un hato de muchos puercos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y los dejó.

Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura de pan, sino de la doctrina de los Fariseos y de los Saduceos.

Y sus siervos lo pusieron en un carro, y trajéronlo muerto de Megiddo á Jerusalem, y sepultáronlo en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó á Joachâz hijo de Josías, y ungiéronle y pusiéronlo por rey en lugar de su padre.

Quién me diera el saber dónde hallar á Dios! Yo iría hasta su silla.

Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me tomasteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.

EN aquellos días no había rey en Israel. Y en aquellos días la tribu de Dan buscaba posesión para sí donde morase, porque hasta entonces no le había caído suerte entre las tribus de Israel por heredad.

Y los ministriles vinieron á los principales sacerdotes y á los Fariseos; y ellos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis?

Levántate, vete á Sarepta de Sidón, y allí morarás: he aquí yo he mandado allí á una mujer viuda que te sustente.

Oyeme, Jacob, y tú, Israel, llamado de mí: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero.

Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y á vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído: por tanto, eleva oración por las reliquias que aun se ha

Llamaron luego al rey, y salió á ellos Eliacim hijo de Hilcías, que era mayordomo, y Sebna escriba, y Joah hijo de Asaph, canciller.

Y viendo Moisés que el pueblo estaba despojado, porque Aarón lo había despojado para vergüenza entre sus enemigos,

Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado?

Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre.

Y los hombres se quemaron con el grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.

Y Jonathán respondió á su padre Saúl, y díjole: ¿Por qué morirá? ¿qué ha hecho?

En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fué echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como de águila, y sus uñas como de aves.

Al Músico principal: Salmo de David: Canción. LEVANTESE Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

El rompe la mar con su poder, Y con su entendimiento hiere la hinchazón suya.

¿Dónde está el dios de Hamath, y de Arphad? ¿dónde el dios de Sepharvaim, de Hena, y de Hiva? ¿pudieron éstos librar á Samaria de mi mano?

¿Diste tú hermosas alas al pavo real, O alas y plumas al avestruz?

Lo demás de los hechos de Salomón, y todas las cosas que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritas en el libro de los hechos de Salomón?

Para que con gozo llegue á vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros.

Y él respondió: Yo no he alborotado á Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo á los Baales.

Y mirando á los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y hermanos.

Y luego fué abierta su boca y su lengua, y habló bendiciendo á Dios.

Y salió fuego de Jehová, y consumió los doscientos y cincuenta hombres que ofrecían el sahumerio.

Y comiendo ellos, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.

Enajenáronse los impíos desde la matriz; Descarriáronse desde el vientre, hablando mentira.

Empero que no se aumente caballos, ni haga volver el pueblo á Egipto para acrecentar caballos: porque Jehová os ha dicho: No procuraréis volver más por este camino.

Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestó á sus discípulos, habiendo resucitado de los muertos.

De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

Y dijo Moisés á Josué: Escógenos varones, y sal, pelea con Amalec: mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.

Y todo aquello sobre que ella se acostare mientras su separación, será inmundo: también todo aquello sobre que se sentare, será inmundo.

Y alzarás el tabernáculo conforme á su traza que te fue mostrada en el monte.

JAH, si mirares á los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?

Amaste la justicia y aborreciste la maldad: Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de gozo sobre tus compañeros.

POR las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Busquélo, y no lo hallé.

Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, ruégote que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, porque halle gracia en tus ojos: y mira que tu pueblo es aquesta gente.

Después dijo á otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta.

Jehová traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila, gente cuya lengua no entiendas;

Mas pasados muchos años, vine á hacer limosnas á mi nación, y ofrendas,

Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados.

Entonces dijo Samuel á Isaí: ¿Hanse acabado los mozos? Y él respondió: Aun queda el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel á Isaí: Envía por él, porque no nos asentaremos á la mesa hasta que él venga aquí.

Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:

Y él les dijo la tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ninguna culpa de muerte he hallado en él: le castigaré, pues, y le soltaré.

Mas los príncipes de los sacerdotes y los ancianos, persuadieron al pueblo que pidiese á Barrabás, y á Jesús matase.

Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento?

Y concertaré con ellos pacto de paz, perpetuo pacto será con ellos: y los asentaré, y los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre.

Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

Y reinó tres años en Jerusalem. El nombre de su madre fué Michâía hija de Uriel de Gabaa. Y hubo guerra entre Abías y Jeroboam.

Entonces sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído de los reyes de la casa de Israel que son reyes clementes: pongamos pues ahora sacos en nuestros lomos, y sogas en nuestras cabezas, y salgamos al rey de Israel: por ventura te salvará la vida.

Cuando fuere hallado alguno que haya hurtado persona de sus hermanos los hijos de Israel, y hubiere mercadeado con ella, ó la hubiere vendido, el tal ladrón morirá, y quitarás el mal de en medio de ti.

¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?

He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán; y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán de todo monte, y de todo collado, y de las cavernas de los peñascos.

Entonces fué palabra de Jehová á Elías Thisbita, diciendo:

Su furor me destrizó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

Por tanto, varones de seso, oidme; Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad.

Porque todos los dioses de los pueblos son nada: Mas Jehová hizo los cielos.

Haste fatigado en la multitud de tus consejos. Parezcan ahora y defiéndante los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que contaban los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

Ay del que edifica su casa y no en justicia, y sus salas y no en juicio, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo!

Y juntáronse con él todos los afligidos, y todo el que estaba adeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fué hecho capitán de ellos: y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.

Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, á fin de que no mueran por sus inmundicias, ensuciando mi tabernáculo que está entre ellos.

Traspasan los términos, Roban los ganados, y apaciéntanlos.

Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros.

Y todo esto fué hecho, para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo:

Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra.

Y HABLO Jehová á Moisés, diciendo:

Y ella respondió: Vive Jehová Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una botija: y ahora cogía dos serojas, para entrarme y aderezarlo para mí y para mi hijo, y que lo comamos, y no

Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores: Sus labios, como lirios que destilan mirra que trasciende.

De la Roca que te crió te olvidaste: Te has olvidado del Dios tu criador.

¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos?

Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, Que da canciones en la noche,

Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne á la tarde; y bebía del arroyo.

Y harás una cubierta de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

Oído habéis la blasfemia: ¿qué os parece? Y ellos todos le condenaron ser culpado de muerte.

Vino á él una mujer, teniendo un vaso de alabastro de unguento de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado á la mesa.

En el año veintiséis de Asa rey de Judá, comenzó á reinar Ela hijo de Baasa sobre Israel en Thirsa; y reinó dos años.

Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

Ni puerco: porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.

Y DURMIO Abías con sus padres, y fué sepultado en la ciudad de David. Y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años.

El que da al pobre, no tendrá pobreza: Mas el que aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.

Empero él rociará muchas gentes: los reyes cerrarán sobre él sus bocas; porque verán lo que nunca les fué contado, y entenderán lo que jamás habían oído.

Levantaos, vamos: he aquí, el que me entrega está cerca.

Porque Jehová extendió sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró vuestros ojos: cubrió vuestros profetas, y vuestros principales videntes.

No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo representará, para que lo cumplamos?

Y fué Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y trájolas á Lea su madre: y dijo Rachêl á Lea: Ruégote que me des de las mandrágoras de tu hijo.

Cuando cayere tu enemigo, no te huelgues; Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón:

Mas la misericordia de Jehová desde el siglo y hasta el siglo sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;

Porque, vive Jehová Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado priesa en venirme al encuentro, de aquí á mañana no le quedara á Nabal meante á la pared.

Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel, y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.

Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, Y antes de la honra es el abatimiento.

Y José dijo á sus hermanos: Yo me muero; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de aquesta tierra á la tierra que juró á Abraham, á Isaac, y á Jacob.

Este, como oyó que Jesús venía de Judea á Galilea, fué á él, y rogábale que descendiese, y sanase á su hijo, porque se comenzaba á morir.

Y ellos fueron, y lo hicieron saber á los otros; y ni aun á éllos creyeron.

ENVIO también Ezechîas por todo Israel y Judá, y escribió letras á Ephraim y Manasés, que viniesen á Jerusalem á la casa de Jehová, para celebrar la pascua á Jehová Dios de Israel.

Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho;

Y Gad vino á David aquel día, y díjole: Sube, y haz un altar á Jehová en la era de Arauna Jebuseo.

Teniendo la claridad de Dios: y su luz era semejante á una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal.

E hízome sacar de un lago de miseria, del lodo cenagoso; Y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.

Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

Y LA suerte del los hijos de José salió desde el Jordán de Jericó hasta las aguas de Jericó hacia el oriente, al desierto que sube de Jericó al monte de Beth-el:

Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán.

Rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente: según la lesión que habrá hecho á otro, tal se hará á él.

Y despidió Moisés á su suegro, y fuése á su tierra.

Abriré mi boca en parábola; Hablaré cosas reservadas de antiguo:

No pondré delante de mis ojos cosa injusta: Aborrezco la obra de los que se desvían: Ninguno de ellos se allegará á mí.

Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda.

Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo:

Descendió al sepulcro tu soberbia, y el sonido de tus vihuelas: gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura.

¿Cómo es que no entendéis que no por el pan os dije, que os guardaseis de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos?

Pero si el atalaya viere venir la espada, y no tocare la corneta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, tomare de él alguno; por causa de su pecado fué tomado, mas demandaré su sangre de mano del atalaya.

Y viéronle todos los que habitaban en Lydda y en Sarona, los cuales se convirtieron al Señor.

Y acaeció que al cabo de unos tres meses fué dado aviso á Judá, diciendo: Thamar tu nuera ha fornicado, y aun cierto está preñada de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.

De allí fué al monte de Carmelo, y de allí volvió á Samaria.

Tus ojos mirarán las extrañas, Y tu corazón hablará perversidades.

Sus atalayas ciegos son, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.

LA SEGUNDA suerte salió por Simeón, por la tribu de los hijos de Simeón conforme á sus familias; y su heredad fué entre la heredad de los hijos de Judá.

Y el siervo no queda en casa para siempre: el hijo queda para siempre.

Aun estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese mascada, cuando el furor de Jehová se encendió en el pueblo, é hirío Jehová al pueblo con una muy grande plaga.

Y el que comprare de los Levitas, saldrá de la casa vendida, ó de la ciudad de su posesión, en el jubileo: por cuanto las casas de las ciudades de los Levitas es la posesión de ellos entre los hijos de Israel.

Díjole también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu linaje, que no será contado á causa de la muchedumbre.

ESCUCHADME, islas, y esfuércense los pueblos; alléguense, y entonces hablen: estemos juntamente á juicio.

Y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer á Rebeca, hija de Bethuel Arameo de Padan-aram, hermana de Labán Arameo.

Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte: y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y diles á los pastores: Así ha dicho el Señor Jehová: ­Ay de los pastores de Israel, que se apacientan á sí mismos! ¿No apacientan los pastores los rebaños?

Y los hijos de Dan se levantaron imagen de talla; y Jonathán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, él y sus hijos fueron sacerdotes en la tribu de Dan, hasta el día de la transmigración de la tierra.

Y cualquiera persona que hiciere obra alguna en este mismo día, yo destruiré la tal persona de entre su pueblo.

Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vió el lugar de lejos.

Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.

Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:

Mas si este negocio fué verdad, que no se hubiere hallado virginidad en la moza,

Y llamóse aquel lugar Nahal-escol por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.

Y VOLVIO Job á tomar su propósito, y dijo:

Y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como á los bueyes te apacentarán: y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo se enseñorea en el reino de los hombres, y á quien él quisiere lo da.

¿Tienes tú brazo como Dios? ¿Y tronarás tú con voz como él?

Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oidme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía en propósito edificar una casa, para que en ella reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya aprestado todo p

Así que, hermanos, procurad profetizar; y no impidáis el hablar lenguas.

No tomarás usura de él, ni aumento; mas tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo.

Cuando el hombre tuviere en la piel de su carne hinchazón, ó postilla, ó mancha blanca, y hubiere en la piel de su carne como llaga de lepra, será traído á Aarón el sacerdote, ó á uno de los sacerdotes sus hijos:

¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?

En aquel tiempo subieron los siervos de Nabucodonosor rey de Babilonia contra Jerusalem y la ciudad fué cercada.

Tú empero eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, é Israel no nos conoce: tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.

Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré: He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las gentes.

Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.

Y Omri durmió con sus padres, y fué sepultado en Samaria; y reinó en lugar suyo Achâb, su hijo.

Y á Atroth-sophan, y á Jazer, y á Jogbaa,

Y todos los que le oían, se pasmaban de su entendimiento y de sus respuestas.

He aquí subimos á Jerusalem, y el Hijo del hombre será entregado á los principes de los sacerdotes y á los escribas, y le condenarán á muerte;

He aquí, estas son partes de sus caminos: ­Mas cuán poco hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo detendrá?

Y dijo David á Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases;

Así que el pueblo tuvo allí sed de agua, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed á nosotros, y á nuestros hijos y á nuestros ganados?

Y Jonathán hirió la guarnición de los Filisteos que había en el collado, y oyéronlo los Filisteos. E hizo Saúl tocar trompetas por toda la tierra, diciendo: Oigan los Hebreos.

Los terrones del valle le serán dulces; Y tras de él será llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables.

COMO la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, Así conviene al necio la honra.

Ve, y di á Jeroboam: Así dijo Jehová Dios de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel,

Viene pues Jesús, y toma el pan, y les da; y asimismo del pez.

Así partieron del monte de Jehová, camino de tres días; y el arca de la alianza de Jehová fué delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.

Y Samsón descendió con su padre y con su madre á Timnah: y como llegaron á las viñas de Timnah, he aquí un cachorro de león que venía bramando hacia él.

Mi senda y mi acostarme has rodeado, Y estás impuesto en todos mis caminos.

Entonces Israel hizo voto á Jehová, y dijo: Si en efecto entregares á este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.

Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del hombre?

Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes: porque Jehová ha consolado su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

Y el tabernáculo de Jehová que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el alto de Gabaón:

Pondrás también sobre cada orden incienso limpio, y será para el pan por perfume, ofrenda encendida á Jehová.

Y venida la tarde subieron codornices que cubrieron el real; y á la mañana descendió rocío en derredor del real.

Sus piernas de hierro; sus pies, en parte de hierro, y en parte de barro cocido.

Y acamparán junto á él los de la tribu de Simeón: y el jefe de los hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisaddai;

Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.

DESCIENDE, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia, siéntate en la tierra sin trono, hija de los Caldeos: que nunca más te llamarán tierna y delicada.

Respondieron y dijéronle: Si éste no fuera malhechor, no te le habríamos entregado.

Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di á los hijos de Israel que te traigan una vaca bermeja, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo:

Las cosas primeras he aquí vinieron, y yo anuncio nuevas cosas: antes que salgan á luz, yo os las haré notorias.

AY de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;

Y también Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y asentaron el campo en el valle del Alcornoque, y ordenaron la batalla contra los Filisteos.

Así pues hubo gran multitud de holocaustos, con sebos de pacíficos, y libaciones de cada holocausto. Y quedó ordenado el servicio de la casa de Jehová.

Y el varón que vendiere casa de morada en ciudad cercada, tendrá facultad de redimirla hasta acabarse el año de su venta: un año será el término de poderse redimir.

Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército; y sabrán los Egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.

Mas ­ay de las preñadas, y de las que crían en aquellos días!

Por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, excepto el negocio de Uría Hetheo.

Hipócritas! Sabéis examinar la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo no reconocéis este tiempo?

Y fué su término desde Heleph, y Allón-saananim, y Adami-neceb, y Jabneel, hasta Lacum; y sale al Jordán;

Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que entraron en la tierra habitada: maná comieron hasta que llegaron al término de la tierra de Canaán.

Tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, y perdonarás, y obrarás, y darás á cada uno conforme á sus caminos, cuyo corazón tú conoces; (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres;)

Digan lo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo,

Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo; porque es más fuerte que nosotros.

He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré:

Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham;

Los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta: y descubriráse la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones.

Y él respondió: Sentido he un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu alianza, han derribado tus altares, y han muerto á cuchillo tus profetas: y yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

Y se juntaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: Básteos, porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová: ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?

Dícele Jesús: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó á la palabra que Jesús le dijo, y se fué.

No torcerás el derecho del peregrino y del huérfano; ni tomarás por prenda la ropa de la viuda:

Saludad á Rufo, escogido en el Señor, y á su madre y mía.

Y ocupando Saúl el reino sobre Israel, hizo guerra á todos sus enemigos alrededor: contra Moab, contra los hijos de Ammón, contra Edom, contra los reyes de Soba, y contra los Filisteos: y á donde quiera que se tornaba era vencedor.

Y habrá en ti cesación de tu heredad, la cual yo te dí, y te haré servir á tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, para siempre arderá.

Salmo de Asaph. OH Dios, vinieron las gentes á tu heredad; El templo de tu santidad han contaminado; Pusieron á Jerusalem en montones.

Jehová empero envió contra él tropas de Caldeos, y tropas de Siros, y tropas de Moabitas, y tropas de Ammonitas; los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme á la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas.

Empero he aquí, vienen días, dice Jehová, que no se dirá más: Vive Jehová, que hizo subir á los hijos de Israel de tierra de Egipto;

GENTES, allegaos á oir; y escuchad, pueblos. Oiga la tierra y lo que la hinche, el mundo y todo lo que él produce.

Y aconteció que como murió Gedeón, los hijos de Israel tornaron, y fornicaron en pos de los Baales, y se pusieron por Dios á Baal-berith.

Y estando con vosotros y teniendo necesidad, á ninguno fuí carga; porque lo que me faltaba, suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia: y en todo me guardé de seros gravoso, y me guardaré.

Entonces mandará el sacerdote, y despejarán la casa antes que el sacerdote entre á mirar la plaga, por que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa: y después el sacerdote entrará á reconocer la casa:

Y de la tribu de Issachâr, á Cesión con sus ejidos, á Dabereth con sus ejidos,

Y contarás en aquel día á tu hijo, diciendo: Hácese esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.

Maldito el hombre que hiciere escultura ó imagen de fundición, abominación á Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.

Hablad al corazón de Jerusalem: decidle á voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.

Y pusiéronle delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla.

Y Jehová dió gracia al pueblo delante de los Egipcios, y prestáronles; y ellos despojaron á los Egipcios.

Y otra vez dice: Alegraos, Gentiles, con su pueblo.

Clamaron los justos, y Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias.

Dadle el fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.

Otros decían: Este es el Cristo. Algunos empero decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo?

Y como él los vió, les dijo: Id, mostraos á los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios.

¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté: Allí tuvo tu madre dolores, Allí tuvo dolores la que te parió.

Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una Madianita á sus hermanos, á ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, llorando ellos á la puerta del tabernáculo del testimonio.

Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador á Gedalías, hijo de Ahicam hijo de Saphán.

Y él cohabitó con Agar, la cual concibió: y cuando vió que había concebido, miraba con desprecio á su señora.

Entonces Doeg Idumeo, que era superior entre los siervos de Saúl, respondió y dijo: Yo vi al hijo de Isaí que vino á Nob, á Ahimelech hijo de Ahitob;

Sus manzanas y sus brazos serán de lo mismo, todo ello una pieza labrada á martillo, de oro puro.

Y parió la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los Moabitas hasta hoy.

Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que allega riquezas, y no con justicia; en medio de sus días las dejará, y en su postrimería será insipiente.

Y dijeron los varones á Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:

El Angel que me liberta de todo mal, bendiga á estos mozos: y mi nombre sea llamado en ellos, y el nombre de mis padres Abraham é Isaac: y multipliquen en gran manera en medio de la tierra.

E introdújola Isaac á la tienda de su madre Sara, y tomó á Rebeca por mujer; y amóla: y consolóse Isaac después de la muerte de su madre.

Y les dijo: Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer.

Y RESPONDIO Bildad Suhita, y dijo:

ASI dijo Jehová: Ve, y compra una vasija de barro de alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;

Y encontróse Absalom con los siervos de David: é iba Absalom sobre un mulo, y el mulo se entró debajo de un espeso y grande alcornoque, y asiósele la cabeza al alcornoque, y quedó entre el cielo y la tierra; pues el mulo en que iba pasó delante.

Cuando prometieres voto á Jehová tu Dios, no tardarás en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y habría en ti pecado.

Y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre mí y entre ti, cuando nos apartáremos el uno del otro.

Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová.

Y á la tierra á la cual levantan ellos su alma para tornar, allá no volverán.

De la manera que viste que del monte fué cortada una piedra, no con manos, la cual desmenuzó al hierro, al metal, al tiesto, á la plata, y al oro; el gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir: y el sueño es verdadero, y fiel su d

Y hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos.

Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.

¿Has entrado tú hasta los profundos de la mar, Y has andado escudriñando el abismo?

Por cuanto no os salieron á recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto; y porque alquiló contra ti á Balaam hijo de Beor de Pethor de Mesopotamia de Siria, para que te maldijese.

Y tomó Jethro, suegro de Moisés á Séphora la mujer de Moisés, después que él la envió,

Y midió el atrio, cien codos de longitud, y la anchura de cien codos cuadrados; y el altar estaba delante de la casa.

Envía pues á Joppe, y haz venir á un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, curtidor, junto á la mar; el cual venido, te hablará.

Y la gente les reñía para que callasen; mas ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.

El reduce las gotas de las aguas, Al derramarse la lluvia según el vapor;

EN el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, á los diez del mes, á los catorce años después que la ciudad fué herida, en aquel mismo día fué sobre mí la mano de Jehová, y llevóme allá.

La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, Trae, trae. Tres cosas hay que nunca se hartan; Aun la cuarta nunca dice, Basta:

Entonces harás pasar la trompeta de jubilación en el mes séptimo á los diez del mes; el día de la expiación haréis pasar la trompeta por toda vuestra tierra.

Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, Y me lo ataría en lugar de corona.

Otro día aconteció que el espíritu malo de parte de Dios tomó á Saúl, y mostrábase en su casa con trasportes de profeta: y David tañía con su mano como los otros días; y estaba una lanza á mano de Saúl.

Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.

Y viendo esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado á posar con un hombre pecador.

Y cuanto á tu nacimiento, el día que naciste no fué cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas.

Buscó lana y lino, Y con voluntad labró de sus manos.

Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre: Mas el hombre entendido lo alcanzará.

Y concibió y parió Sara á Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.

E hiriólos pierna y muslo con gran mortandad; y descendió, y fijóse en la cueva de la peña de Etam.

Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

Y ella dijo á su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?

Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, aquél es: prendedle.

Ahora, pues, vuelve la mujer á su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la volvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.

Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.

El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al afligido y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho.

El cual halló gracia delante de Dios, y pidió hallar tabernáculo para el Dios de Jacob.

Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fué derramado el aceite de la unción, y que hinchió su mano para vestir las vestimentas, no descubrirá su cabeza, ni romperá sus vestidos:

Diré al aquilón: Da acá, y al mediodía: No detengas: trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los términos de la tierra,

Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías:

Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis, ni robéis al extranjero, ni al huérfano, ni á la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

El rey habló á Daniel, y dijo: Ciertamente que el Dios vuestro es Dios de dioses, y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios, pues pudiste revelar este arcano.

Hazme oir por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado: Hazme saber el camino por donde ande, Porque á ti he alzado mi alma

Contad entre las gentes su gloria, En todos los pueblos sus maravillas.

Y Ezechîas los oyó, y mostróles toda la casa de las cosas preciosas, plata, oro, y especiería, y preciosos ungüentos; y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros: ninguna cosa quedó que Ezechîas no les mostrase, así en su casa como en todo

Ninguna obra haréis: estatuto perpetuo es por vuestras edades en todas vuestras habitaciones.

Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz á ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes.

De aquí á muchos días serás tú visitado: al cabo de años vendrás á la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, á los montes de Israel, que siempre fueron para asolamiento: mas fué sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente

Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.

Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; que para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros:

Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalem, porque es la ciudad del gran Rey.

Pues que yo te levanté del polvo, y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y tú has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar á mi pueblo Israel, provocándome á ira con sus pecados;

Y dijo Jeroboam á su mujer: Levántate ahora, disfrázate, porque no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve á Silo; que allá está Ahías profeta, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.

No así mi casa para con Dios: Sin embargo él ha hecho conmigo pacto perpetuo, Ordenado en todas las cosas, y será guardado; Bien que toda esta mi salud, y todo mi deseo No lo haga él florecer todavía.

¿Cuándo pondréis fin á las palabras? Entended, y después hablemos.

Y alegraréme con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

Hacer justicia y juicio es á Jehová Más agradable que sacrificio.

Y dije: Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante, Y ahí parará la hinchazón de tus ondas?

Tú eres mi refugio; me guardarás de angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah.)

Y luego fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.

Siempre y en todo lugar lo recibimos con todo hacimiento de gracias, oh excelentísimo Félix.

Otra es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas: porque una estrella es diferente de otra en gloria.

No lo supe: hame mi alma hecho Como los carros de Amminadab.